Boletín UNAM-DGCS-993
PIES DE FOTO AL FINAL DEL BOLETIN
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Debe darse prioridad a la academia, por encima de los intereses
particulares, opinó el investigador emérito
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Oportunidad para el debate a favor de una Universidad formadora de
espíritus críticos: José Narro Robles
El proyecto universitario por el que se debe
conducir la reforma en la UNAM debe estar alejado de aquellos que plantean el
menosprecio académico, el servilismo político o bien que sirven a intereses
empresariales, advirtió el investigador emérito Adolfo Sánchez Vázquez en su
participación en el ciclo de mesas redondas Los
caminos de la Reforma Universitaria, organizado por el Centro de Estudios
Sobre la Universidad (CESU).
Sánchez Vázquez comentó que la idea de una
Universidad privada empresarial no puede ni debe guiar la reforma de la
institución, tiene que se a través de aquella que tome en cuenta los ámbitos
social, académico y organizativo.
El proyecto, subrayó, debe considerar la
libertad de cátedra, defensa del principio de autonomía, el óptimo
funcionamiento en cuanto a condiciones materiales, académicas, a la educación
gratuita, así como que alcance la garantía de que los alumnos aptos, reciban
durante su formación, todos los apoyos necesarios.
Por su parte, José Narro Robles, Coordinador
General de la Reforma Universitaria, consideró que el Congreso de la
Universidad Nacional, se basará en sus diversas etapas en el ejercicio de la
tolerancia, tanto en el sentido de respeto a las diversas opiniones, como en el
de reconocer las acciones de reforma
que trasciendan los intereses
particulares o de grupo y que, por supuesto, fortalezcan a la institución.
A la Universidad la moverá la posibilidad de
debatir y organizar argumentos que sustenten propuestas con toda apertura y
libertad, enfatizó Narro Robles.
El libre debate, recordó, ha sido el método
universitario por excelencia para
dirimir las diferencias y superar los
problemas, por lo que ante la cercanía del Congreso Universitario, es menester
promover la discusión libre y razonada.
Destacó que para obtener buenos resultados, que
conduzcan a las innovaciones, a la
solución de problemas y a enfrentar los retos del nuevo siglo, es necesario que
los estudiantes aporten su mejor esfuerzo y disposición.
La discusión debe enmarcarse siempre bajo un
clima de tolerancia, respeto, sin prejuicios y con la mayor apertura posible.
De igual manera, en un amplio contenido informativo, donde el saber prevalezca
por encima del creer, indicó.
Los universitarios tenemos hoy en nuestras
manos la posibilidad de construir un mejor futuro para la UNAM, lo que nos
obliga a prepararnos para el debate
interno y para defender ante el exterior las ideas y acciones que consideremos
adecuadas, agregó.
“Debemos convencer al resto de la sociedad que
somos capaces de transformar a nuestra institución para beneficio también de la nación”, expresó Narro Robles.
Destacó que la discusión en torno al
Congreso será, tanto en lo concerniente
al contenido como en cuestiones
organizativas, factores que aun tienen que ser procesados bajo la lógica de
consensos.
Se trata, dijo, de ganar el debate a favor de
una Universidad formadora de espíritus críticos, libres y con compromiso social
y no como aportadora de recursos e insumos para el aparato reproductivo.
Antes, en la mesa Evaluación y Trabajo Académico, Estela Morales, directora general
de Asuntos del Personal Académico, mencionó que en la última década evaluar se
volvió política pública y se asoció la evaluación de los académicos con los
estímulos económicos, lo cual ha producido escalas diferenciadas de retribución
económica.
En el sector educativo, tanto en el público
como en el privado, durante las dos últimas décadas se trabajó para crear una
cultura de la evaluación de manera institucional, sistemática y abierta.
Empero, los académicos y las instituciones no
deben trabajar para alcanzar una calificación, sino para lograr una educación
de calidad. De no hacerla “estaríamos a la deriva”. Lo que falta es clarificar
si las modalidades de evaluación han sido exitosas.
En su oportunidad, Alma Herrera, profesora de
la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, mencionó que la evaluación es un
proceso que debe promover el autoconocimiento de las instituciones y las
personas y no debiera estar sujeta a procesos de control, filtros o mecanismos
selectivos que puedan establecer una clasificación entre lo que se asume de
calidad de lo que no lo es.
Cuando ésta se asocia de manera estrecha al
financiamiento selectivo de instituciones o al ingreso diferencial de los
individuos tiene “efectos perversos”, que no se relacionan con la comprensión
del fenómeno educativo, con su perspectiva de desarrollo y con su pertinencia,
puntualizó.
Raquel Glazman Nowalski, de la Facultad de
Filosofía y Letras señaló que debe existir una evaluación de carácter
administrativo que emitiría juicios de valor sobre el funcionamiento de
entidades de apoyo a la academia, y por otra parte una evaluación propiamente académica
que se ocuparía de valorar las formas de trabajo relacionadas con la
producción, transmisión y difusión del conocimiento.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Adolfo Sánchez
Vázquez, investigador emérito de la UNAM, advirtió que la Reforma Universitaria
debe ponderar lo académico por encima de los intereses políticos y económicos.
Foto 2
José Narro Robles
,coordinador General de la Reforma Universitaria, destacó el papel de la
tolerancia como factor primordial antes
y durante el Congreso Universitario.