20:30 hrs. Octubre 2 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-964

 

 

 

ÉXITO DEL TLC EN MÉXICO, CANADÁ Y ESTADOS UNIDOS

 

 

Los embajadores de Estados Unidos, Jeffrey Davidow, y de Canadá, Keith Christie, afirmaron que a casi siete años de que el Tratado de Libre Comercio (TLC) entró en vigor ha sido un éxito para los tres países, incluido México.

 

Jeffrey Davidow precisó que el flujo comercial entre Estados Unidos y México se triplicó, dado que cuando inició estaba en 80 mil millones de dólares al año y para el 2001 ambas naciones alcanzarán  250 mil millones de dólares.

 

Al participar en las "Jornadas sobre México y los Tratados de Libre Comercio", que organizó el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, abundó que cuando comenzó el TLC el comercio tuvo un balance que favoreció a Estados Unidos, aunque en los últimos años benefició a las exportaciones mexicanas.

 

Asimismo, subrayó, se incrementaron las inversiones extranjeras en nuestro país, las cuales promovieron procesos de producción integrados, en el sentido de que las tres naciones trabajan en forma conjunta en su rama específica, con lo que aumenta la competitividad.

Comentó que desde el punto de vista de su gobierno el TLC ha sido y seguirá siendo un éxito. Sin embargo, se preguntó cómo se podría perfeccionar o mejorar el sistema de comercio e inversión entre los tres países.

 

En su exposición, Jeffrey Davidow presentó las sugerencias de hombres y mujeres del mundo empresarial y de negocios estadounidenses para promover mayor inversión y elevar el comercio, lo que muestra gran ánimo para continuar la colaboración con México, pero aclaró que algunos puntos no son temas para la discusión bilateral o internacional:

 

A fin de promover mayor comercio internacional entre Estados Unidos y México, dijo, sería buen que éste último hiciera un esfuerzo adicional, enfocado en la simplificación regulatoria; los hombres de negocios se refirieron en forma específica a la aduanera.

 

Hoy, agregó, hay un importante esfuerzo entre las dos naciones para simplificar el traslado de bienes de un territorio a otro, pero todavía falta entendimiento y recomendó que la licencia aduanera tenga cobertura nacional en lugar de ser específica para un sólo puerto de entrada; resultará adecuada la elaboración de formularios únicos tanto para los importadores como para los exportadores de productos de México a Estados Unidos, con acceso a estos países y a Canadá.

 

Otra propuesta del mundo empresarial de Estados Unidos, añadió el diplomático, es la desregulación de muchos procedimientos y programas de parte del gobierno mexicano y un esfuerzo importante para simplificar y agilizar el comercio.

 

Hay interés en que los tratados de México con otros países y regiones del mundo, sean compatibles con el TLC de Estados Unidos y Canadá y tener una consistencia tal que eviten conflictos entre estos acuerdos y el de América del Norte. Además, los programas de promoción sectorial deben ser igualmente compatibles.

 

En materia laboral, expuso que de acuerdo con los empresarios estadounidenses el impedimento más grande para que haya mayor inversión en México es la falta de personal capacitado para el mundo de negocios de la primera categoría.

 

En los últimos años, señaló, el gobierno federal y los estatales se enfocaron en la cuestión de la formación de la juventud y la educación, por lo que se requiere promover programas de capacitación laboral y de desarrollo. Los hombres de negocios proponen lograr este objetivo a través de créditos fiscales cooperativos para atender la demanda de una fuerza laboral altamente capacitada y técnicamente capaz.

 

El mundo empresarial de Estados Unidos, mencionó, recomendó en lo referente a seguridad y estado de derecho establecer una alianza pública y privada del gobierno mexicano y otras organizaciones empresariales para trabajar en conjunto a fin de resolver estos problemas.

 

Manifestó la necesidad de una reforma judicial integral en México que considere los siguientes puntos: programas de capacitación y educación para jueces y procuradores, simplificar el acceso y el procedimiento del Ministerio Público al levantar denuncias penales, y penas más severas por el delito de abuso de autoridad.

 

En cuanto a seguridad pública, dijo que los empresarios estadounidenses sugieren incrementar y mejorar la capacitación de los elementos de las instituciones del ramo, la creación de bases de datos confiables.

 

Jeffrey Davidow insistió en que como embajador "no me compete hacer sugerencias en cuanto a lo que el gobierno de México debe hacer".

 

Sobre la posición de México ante los atentados contra Estados Unidos, opinó que la respuesta de nuestro país “ha sido coherente, consistente y fuerte. México está del lado no de los Estados Unidos sino de las Naciones Unidas y del mundo civilizado en la lucha contra el terrorismo”.

 

Su posición, añadió, es “correcta” en la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA). El gobierno mexicano tomó decisiones y acciones para establecer si hay bienes o dinero de los terroristas en el territorio nacional y colabora en el intercambio de información e inteligencia no sólo con Estados Unidos, sino con otros países.

 

 

 

 

Por su parte, el embajador de Canadá, Keith Christie, subrayó que entre el 70 y 75% de la población de ese país respalda al TLC por haber sido exitoso, pues la inversión canadiense en México creció por lo menos seis veces. Pero, en temas específicos el tratado no ha eliminado todos los problemas.

 

Sin embargo, puntualizó, todo tratado tiene ciertas frustraciones, pues a pesar de los grandes logros las exportaciones canadienses de madera hacia Estados Unidos -la segunda en importancia- están trabadas por una serie de medidas que se negocian. Es un problema de definición e implementación correcta de las obligaciones que no se ha superado.

 

Entre México y Estados Unidos, hay temas pendientes como el del transporte terrestre por la diferencia de interpretación; en materia de exportación de azúcar  de Estados Unidos hay una controversia. Con nuestro país, Canadá tiene un problema de interpretación sobre un proyecto de la semilla de papa.

 

Las metas no alcanzadas: una liberalización del otorgamiento de visas para los profesionales para que puedan viajar con mayor facilidad a los tres países y sin mayores trabas para ejercer su profesión. En siete años no se negoció ningún acuerdo de reconocimiento de títulos profesionales.

 

En los próximos meses, México y Canadá firmarán un acuerdo respecto a los ingenieros civiles, lo cual será el primero.

 

Entre los logros con el TLC mencionó: la desgravación de los aranceles; los sistemas establecidos para la solución de diferencias funcionaron en forma adecuada; el comercio entre Canadá y México creció 250%, con un superávit para nuestro país de dos contra uno.

 

En el mismo lapso, el comercio de Canadá y Estados Unidos creció 125%, con superávit para el primero de ellos; y el de la Unión Americana y México aumentó 255%, con superávit para México.

 

La inversión canadiense estableció por lo menos 28 mil empleos nuevos, la de Estados Unidos en México también se incrementó en forma significativa.

 

El Producto Bruto Interno  per cápita, en la década de los 90, creció de 18 mil dólares canadienses a 27 mil y en los Estados Unidos de 22 mil a 37 mil dólares.

 

En su oportunidad, Gustavo Vera Cánovas, catedrático del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, mencionó que el TLC ha tenido logros.

 

Desde la perspectiva de México, aseguró, “no se puede dejar de reconocer que en los primeros siete años hubo una clara voluntad de los tres países, a escala gubernamental y de los sectores productivos, de cumplir con las disposiciones expresas del Tratado”.

 

Señaló que los procesos de desgravación fueron instrumentados de acuerdo con los calendarios e, incluso, en algunos productos se aceleraron por acuerdo de las naciones. Como resultado de ello, el crecimiento del comercio es exponencial: aumentó tres veces y en el caso del intercambio entre México y Estados Unidos se desarrolló el 24.6% anual.

 

Aunque reconoció que ese crecimiento no se ha debido exclusivamente al TLC, sino a otros factores como la devaluación del peso generada luego de la crisis de 1994 y a la fortaleza de la economía estadounidense, ciertos sectores de la economía tienen mayor dinamismo comercial gracias a los procesos de desgravación y la eliminación de barreras comerciales.

 

En relación con los problemas que plantea el acuerdo comercial, Vega Cánovas mencionó los sistemas aduanales y el transporte. Además, a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos y con la finalidad de reforzar la seguridad nacional en esa nación, se plantea el riesgo de que se pierda el valor estratégico que puede llegar a tener el acuerdo y de que se  implanten medidas y obstáculos que impidan el avance de ese proceso creciente.

 

El embajador del Reino Unido de la Gran Bretaña, Adrian C. Thorpe, destacó que Europa estará con los Estados Unidos "hombro con hombro" y que el ataque a las instituciones económicas precipitaron que los acuerdos de libre comercio se vuelvan irrelevantes en algunos casos.

 

Sin embargo, los hechos del 11 de septiembre, dijo, no empeorarán las dificultades económicas que enfrenta el mundo al menos en el corto plazo, "no debemos exagerar su efecto, las primeras caídas en las bolsas de valores y los aumentos del petróleo se mostraron de inmediato como una respuesta exagerada y que ya se corrigió en gran medida".

 

Por otra parte, recalcó que a raíz del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE) se logró que las exportaciones británicas a México aumentarán casi en un 17% y las mexicanas hacia el Reino Unido ascendieran en más de 50%, por lo que, comentó, "ambos países se encuentran en equilibrio ya que se benefician casi de igual manera".

 

A su vez, el secretario general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Rodolfo Echeverría Ruiz, cuestionó los resultados del TLCUE al manifestar que no responde a los intereses de la nación, al tiempo que expresó que el territorio mexicano se convierte en simple paso para las grandes potencias y los mexicanos en espectadores.

 

Asimismo, anotó que las políticas de libre comercio que se llevan a cabo en el país carecen de una visión equilibrada, por lo que se crea un "monstruo" que tarde o temprano se saldrá de control.

 

 

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