13:30 hrs. Enero 30 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0089

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

EN CONDICIONES GRAVES EL MANTENIMIENTO DE LA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA DEL PAÍS

 

 

·        Rafael Carmona, del Instituto de Ingeniería, dijo que es un problema difícil de enfrentar porque los recursos económicos son muy limitados

·        El trabajo realizado por universitarios en el acueducto Chapala-Guadalajara, permite recuperar mil 200 litros de agua por segundo, en beneficio de miles de habitantes

 

 

El mantenimiento de la infraestructura hidráulica, en especial la de abastecimiento de agua potable, es un problema grave a escala nacional, ya que en distintas ciudades del país se deteriora más rápido de lo que se había pensado y las tecnologías que permiten conservar su confiabilidad no avanzan al mismo ritmo.

 

Así lo aseguró Rafael Carmona Paredes, investigador del Instituto de Ingeniería, quien refirió que ese problema es difícil de enfrentar porque los recursos económicos disponibles para hacerlo, incluida la investigación, son muy limitados.

 

Lo anterior ocurre, puntualizó, a pesar de que los acueductos en el país, en términos generales, requieren de mayor atención para la programación y ejecución adecuada de las tareas de mantenimiento que los conserven en buenas condiciones.

 

Explicó que los acueductos, cuya función es llevar cierto volumen de agua desde una fuente (río, presa, acuífero, lago, etcétera) hasta una zona urbana o industrial, puede presentar fallas catastróficas o graduales.

 

Las primeras interrumpen la funcionalidad de algún elemento o de todo el sistema, y requieren de atención inmediata; mientras que las graduales son difíciles de detectar, de ahí que no se atiendan con oportunidad.

 

“En casi todos los casos, una falla catastrófica proviene de una o más fallas graduales no identificadas ni atendidas con oportunidad”. Estas, añadió, se producen por fenómenos como la abrasión, la corrosión, la caducación y la falta de lubricación, que incluso pueden provocar la falla total de una bomba hidráulica y la reducción de la capacidad de conducción debido al crecimiento de fisuras, entre otras.

 

Mencionó que el crecimiento de fisuras y la corrosión atacan las tuberías, elementos de mayor costo en los acueductos. “Lo que inicia con pequeñas picaduras por corrosión, con el tiempo se traduce en grandes orificios por donde escapa el agua”. Tal fue el caso del Sistema Cutzamala, donde la corrosión provocó la pérdida de 7 mil litros por segundo.

 

Por ello, es importante identificar las fallas para evitar su desarrollo o, cuando menos, reducir la velocidad del deterioro que pueda afectar el abastecimiento del vital líquido a las poblaciones. Para la corrosión existe equipo sofisticado que permite detectarla desde sus primeras etapas y medir el desgaste en la pared de las tuberías.

 

Una excepción ha sido el caso del acueducto Chapala-Guadalajara, donde gracias al mantenimiento y supervisión operativa de los sistemas de bombeo y conducción del agua que realizan investigadores universitarios, se han podido recuperar mil 200 litros de agua por segundo, en beneficio de miles de habitantes.

 

 

 

El acueducto presentaba una reducción de 76% en su capacidad de conducción por adherencia gradual de partículas en la pared interior de las tuberías, así como por la presencia de aire atrapado. De esa forma dejaron de llegar 1,800 litros por segundo, suficientes para abastecer a más de 600 mil habitantes.

 

Se realizó la limpieza de 20 kilómetros de dicho acueducto con lo cual la capacidad de conducción se elevó de 5,230 metros cúbicos por segundo a 6, 472.

 

Carmona Paredes mencionó que el beneficio de estas acciones puede ser medido en relación con los costos de construcción de nuevos acueductos, lo cual supera en mucho a lo que se gasta en la aplicación de tecnologías de limpieza de las tuberías.

 

El investigador aseguró que este sistema de limpieza puede ser utilizado en cualquier tipo de tuberías, desde diámetros muy pequeños, de 2 a 10 pulgadas, hasta grandes acueductos; es decir, en cualquier red de distribución, como podría ser la de la Ciudad de México.

 

Por otro lado, señaló que una de las principales fuentes de abastecimiento de agua de esta megalópoli es el Sistema Cutzamala, el cual, con 20 años de existencia, enfrenta problemas de mantenimiento. Por ello, se ha propuesto a la Comisión Nacional del Agua un estudio de evaluación de su deterioro por corrosión.

 

El propósito es, de acuerdo con los resultados, rehabilitar elementos estructurales o sustituir tubos aislados o en tramos de mayor longitud. De tener mantenimiento, la vida operativa de la tubería de concreto, estimada en 30 años, se puede alargar.

 

“Buscamos conservar la infraestructura que tenemos para brindar mejores servicios a la población. Queremos establecer labores rutinarias de conservación de la confiabilidad de los acueductos”.

 

Aclaró que los problemas que presentan los acueductos en México no son exclusivos de países en desarrollo, ya que también ocurren en naciones con elevados estándares de vida, “pero con la diferencia de que los esfuerzos que ellos dedican para evaluar su infraestructura, planear acciones y programar recursos, son mucho mayores”.

 

En tal sentido informó que el Instituto de Ingeniería trabaja de cerca con grupos técnicos de la Comisión Nacional del Agua y de otros organismos como los sistemas Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guadalajara y de Agua y Drenaje de Monterrey, entre otros, para buscar la mejor forma de enfrentar estos problemas.

 

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Rafael Carmona Paredes, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, aseguró que los acueductos del país requieren de mayor atención en su mantenimiento para asegurar el abastecimiento de agua a las poblaciones.

 

 

 

FOTO 2

 

 

Es necesario identificar las fallas en los sistemas de abastecimiento de agua para reducir la velocidad de su deterioro, lo cual afecta la distribución del vital líquido, dijo Rafael Carmona Paredes, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.