15:30 hrs. Octubre 9 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-993

 

PIES DE FOTO AL FINAL DEL BOLETIN

 

POLÍTICAS EMPRESARIALES NO GUIARÁN LA REFORMA UNIVERSITARIA: ADOLFO SÁNCHEZ VÁZQUEZ

 

·        Debe darse prioridad a la academia, por encima de los intereses particulares, opinó el investigador emérito

·        Oportunidad para el debate a favor de una Universidad formadora de espíritus críticos: José Narro Robles

 

El proyecto universitario por el que se debe conducir la reforma en la UNAM debe estar alejado de aquellos que plantean el menosprecio académico, el servilismo político o bien que sirven a intereses empresariales, advirtió el investigador emérito Adolfo Sánchez Vázquez en su participación en el ciclo de mesas redondas Los caminos de la Reforma Universitaria, organizado por el Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU).

 

Sánchez Vázquez comentó que la idea de una Universidad privada empresarial no puede ni debe guiar la reforma de la institución, tiene que se a través de aquella que tome en cuenta los ámbitos social, académico y organizativo.

 

El proyecto, subrayó, debe considerar la libertad de cátedra, defensa del principio de autonomía, el óptimo funcionamiento en cuanto a condiciones materiales, académicas, a la educación gratuita, así como que alcance la garantía de que los alumnos aptos, reciban durante su formación, todos los apoyos necesarios.

Por su parte, José Narro Robles, Coordinador General de la Reforma Universitaria, consideró que el Congreso de la Universidad Nacional, se basará en sus diversas etapas en el ejercicio de la tolerancia, tanto en el sentido de respeto a las diversas opiniones, como en el de reconocer las acciones de reforma  que trasciendan  los intereses particulares o de grupo y que, por supuesto, fortalezcan a la institución.

 

A la Universidad la moverá la posibilidad de debatir y organizar argumentos que sustenten propuestas con toda apertura y libertad, enfatizó Narro Robles.

 

El libre debate, recordó, ha sido el método universitario por excelencia  para dirimir las diferencias  y superar los problemas, por lo que ante la cercanía del Congreso Universitario, es menester promover la discusión libre y razonada.

 

Destacó que para obtener buenos resultados, que conduzcan  a las innovaciones, a la solución de problemas y a enfrentar los retos del nuevo siglo, es necesario que los estudiantes aporten su mejor esfuerzo y disposición.

 

La discusión debe enmarcarse siempre bajo un clima de tolerancia, respeto, sin prejuicios y con la mayor apertura posible. De igual manera, en un amplio contenido informativo, donde el saber prevalezca por encima del creer, indicó.

 

Los universitarios tenemos hoy en nuestras manos la posibilidad de construir un mejor futuro para la UNAM, lo que nos obliga a prepararnos  para el debate interno y para defender ante el exterior las ideas y acciones que consideremos adecuadas, agregó.

 

“Debemos convencer al resto de la sociedad que somos capaces de transformar a nuestra institución para beneficio también  de la nación”, expresó Narro Robles.

 

Destacó que la discusión en torno al Congreso  será, tanto en lo concerniente al contenido  como en cuestiones organizativas, factores que aun tienen que ser procesados bajo la lógica de consensos.

Se trata, dijo, de ganar el debate a favor de una Universidad formadora de espíritus críticos, libres y con compromiso social y no como aportadora de recursos e insumos para el aparato reproductivo.

 

Antes, en la mesa Evaluación y Trabajo Académico, Estela Morales, directora general de Asuntos del Personal Académico, mencionó que en la última década evaluar se volvió política pública y se asoció la evaluación de los académicos con los estímulos económicos, lo cual ha producido escalas diferenciadas de retribución económica.

 

En el sector educativo, tanto en el público como en el privado, durante las dos últimas décadas se trabajó para crear una cultura de la evaluación de manera institucional, sistemática y abierta.

 

Empero, los académicos y las instituciones no deben trabajar para alcanzar una calificación, sino para lograr una educación de calidad. De no hacerla “estaríamos a la deriva”. Lo que falta es clarificar si las modalidades de evaluación han sido exitosas.

 

En su oportunidad, Alma Herrera, profesora de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, mencionó que la evaluación es un proceso que debe promover el autoconocimiento de las instituciones y las personas y no debiera estar sujeta a procesos de control, filtros o mecanismos selectivos que puedan establecer una clasificación entre lo que se asume de calidad de lo que no lo es.

 

Cuando ésta se asocia de manera estrecha al financiamiento selectivo de instituciones o al ingreso diferencial de los individuos tiene “efectos perversos”, que no se relacionan con la comprensión del fenómeno educativo, con su perspectiva de desarrollo y con su pertinencia, puntualizó.

 

Raquel Glazman Nowalski, de la Facultad de Filosofía y Letras señaló que debe existir una evaluación de carácter administrativo que emitiría juicios de valor sobre el funcionamiento de entidades de apoyo a la academia, y por otra parte una evaluación propiamente académica que se ocuparía de valorar las formas de trabajo relacionadas con la producción, transmisión y difusión del conocimiento.

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PIES DE FOTO

 

 

Foto 1

 

Adolfo Sánchez Vázquez, investigador emérito de la UNAM, advirtió que la Reforma Universitaria debe ponderar lo académico por encima de los intereses políticos y económicos.

 

 

Foto 2

 

José Narro Robles ,coordinador General de la Reforma Universitaria, destacó el papel de la tolerancia  como factor primordial antes y durante el Congreso Universitario.