Boletín UNAM-DGCS-002
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TABLA DE
AGLOMERADO DE ARROZ QUE NO SE QUEMA, DESARROLLADA EN EL INSTITUTO DE FÍSICA DE
LA UNAM
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Se aprovecharía el 27.22 por ciento del arroz que hasta ahora se desecha
·
El alto contenido de sílice de ese desecho agrícola da la ventaja de ser
como un vidrio que no sufre daños en la intemperie
Un aglomerado que
no se quema (ignífugo) elaborado con cascarilla de arroz y que podría ser
utilizado para construir muebles, fue desarrollado por integrantes del Departamento
de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (FATA) del Instituto de Física de la
UNAM.
En esa dependencia,
ubicada en Juriquilla, Querétaro, los científicos encontraron un buen uso para
la cascarilla de arroz, hasta ahora solo desechos, al sustituir los aglomerados
de madera, con lo cual podría disminuir la tala inmoderada de bosques.
Rogelio Rodríguez
Talavera, investigador de esa dependencia, señaló que del total de la
producción de arroz el 27.22 por ciento es cascarilla que se desecha.
Si se considera
que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática, la producción de arroz el año pasado fue de más de 404 mil
toneladas, la cifra de desechos es considerable (110 mil toneladas
aproximadamente), porque hasta ahora no habían tenido ningún uso.
A diferencia de la
semilla del trigo la cascarilla de arroz no se puede consumir por su alto
contenido de sílice o dióxido de silicio (SiO2), componente principal de la
arena. La sílice y los silicatos se utilizan, por ejemplo, en la fabricación de
vidrio, cemento y porcelana. La sílice fundida (un vidrio que se obtiene
fundiendo cuarzo o hidrolizando tetracloruro de silicio), se caracteriza por un
bajo coeficiente de dilatación y una alta resistencia a la mayoría de los productos
químicos.
Así, comer la
cascarilla de arroz sería el equivalente a consumir vidrio o arena. Por ello,
cuando eso ocurre en los animales se les forman cálculos o piedras, añadió
Rodríguez Talavera.
El alto contenido
de sílice puede convertirse en una ventaja si se considera que la cascarilla de
arroz es como un vidrio que se deja a la intemperie sin sufrir daños y que,
además no se quema.
Por ello, podría
usarse en la fabricación de muebles de sitios muy concurridos, donde un
incendio podría provocar graves daños, como oficinas, teatros, auditorios o
edificios altos. "Nos dimos cuenta que podía tener importantes
aplicaciones, como en la fabricación de páneles, con ventajas sobre otro tipo
de aglomerados -como el no tener costo-, ya que es un material de
desecho", dijo.
Además, se puede
hacer un material similar al triplay con apariencia agradable, a la cual es
posible dar el color que se desee, así como tener distintas presentaciones. La
cáscara entera tiene la mejor apariencia, aunque es la que requiere de más
resina, o bien, puede ser muy molida y usar menos resina.
Señaló que para la
fabricación del triplay se han utilizado hasta el momento dos tipos de resinas
poliméricas de bajo costo (de tipo uretánico y epóxico), las cuales aparecen en
el conglomerado en baja proporción, de 18 a 20 por ciento. "Tuvimos que
elegir las resinas adecuadas porque no cualquier polímero aglutina tanta
cantidad de cascarilla".
Aclaró que el
proceso de fabricación no es tan sencillo como parece el hecho de tomar la
cascarilla y batirla con la resina. La unión entre ambos elementos debe ser
realizada cuidadosamente para lograr una buena unión y tener una resistencia
adecuada.
Un porcentaje de
polímero o resina menor al usado no alcanzaría para mojar toda la cascarilla y aglutinarla;
la proporción establecida es la idónea para que en los pequeños intersticios
entre las partículas de cascarilla se coloque la resina para formar el
conglomerado (lo cual se comprueba mediante microscopía electrónica). Además,
su presencia es tan baja que no alcanza a arder o hacer flama.
Rodríguez Talavera
aseguró que la resistencia de una placa de aglomerado de cascarilla de arroz ha
resultado ser mayor que las de madera aglutinada o triplay común.
Las primeras
pruebas fuera del laboratorio ya se han comenzado a realizar. El objetivo es
fabricar hojas más grandes, de 1.20 por 2.40 metros, con ayuda de prensas
hidráulicas donde se evita que se formen burbujas que pueden ir en detrimento
de las propiedades mecánicas de las piezas. Se busca que no se produzcan
vacíos, que esté todo bien incorporado.
Aunque una empresa
queretana ubicada en San Juan del Río está colaborando con una prensa
hidráulica, todavía falta mucho por hacer para que estos nuevos materiales se
produzcan en línea y lleguen al mercado; se requiere primero que esta nueva
industria nazca, finalizó Rodríguez Talavera.
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PIES DE FOTO 002
La resistencia del aglomerado de cascarilla de arroz,
desarrollado por universitarios, resiste al fuego y tiene más durabilidad que
la madera aglutinada o triplay común.