6:00 hrs. Septiembre 30 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-956

 

 

SIN MIGRANTES, CANADÁ NO HUBIERA LOGRADO LA PROSPERIDAD Y EL AVANCE ECONÓMICO Y TECNOLÓGICO

 

·        Mónica Verea Campos, investigadora del CISAN de la Universidad Nacional, dijo que en el 2000 Canadá recibió 226 mil 837 inmigrantes

·        Subrayó que en el siglo XX la política migratoria de ese país fue utilizada como un instrumento para la construcción de la nación       

 

Sin la importante contribución del flujo de inmigrantes Canadá no sería el país próspero que es en la actualidad ni hubiera avanzado en materia económica y tecnológica como lo ha hecho, aseveró la especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Mónica Verea Campos.

 

Informó que en el año 2000 Canadá recibió 226 mil 837 inmigrantes, el 58% lo hizo por razones económicas, es decir, como emigrantes independientes que tienen un trabajo asegurado y sólo el 27% por tener un familiar con la ciudadanía de ese país.

 

En entrevista, la investigadora comparó que, en cambio, para los estadounidenses sólo el 20% entra por cuestiones económicas y el 70% por asuntos familiares.

 

Aunque con restricciones, explicó, durante el siglo XX la política migratoria canadiense fue utilizada como un instrumento para la construcción de la nación. A diferencia de Estados Unidos, este país está consciente de que la inmigración trajo actitudes positivas  para su sociedad que lo beneficiaron económica y socialmente.

 

Cada año, abundó, en Canadá se establecen metas demográficas laborales federales y regionales, además existen tres tipos de categorías de admisión bajo la sección seis de la Ley de Inmigración: familiar, de refugiados e independientes. Estos últimos pueden solicitar su ingreso bajo su propia iniciativa y luego ser admitidos.

 

Canadá estableció que sólo admitirá la cantidad de migrantes que represente el 1% de su población, la cual es de 31 millones, pero en realidad para este 2001 sólo aceptará un máximo de 235 mil personas, indicó.

 

La especialista del CISAN apuntó que en los últimos tres años, aumentó el número de inmigrantes a Canadá: en el 2000 se admitieron 266 mil, 20% más que en 1999 y 9% superior a 1998.

 

Las personas que migran a Canadá, señaló, proceden sobre todo de China, India y Pakistán; se establecen principalmente en tres ciudades: Toronto, Vancouver y Montreal, y la mayoría son profesionistas.

 

De acuerdo con datos del censo de ese país, para 1996 la población nacida en el exterior y que habitaba en Canadá era de cinco millones, de los cuales el 25% emigró antes de 1961 y otro porcentaje similar durante los 90.

 

De estos cinco millones, 250 mil personas, son inmigrantes provenientes de Estados Unidos, y 273 mil de Centro y Sudamérica. Pero no se tienen estadísticas de cuántos proceden de México.

 

Verea Campos subrayó que el número de inmigrantes procedentes de Estados Unidos bajó su participación y los de Centro y Sudamérica la aumentaron.  Por lo que respecta a los trabajadores temporales, de un total de 65 mil registrados en 1998, sólo el 6% -cerca de cuatro mil-, laboraba en la industria primaria, actividad que por lo general cubren los mexicanos y los caribeños.

 

En estos momentos, añadió, Canadá realiza una revisión integral de su política migratoria para ajustarse a las nuevas necesidades. Propuso un proyecto llamado Ley de Protección al Inmigrante y Refugiado. Sin embargo, existe la posibilidad de que continúe los principios que guían su estrategia de admisión y la reunificación como una de sus preocupaciones humanitarias.

 

Luego, la investigadora del CISAN se refirió al Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos que se lleva a cabo en Canadá y surgió en 1974. En ese año, participaron 203 connacionales; en 1984, eran 550; a finales de los 80 se contrataron 4 mil 369, y en 1999 fueron siete mil 642.

 

Esta última cantidad muestra que los empresarios canadienses dependen cada vez más de los trabajadores agrícolas mexicanos, lo que propició la disminución de caribeños y centroamericanos.

 

Para México, especificó, el programa es una alternativa de empleo para un sector en desventaja dentro del mercado laboral, al tiempo que significa ingresos de divisas para el país-región y las familias del migrante. Hasta el momento funciona en forma excelente y representa un ejemplo del buen entendimiento y comunicación política que mantienen ambos países.

 

Consideró que debido a la distancia entre México y Canadá es mínima la probabilidad  de que se presente un flujo de trabajadores indocumentados, aunque en forma eventual podría registrarse.

 

De acuerdo con el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos la jornada laboral debe ser de ocho horas diarias y 40 semanales; el pago del salario es cada siete días en el lugar de trabajo y con el mismo nivel del empleado canadiense, o sea, sin diferenciación.

 

Asimismo, el alojamiento debe ser gratuito y adecuado, así como la alimentación; el pago de compensación será por heridas personales sufridas o enfermedades adquiridas como resultado del trabajo; seguro de gastos médicos, atención hospitalaria y beneficios de fallecimiento.

 

Al igual que en Estados Unidos, planteó Mónica Verea, el sector servicios trajo a la mayoría de los inmigrantes de altas y bajas capacidades. Los latinos son el segundo grupo racial que ocupa el mercado laboral, después de los asiáticos.

 

En general, anotó, el impacto de los latinoamericanos en la economía de Canadá es positivo, ya que para 1995 reportaron una tasa de impuestos del 61%, parecida a la de los inmigrantes asiáticos, y mostraron una buena disponibilidad para pagar sus contribuciones, según datos oficiales de Canadá.

 

El 41% de los inmigrantes provenientes de América Latina entró a Canadá con una escolaridad de cero o nueve años; 32%, con 10 a 12 años de educación, y sólo 5% con grados universitarios.

 

Debido a que los inmigrantes de otras regiones tienen niveles más altos de educación, los latinos son más susceptibles al desempleo y a la obtención de menores ingresos, tanto en Canadá como en Estados Unidos, estableció.

 

La especialista destacó que en el caso mexicano, la mayoría de los trabajadores proceden de cuatro estados: México, Tlaxcala, Guanajuato e Hidalgo y se dedican en forma temporal al sector agrícola de seis a nueve meses. Por su adaptabilidad a esa labor, el programa canadiense va en aumento.

 

Por lo general, comentó, los mexicanos son hombres jóvenes de entre 25 y 45 años de edad; los empresarios canadienses prefieren que sean casados, para tener la certeza de que regresarán a su lugar de origen; durante los últimos años la mayoría son empleados en granjas de frutas, verduras y tabaco en las provincias de Ontario, y en menor medida en las que Quebec, Alberta y Manitoba.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Mónica Verea Campos, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, señaló que durante el siglo XX la política migratoria canadiense fue utilizada como instrumento para la construcción de la nación.

 

En el 2000, el número de migrantes a Canadá aumentó en 20% con respecto al año anterior, manifestó Mónica Verea Campos, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.