15:00 hrs. Octubre 5 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-979

 

 

Pies de Foto al Final del Boletín

LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA ES YA PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL

 

·        Felipe Torres, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, participó en el Seminario de Economía Agrícola del Tercer Mundo

·        La coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg, clausuró el evento

 

El cambio demográfico, la notable reducción del autoconsumo en el agro, la falta de solidaridad familiar en ese sector a consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de casi el 70% y el incremento de la importación de alimentos que en el 2000 llegó a nueve mil 800 millones de dólares, convierten a la inseguridad alimentaria en problema de seguridad nacional, advirtió el académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Felipe Torres Torres.

 

Puntualizó que con el incremento en los niveles de pobreza del país y de la relación de ésta con los alimentarios se crea el problema de carencia que aumenta el deterioro nutricional, al grado de que algunos de los grupos sociales alcanzaron la absoluta falta de nutrientes. Tan sólo el año pasado el 52% de la población se encontraba en condiciones de inseguridad alimentaria extrema.

 

El investigador participó en el último día de trabajos del Seminario de Economía Agrícola del Tercer Mundo,  que desarrolló el tema central Transformaciones agroalimentarias en los albores del tercer milenio.

 

Momentos antes de clausurar el evento que duró tres días, la coordinadora de Humanidades, Olga Elizabeth Hansberg, entregó el Premio Dr. Ernest Feder a los ganadores de los tres primeros lugares, ante la directora del IIEc, Alicia Girón; la secretaria general, Irma Manrique, y la coordinadora del Seminario, María del Carmen del Valle.

 

El galardón principal fue para Ivón Vizcarra Borni; el segundo sitio lo ocuparon Roberto Rendón Medén y Pedro Durán Fermen y, el tercero, Rafael Trueta Santiago y Jorge Lecumberri López.

 

Al hablar sobre La inseguridad alimentaria. El saldo del siglo XX, Felipe Torres expuso que la seguridad en esta materia debe trascender los ámbitos económico, social y político, debido a que el modelo de desarrollo basado en la inequidad se fundamenta en la exclusión y la asimetría.

 

Explicó que la seguridad alimentaria es un problema de tipo estructura que tiende a polarizarse aún más, con lo que provoca la existencia de zonas en condiciones extremas.

 

El hecho de que más de la mitad de la población mexicana se encuentra en situación de inseguridad alimentaria extrema, resaltó, es resultado del saldo negativo que en ese rubro se registró en los últimos 30 años.

 

De la importación de alimentos, Torres Torres manifestó que de persistir este ritmo en 10 años se adquirirán productos por 25 mil millones de dólares, lo que elevará el saldo acumulado a 122 mil millones de dólares, equivalente a más del 50% de la deuda externa total.

 

En su exposición sobre La patria peregrina, el director del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya, Armando Bartra, subrayó que hoy el 85% de las personas  “escapan de naciones inhóspitas con ingresos per capita menores de cinco mil dólares al año rumbo a países prósperos con percepciones anuales promedio de 25 mil dólares o más”.

Sostuvo que el comercio de seres humanos como el mercadeo ilegal de armas y el narcotráfico son responsables de “la gangrena social planetaria”. Este traslado ilegal de personas, mueve siete mil millones de dólares anuales, con ganancias sólo superadas por el tráfico de armas y de sicotrópicos.

 

La implosión poblacional, destacó, es consecuencia de guerras, sequías, hambrunas, persecuciones, “limpiezas” étnicas, desquiciantes tránsitos de la dictadura burocrática al libre mercado, políticas de ajuste estructural, operaciones “Libertad duradera” y otros desastres.

 

El constante desplazamiento de los campesinos, dijo, los vuelve nómadas, dislocados, transterritoriales. Uno de cada cuatro mexicanos vive en el campo y una proporción semejante existe entre trabajadores agrícolas y no agrícolas. Sin embargo, en una cuarta parte del sector agrario se concentran dos terceras partes de la indigencia nacional.

 

Loa asalariados estacionales de las pizcas, dijo, son un ejército itinerante de más de tres millones de mexicanos; 81 de cada 100 hogares de jornaleros son indigentes, 18 pobre y sólo a uno le va bien.

 

El país, agregó, es una nación multinacional porque uno de cada cinco mexicanos vive en Estados Unidos y uno de cada dos trabaja allá. En el último año del milenio 335 mil personas emigraron a la nación del norte y aunque se registran 300 millones de cruces anuales sólo se establecen diariamente entre mil y mil 500.

 

En los últimos 15 años, precisó el escritor de Guerrero bronco, las políticas públicas mercadócratas causaron la ruina del México rural, pues desde los 80 se desató una “atrabancada y unilateral” desregulación agropecuaria.

 

De los cuatro millones de unidades de producción agropecuaria, sólo 300 mil aportan excedentes significativos al gran mercado, el resto son milpas y huertas depauperadas que apenas producen para el autoconsumo campesino y el módico mercadeo local, planteó.

 

La situación de los asalariados rurales netos, abundó, es peor: de los ocho millones de personas ocupadas en el campo, el 70% gana menos de un minisalario y el 95% carece de prestaciones sociales

 

Armando Bartra recalcó que por los siniestros de la reconversión se perdió la soberanía alimentaria y laboral, además se incrementó la importación de algunos granos como el maíz al pasar de un millón 400 toneladas en 1991 a cinco millones 4000 mil en 1999.

 

Así, advirtió, una nación de éxodos masivos y estructurales, incapaz de aprovechar la capacidad laboral de todos sus habitantes, pone su soberanía en manos del país receptor de sus migrantes.

 

La dependencia absoluta y perentoria de la importación masiva de maíz y de la exportación multitudinaria de mano de obra coloca a México en estado de indefensión.

 

También participaron Fernando Rello, de la Facultad de Economía; Ernesto Moreno, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán; Luciano Concheiro, de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, y la ganadora del Premio Dr. Ernest Feder, Ivón Vizcarra.

 

 

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FOTO 1

Ivón Vizcarra Bordi, fue galardonada con el Premio Dr. Ernest Feder que otorga el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Se lo entregó la coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg, y la saluda la secretaria académica del IIEc, Irma Manrique

FOTO 2

La directora, la secretaria académica y la catedrática del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Alicia Girón, Irma Manrique y Carmen del Valle, respectivamente, flanquean a la coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg, luego de la clausura del Seminario de Economía Agrícola del Tercer Mundo