6:00 hrs. Septiembre 29 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-953

 

EL PUNTO G, MÁS ALLÁ DEL PLACER SEXUAL

 

·        Beverly Whipple, investigadora de la Universidad de Rutgers, afirmó que además de la estimulación sexual, bloquea el dolor

·        El contacto físico no es estrictamente necesario para producir un orgasmo, aseguró la sexóloga

 

El llamado Punto G –lugar de excitación de la sexualidad femenina situado al frente de la pared interior de la vagina que debe su nombre a su descubridor, el doctor Enst Gräfenberg– tiene un significado más grande que el simple placer sexual, pues mediante experimentos con voluntarias se ha demostrado que la estimulación de la vagina también produce un efecto de bloqueo del dolor, aseguró Beverly Whipple, investigadora de la Universidad de Rutgers,

 

La experiencia sexual de las mujeres es muy complicada pues incluye diversos factores como la autoestima, la imagen de su cuerpo, el placer, la satisfacción y muchos otros. Por ello, no se les puede englobar en un solo modelo ni en una sola forma de responder sexualmente hablando, explicó la sexóloga y psicobióloga, Beverly Whipple, en su conferencia Beyond te G. Spot: recent research concerning female sexuality en la Facultad de Psicología.

 

Mencionó que se debe tener en cuenta que las mujeres no son iguales y además, escuchar las necesidades de cada una, así como estar abiertos a las diferentes formas por las cuales ellas sienten placer. Cuando la mujer experimenta un orgasmo, abundó, quiere decir que no existen impedimentos físicos ni psicológicos para que así suceda.

 

Pero también es posible que haya capacidad, deseo y receptividad para experimentar placer y satisfacción independientemente del orgasmo. Estos últimos son característicos y parte importante de la sexualidad femenina.

 

Un sistema de clasificación que incluya factores psicológicos, biológicos y sociales, así como experiencias diversas, puede ayudar a establecer las necesidades de la mujer para tener una función sexual adecuada, dijo la sexóloga.

 

Todos esos aspectos dan en total la función sexual femenina, y la ausencia o modificación de uno de ellos podría provocar la disfunción. En este sentido dijo que la respuesta sexual humana, y en especial la de las mujeres, no es lineal, sino mucho más compleja.

 

La doctora Whipple, quien ha trabajado durante más de 30 años en ese campo, señaló que la sexualidad empieza con aceptarnos a nosotros mismos para que de ese modo nos acepten los demás.

 

Señaló que el grado máximo de excitación tiene que ver con la presencia de una fantasía en el momento de la estimulación. En otro estudio, la especialista y sus colaboradores documentaron tal fenómeno.

 

A pesar de que se registró una gran cantidad de orgasmos por estimulación de los genitales, se vio que el contacto físico no es estrictamente necesario para producir un orgasmo.

 

En este sentido, la vicepresidenta de la Asociación Mundial de Sexología (WAS) apuntó que se requiere una nueva definición para el orgasmo. “Tenemos que creerle a una mujer cuando dice que ha tenido uno aún cuando nadie la ha tocado, incluso, ni ella misma”. Los estudios al respecto continúan.

 

Hay mujeres que no tienen orgasmos, incluso si se estimula el Punto G. Se vio, con base en las rutas nerviosas, que ello se debe a que el estímulo va más allá del punto en el cerebro conocido como T10, a donde llega la estimulación de los genitales.

 

En el estudio de mujeres con daños en la espina se ha registrado que, al parecer, debe haber una ruta nerviosa que vaya directamente de la vagina y el cérvix al cerebro, sin pasar por la médula espinal. “Estamos haciendo estudios en mujeres a las que se hizo un corte en el nervio craneal para determinar a qué parte del cerebro llega el estimulo del orgasmo”, añadió.

 

Después de décadas de investigación, aseguró Whipple, “mi interés es que las mujeres aprendan a conocerse y así tengan mejores sensaciones”. Por ello, se deben hacer más estudios a escala internacional, en distintas culturas, y ver las variables de todo tipo, incluidas las sociales y culturales, que afectan la respuesta sexual femenina para tratar de entender que les sucede “en lugar de meterlas en un solo modelo de lo que es y no es placentero”.

 

Aseguró que los hombres son el estándar normativo para la investigación y el tratamiento médico. “Esto significa que, por lo general, las hormonas en el hombre establecen el estándar para todos; aunque eso ha disminuido, espero que la sexualidad femenina y las disfunciones de la mujer no se tomen de la misma forma”.

 

De 1990 a 1999 hubo dos y media veces más estudios sobre disfunción sexual masculina que sobre la femenina. El concepto de sexo ha sido definido por el hombre, de forma tal que un solo orgasmo se ha convertido en el estándar de la respuesta sexual de la mujer, a pesar de las incontables referencias, estudios y evidencia de la eyaculación femenina, que por lo general es ignorada por sexólogos y médicos.

 

“Todavía no hemos conceptualizado la sexualidad de la mujer en formas que no impongan categorías que sólo aplican a la masculinidad y a los hombres. La sexualidad de ella es diferente en muchas formas pero aún está atrapada en los límites conceptuales masculinos”, concluyó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Beverly Whipple, sexóloga e investigadora de la Universidad de Rutgers, New Jersey, afirmó que los últimos descubrimientos acerca del Punto G determinan que no sólo produce placer sexual a las mujeres, sino que evita el dolor.