6:00 hrs. Enero 28 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0080

 

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SEGREGACIÓN OCUPACIONAL DE LA MUJER POR LAS RELACIONES SOCIALES

 

 

·        La incorporación de la mujer al trabajo asalariado es irreversible: Jennifer Cooper, del PUEG

·        La diversidad enriquece las estrategias de las empresas, indicó

 

La segregación ocupacional femenina está sostenida por las relaciones sociales en el ambiente laboral y por las políticas de las empresas, afirmó Jennifer Cooper, coordinadora del área académica Fuerza de trabajo y economía del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG).

 

La académica consideró que los factores relacionados con la oferta de mano de obra, tanto masculina como femenina, no explican el alto nivel de separación ocupacional en la mayoría de las organizaciones.

 

Debemos considerar, señaló, que la incorporación de la mujer al trabajo asalariado es irreversible, y la diversidad en la fuerza de trabajo o la visión femenina de cómo trabajar enriquece las estrategias de las empresas.

 

Agregó que la sexualidad y las relaciones de género en el ámbito laboral están íntimamente vinculadas, ya que nuestra identidad muchas veces está determinada por el trabajo que realizamos.

 

Dentro de las empresas y organizaciones, hombres y mujeres pasan mucho tiempo pensando en el sexo y negociando su propia sexualidad.

 

La inserción de la mujer al mercado laboral, dijo, muchas veces es considerada como una amenaza para los espacios masculinos. Pese a ello, cada vez hay más profesiones mixtas, incluyendo carreras como la enfermería y las ingenierías.

 

En algunos casos, puntualizó, los hombres reaccionan con hostilidad y rechazan a las mujeres porque sienten que ya no es igual la convivencia con los demás compañeros.

 

Este ambiente adverso también se presenta cuando hay cambios en los estereotipos; por ejemplo, si una mujer ocupa puestos de mayor jerarquía en la empresa, al hombre le cuesta trabajo estar bajo sus órdenes.

 

A las mujeres, de igual forma, les cuesta trabajo su papel y en lugar de feminizar el espacio laboral, se masculiniza, aclaró la también profesora de la Facultad de Economía.

 

Asimismo, hay conflicto cuando surge una atracción en el ámbito laboral, porque en muchas empresas se piensa que esto puede repercutir en las relaciones de trabajo y en la productividad de los empleados, apuntó.

 

Ante esta situación, agregó, es necesario que hombres y mujeres establezcan límites sexuales en su ámbito laboral y reflexionen si está bien definida su ética personal respecto a relaciones de tipo sexual en el trabajo, con iguales, subordinados y jefes, así como si esto les permitirá ser productivos o no.

 

Por ello, es necesario que las personas aprendamos a convivir en espacios laborales como compañeros de trabajo, pero sin negar que puede haber atracción e interacción sexual

 

 

 

 

Para renegociar nuestras relaciones con el sexo opuesto, hay que hablar abiertamente de los problemas y ponernos en el lugar del otro para comprender cómo se sienten y piensan nuestros compañeros de trabajo, con lo cual lograríamos la empatía y cambios sustanciales en el ámbito laboral.

 

Debemos ser capaces de sacar a la luz nuestros conflictos, compartir información, aclarar expectativas y comprometernos a trabajar juntos por el bien común, concluyó.

 

 

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Es irreversible la incorporación de la mujer al trabajo asalariado: Jennifer Cooper, coordinadora del área académica Fuerza de Trabajo y Economía del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM