06:00 hrs. Enero 29 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0084

 

 

LAS MEXICANAS, VÍCTIMAS CONSTANTES DE  HOSTIGAMIENTO SEXUAL

 

·        Susana Roldán Matías, de la FES Iztacala, dijo que es uno de los problemas más frecuentes

·        Este tipo de agresión puede ocasionar graves daños psicológicos y provocar hasta la violación

 

En México, el hostigamiento sexual es uno de los problemas más frecuentes y se presenta en cualquier sitio –el hogar, la escuela, el lugar de trabajo y la calle–, pero no se le da la importancia requerida a pesar de los graves trastornos que puede ocasionar, tanto físicos como psicológicos, aseveró Susana Roldán Matías, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.

 

Se trata, argumentó, de una imposición de conductas no deseadas,  verbales o físicas con fines sexuales, que siempre tienen un tipo de retribución, donde se ofrecen privilegios, aunque en caso de rechazo se imponen reprimendas con el objetivo de que el hostigador o detentador del poder consiga su propósito.

 

Al hablar sobre “Hostigamiento sexual y violación. Prevención del abuso”, la psicóloga subrayó que esta situación se manifiesta de diversas formas, según la intención del agresor. El verbal puede consistir en piropos obscenos, groserías, bromas y comentarios sexuales de tipo libidinoso.

El abuso visual se refiere a las miradas lascivas y agresivas; mientras, la agresión física se puede dar de diversas formas, ya sea mediante el roce y el contacto directo con alguna parte del cuerpo de la víctima, a través de nalgadas, pellizcos y manoseos.

 

En casos extremos, se puede llegar a la violación o relaciones sexuales sin consentimiento, si no se toman las precauciones adecuadas.

 

Roldán Matías indicó que la mayor parte de los acosos los comete el hombre a la mujer, sin descartar el de la mujer hacia el hombre o el de dos personas del mismo sexo.

 

El primero de los casos, explicó, es consecuencia de la ideología patriarcal mediante la cual el varón cree que tiene el poder de dominar a la mujer, conocida o desconocida, actitud que en muchas ocasiones es reforzada por los medios de comunicación.

 

La catedrática de la FES Iztacala  informó que entre los principales daños que sufren las víctimas de hostigamiento sexual resalta el psicológico, latente en una conducta de alerta; inseguridad; autohumillación; sentimientos de indignación e impotencia, y baja autoestima.

 

A ello se suman el daño conductual que radica en cargar con la culpa de lo ocurrido y aislarse de la gente; actitudes evasivas, como no asistir a la escuela o al trabajo, dejar de salir a la calle y el rechazo al sexo masculino.

 

En el caso del perjuicio interpersonal, dijo, se crean sentimientos de rechazo social, pues la víctima cree que no es aceptada por la sociedad y por la familia.

 

Susana Roldán mencionó las principales precauciones que se deben tomar para no ser víctima de hostigamiento sexual: estar siempre alerta para detectar a tiempo acciones sospechosas; marcar límites con las otras personas, ya sea mediante una distancia prudente o, en el caso de lugares concurridos, con objetos como bolsas, mochilas o libros.

Otras medidas preventivas necesarias son mantener la calma y no mostrar nerviosismo; comunicar en voz alta y firme al agresor su molestia para que la gente que está alrededor se entere de lo que ocurre, y de preferencia estar en lugares donde haya gente.

 

 

 

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