16:00 hrs. Enero 25 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0075

 

AVANZAN LA INVESTIGACIÓN Y LA PERFORACIÓN  PROFUNDA DEL CHICXULUB

 

·        Jaime Urrutia, director del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo que el cráter es un laboratorio natural para el desarrollo de la ciencia y tecnología

·        Participan más de 40 grupos de investigación de Europa y América

·        El “bólido” que produjo el cráter propició también la extinción de los dinosaurios

 

 

Luego de tres meses de trabajo se ha avanzado un kilómetro por debajo de la superficie en la excavación del Chicxulub, sitio donde se impactó el “bólido” que ocasionó la extinción de los dinosaurios, tarea que encabeza la Universidad Nacional Autónoma de México y que forma parte de un proyecto internacional, afirmó el director del Instituto de Geofísica (IGf), Jaime Urrutia Fucugauchi.

 

Señaló que el cráter, ubicado en la península de Yucatán, es considerado un laboratorio natural para desarrollar ciencia y tecnología en el país. Por ello, participan más de 40 grupos de investigación conformados por 270 especialistas, de cerca de diez países de Europa y América.

 

Durante una reunión con investigadores de dicho Instituto, explicó que con la extracción de las muestras de esa perforación se realiza la identificación de las edades de las rocas en la cubierta, lo cual permitirá determina si fue una pequeña cuenca cerrada o estuvo conectada con el resto del Golfo de México. También se precisará si hubo épocas en las que estuvo unida o no.

 

A más de noventa días de trabajos, el funcionario universitario subrayó que para el proyecto de perforación se seleccionó un sitio dentro del cráter cercano a uno de los bordes, debido que hacia el centro tiene mucha más profundidad y se incrementan considerablemente los costos de las tareas.

 

Urrutia Fucugauchi indicó que en el mundo existen pocos cráteres de la naturaleza del Chicxulub por ser uno de los mejor preservados, casi en forma perfecta; es el más joven de los tres existentes en el mundo -65 millones de años-, y no ha sido afectado por el vulcanismo.

 

En la Tierra sólo hay tres cráteres identificados con un tamaño superior a los 200 kilómetros de diámetro: en Canadá, en África del Sur y el Chicxulub. Se trata, abundó, de un laboratorio natural cubierto por rocas carbonatadas que lo protegen de la erosión.

 

La diferencia con los otros dos cráteres es que tienen edades mayores a los mil 500 millones de años. Esto es, son de la época del precámbrico, pero ambos están fuertemente erosionados, debido a que la tectónica los modificó mucho y es muy difícil reconocer sus características.

 

En cambio, el Chicxulub preserva bien la secuencia de rocas generadas por el impacto, lo que permite estudiar la dinámica de lo que ocurrió con el choque de tal magnitud.

 

El especialista expuso que es uno de los pocos eventos en la Tierra que permite hacer una correlación en “tiempo fino”; además, es posible trazar a escala global, aunque se desconoce la naturaleza del bólido al no existir ninguno de sus restos.

 

Aclaró que entre los objetivos del proyecto se encuentra establecer con precisión cuáles fueron las consecuencias del choque del bólido que provocó la extinción de los animales del cretácico terciario.

 

Jaime Urrutia comentó que este proyecto es apoyado por la UNAM, el gobierno de Yucatán y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pero que se requiere el apoyo de otros organismos para continuar con éxito estas investigaciones.

 

 

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