Boletín UNAM-DGCS-013
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CREAN NOVEDOSO SISTEMA DETECTOR DEL COLOR DE LA GRASA BOVINA
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El invento evitará pérdidas multimillonarias a los ganaderos productores
y exportadores de carne y quizá a los fruticultores
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La pigmentación amarillenta de la grasa de los animales es la causa de
las pérdidas
A fin de evitar
pérdidas millonarias a ganaderos mexicanos productores y exportadores de carne
de bovinos, principalmente a Estados Unidos, investigadores de la UNAM idearon
un novedoso sistema de detección del color de la grasa en los animales (en
proceso de ser patentado).
Ese tipo de
animales presenta el problema de tener una pigmentación amarillenta en la grasa
que se localiza sobre la carne, sólo detectable cuando son sacrificados. Este
hecho, que parecería trivial, causa pérdidas de millones de pesos a los
ganaderos, quienes no pueden exportar el producto por esa situación o lo venden
a un precio por debajo del real.
Domingo Rangel
Miranda, integrante del Departamento de Física Aplicada y Tecnología Avanzada
(FATA), del Instituto de Física de la UNAM, ubicado en Juriquilla, Querétaro,
señaló que este problema es provocado por el tipo de forraje que consumen, pues
contiene un compuesto orgánico beta caroteno, el cual es sintetizado por el
animal y llevado al tejido adiposo.
De esa manera, se
planteó la posibilidad de hacer un instrumento capaz de prever qué color tiene
la grasa del animal, antes de ser sacrificado en el rastro.
Asimismo, Rangel
Miranda señaló que este sistema tiene potenciales aplicaciones en otro tipo de
ganado o en la fruticultura, donde la percepción que tiene el consumidor acerca
del color es importante.
El mecanismo
consta, principalmente, de dos partes: la óptica y la electrónica de detección.
Explicó que la
primera cuenta con una fuente de luz que es introducida al animal mediante
fibra óptica y una aguja hipodérmica que llega a la capa de grasa. Por
reflexión difusa se obtiene la información del color.
Los datos
contenidos en la luz difusa señalan las bandas espectrales en las cuales ese
compuesto orgánico se ha absorbido o reflejado. Para descifrarla se hace
regresar al sistema óptico, donde mediante lentes colimadores se hace converger
la luz en un solo punto y un prisma
dispersor la descompone.
De esa forma, se
obtienen los componentes principales del espectro, es decir, las bandas
espectrales de absorción y reflexión del beta caroteno. “Tenemos tres sensores
ópticos que detectan la cantidad e intensidad de la luz en cada una de esas
bandas”.
Una vez que son
detectadas, las bandas de interés son metidas en un circuito electrónico
generador de la representación de un algoritmo matemático hasta obtener el
número que corresponde a cierto color de grasa.
“En este caso,
añadió el ingeniero, los colores van desde el blanco hasta el amarillo intenso,
casi anaranjado-rojo. Hemos dividido
esa gama de tonos en una escala que va de uno a diez”.
Todo el sistema se
encuentra en una caja que debe estar totalmente sellada porque cualquier paso
de luz exterior podría afectar las mediciones, aclaró.
De ese modo, los
ganaderos tendrán el control de calidad preciso sobre el color de la grasa de
los bovinos, basado en un método reproducible científicamente. El sistema
podría tomarse como norma en cualquier rastro y en cualquier condición. Hasta
ahora, ese método era sólo visual y, por lo tanto, subjetivo, porque dependía
de las condiciones de trabajo y la iluminación con la que se realizara la
inspección.
Rangel
Miranda señaló que este método es único. “Existen otros de uso industrial que
miden el color de pinturas, cartón, papel o plásticos, pero para grasa es el
primero de su tipo internacionalmente”.
Está
previsto que el sistema pueda ser llevado a donde es requerido, es decir, al
campo, por lo que su diseño es robusto, de forma que soporte el ajetreo del
trabajo con ganado. El objetivo es que antes de vender a los animales el
propietario pueda clasificarlos de acuerdo con la cantidad de beta caroteno
contenida en la grasa.
Gracias
a este método se podría modificar la dieta del ganado y corregir el color de la
grasa, de forma que al exportarlo cumpla con los requerimientos y se pague por
él un precio justo.
En
estos momentos, los integrantes del FATA involucrados en el proyecto buscan
hacer más eficiente el sistema en relación con su consumo energético. “No
tenemos una fuente de energía portátil, sino que trabaja con pilas, por lo cual
es necesario optimizar la parte óptica del método para obtener mayor
rendimiento, para más horas”, añadió.
Con
la potencia actual, el sistema es capaz de hacer mediciones durante ocho horas
continuas, luego de las cuales es necesario recargar las baterías. En ese
lapso, el número de animales en los cuales se determinaría el color de la grasa
dependería de la habilidad de la persona que realice las pruebas.
Las
mediciones se pueden hacer en pocos minutos, en lo que se acomoda el animal y
se le inyecta con el agua hipodérmica para introducirle el haz de luz y obtener
el número correspondiente al color de su grasa.
También se trabaja con el fin de
hacer el sistema lo más pequeño posible, de modo que se transporte con
facilidad, en especial, porque tendrá su principal uso en el campo, concluyó.
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PIE DE FOTO
La pigmentación amarillenta en la grasa que se
localiza sobre la carne origina pérdidas millonarias a ganaderos, puntualizó
Domingo Rangel Miranda, del Instituto de física.