Boletín UNAM-DGCS-966
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Asegura la directora del IIEc que 70 años de gobiernos populistas y
nacionalistas también contribuyeron a la crisis en el sector
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El gobierno mexicano no ha sabido aprovechar de manera eficiente al
mercado interno para elevar el ingreso y el consumo
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Se inauguró en la dependencia universitaria el XXI Seminario de Economía
Agrícola del Tercer Mundo
La
crisis por la que atraviesa el sector agropecuario mexicano no sólo es
resultado de las políticas impuestas por la
globalización, sino también producto de la utilización que se hizo de
ese sector para favorecer algunas ramas industriales, así como obtener mano de
obra barata y favorecer proyectos políticos, afirmó Alicia Girón González,
directora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, al
inaugurar el XXI Seminario de Economía Agrícola del Tercer Mundo.
En la actualidad,
aseguró, la población rural en México es de 24.5 millones de habitantes, que
contribuyen con el 5.3% del Producto Interno Bruto, pero el financiamiento al
sector cayó en 60.8% de 1994 a 1999 y 40 millones de hectáreas de bosque se han
perdido en los últimos 50 años.
A siete años de
operación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el 75% de
la población rural no alcanza los mínimos nutricionales y tiene una escolaridad
promedio de 3.1 años de primaria. Además, indicó, el 45% de las familias
ejidales tienen un familiar en Estados unidos y más del 80% vive fuera de las
comunidades.
Girón González
manifestó que estos datos podrían atribuirse a la globalización y las políticas
económicas orientadas a favorecer la competencia y productividad en detrimento
de las satisfacciones humanas y las necesidades elementales para sobrevivir.
Sin embargo, sostuvo,
sería falso no considerarlos resultado de 70 años de gobiernos nacionalistas y
populistas que utilizaron al campo, entre otras cosas, con el propósito de
generar desempleo para evitar el incremento de las remuneraciones, así como el
logro de ideales políticos mediante votaciones artificiales.
Acompañada por la
secretaria académica del IIEc, Irma Manrique Campos; el decano de esa
dependencia, Angel Bassols Batalla; el ex director José Luis Ceceña Gámez; y la
coordinadora del seminario, María del Carmen del Valle Rivera, Alicia Girón
manifestó que la globalización ha traído desventajas en ese ámbito, pero
también tiene aspectos favorables como el relacionado a la información.
No obstante, gobiernos
como el mexicano no han sabido aprovechar de manera eficiente el mercado
interno como plataforma para mejorar el consumo, el ingreso y procurar mayor
bienestar para la población, puntualizó.
En la actualidad, a
raíz de los recientes atentados terroristas que provocaron una crisis en el
corazón de la red financiera mundial, se debate si la globalización sigue
vigente, concluyó.
En la primera mesa del
XXI Seminario de Economía Agrícola del Tercer Mundo participó el representante
de México ante el Club de Roma, Mauricio de Maria y Campos, quien expuso que el
ajuste estructural en el sector agropecuario derivó en una crisis de
rentabilidad en esa actividad, ya que
el crecimiento en el costo de los insumos es muy superior a los precios de los
productos, cuya tendencia es hacia la baja.
De Maria y Campos
señaló que hay un gran deterioro en las condiciones de vida de la población
rural, motivada en buena medida por la caída de la inversión pública federal
durante los últimos 18 años. En la actualidad, precisó, entre el 70 y el 80%
del ingreso de las familias de ejidatarios proviene de actividades no
agrícolas.
Por otra parte,
durante los últimos 12 años ese sector se ha visto afectado por dos aspectos de
la política gubernamental: la apertura indiscriminada al exterior en un entorno
asimétrico de competencia internacional, así como el abandono y achicamiento de
numerosas instituciones como Conasupo, Inmecafé y Banrural, a causa de la
visión según la cual las leyes del mercado permiten lograr el equilibrio en la
actividad económica.
Expuso que en el
séptimo año de vigencia del TLCAN desde su entrada en vigor, se puede apreciar
un incremento alarmante en las importaciones de productos agropecuarios. En los
próximos años, enfatizó, México deberá plantearse la necesidad de revisar
algunos aspectos de ese convenio internacional.
Mauricio de Maria y
Campos consideró que las soluciones no son posibles en el corto plazo, pero los
problemas del campo no pueden esperar y por ello es necesario, concluyó,
elaborar un programa político que los atienda mientras se resuelven.
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