15:00 hrs. Septiembre 28 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-950

 

 

PARA EVITAR EL CIERRE DE FRONTERAS DE EU, MÉXICO DEBE MOSTRAR TRABAJO EN MATERIA DE SEGURIDAD NACIONAL

 

·        Los más afectados, los indocumentados, dijo Ana María Salazar, ex subsecretaria adjunta de Defensa para Política y Apoyo Antidrogas del  Departamento de Defensa de los Estados Unidos

·        Concluyó el Coloquio "Globalidad y conflicto. Estados Unidos y la crisis de septiembre", organizado por el CISAN

 

La ex subsecretaria adjunta de Defensa para Política y Apoyo Antidrogas del  Departamento de Defensa de los Estados Unidos, Ana María Salazar, advirtió que la política mexicana debe dar visos a su vecino del norte de que trabaja en la creación de un área de seguridad pues de lo contrario -de un día para otro-, se cerrarán fronteras, se afectará a los indocumentados y habrá problemas con las exportaciones nacionales.

 

Destacó que ante la actual situación, el tema de la migración desaparecerá de la agenda estadounidense, además de que podría resultar contraproducente la insistencia del gobierno mexicano de tratar de insertarlo porque habrá una serie de reacciones desafortunadas de los legisladores norteamericanos.

 

La ex funcionaria del gobierno estadounidense y profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), participó en el último día de trabajos del Coloquio "Globalidad y conflicto. Estados Unidos y la crisis de septiembre", organizado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), así como la FCPyS, y clausurado por el embajador de Chile en México, Luis Maira.

 

En el auditorio de la Coordinación de Humanidades, resaltó que el tema bilateral será sobre seguridad y se hablará de eficientar el control fronterizo, el de los puertos, aeropuertos y vías terrestres.

 

Al hablar en la mesa "Implicaciones en México, América Latina y Estados Unidos", la investigadora del CISAN, Mónica Verea Campos, expresó que ante los  acontecimientos,  en ese país se reforzará la política de refronterización para rechazar a los  extranjeros sin documentos.

 

Ante ello, los grandes perdedores volverán a ser los indocumentados, ya que su vulnerabilidad será cada vez más evidente ante el ambiente adverso.

 

En términos generales, dijo, se puede afirmar que un mayor control en la frontera propiciará una militarización que redundará en una mayor violencia en la región en general y en contra de los derechos e intereses de los inmigrantes en particular.

 

José Luis Valdés Ugalde, director del CISAN, manifestó su preocupación ante la estigmatización de la posición y el consecuente compromiso del gobierno mexicano, sin que se considere de manera seria los factores extraordinarios impuestos al país desde la existencia misma de la frontera.

 

Sin embargo, comentó que en México se da una respuesta aletargada en la discusión para asumir su postura toda vez que no existe consenso entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

 

José Luis Valdés recalcó que a partir de los hechos en Estados Unidos, la ofensiva contra el narcotráfico quedará subsumida ante el terrorismo, por lo que se pueden prever acciones similares para combatir ambos fenómenos.

 

El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Roberto Peña Guerrero afirmó que no se puede luchar contra el terrorismo con bandera de defensa de la libertad si se aplican medidas contrarias a ella.

 

Por ello, advirtió, la estrategia del gobierno estadounidense de realizar una lucha sin cuartel contra el terrorismo internacional -que se estima de largo plazo- conducirá a que las libertades democráticas y la seguridad de pueblos enteros esté en mayor peligro que antes del 11 de septiembre pasado.

 

En su participación en la mesa "La seguridad mundial y los riesgos de la democracia", puntualizó que sería terrible que se avanzara hacia un régimen autoritario, donde el combate al terrorismo internacional confundiera cualquier tipo de disidencia hasta de pensamiento, lo que significaría también una amenaza para la democracia y la seguridad internacional

 

El académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Leonardo Curzio, consideró adecuado darle mayores facultades a las corporaciones de seguridad e inteligencia, pero con las precisiones exactas que permitan el equilibrio entre el estado de derecho y la razón del Estado.

 

Resaltó que sobrerreacciones como la ocurrida en Estados Unidos puede llevar a un problema real para la democracia.

 

En la mesa "El impacto económico", la investigadora del CISAN, Elaine Levine Leitter, explicó que luego de un largo periodo de crecimiento, desde el cuarto trimestre del 2000 en Estados Unidos la situación se revirtió al grado de que en este año se han presentado siete disminuciones de la tasa de interés.

 

Debido a la recesión, expuso, Estados Unidos aplicó medidas con las que esperaba lograr un "aterrizaje suave", hecho que se nulificó con los atentados terroristas y que impedirá que en el 2002 haya recuperación como predicen los analistas estadounidenses.

 

La especialista subrayó que a partir del tercer trimestre del 2000 la productividad de Estados Unidos disminuyó, así como las ganancias, lo que provocaron un nulo crecimiento en esos rubros.

 

En materia salarial, indicó, en términos comparativos el sueldo promedio semanal a finales del año pasado y la primera mitad de éste no alcanzó el máximo obtenido en 1973, lo que trae como consecuencia que el poder adquisitivo real de los trabajadores sea inferior al de esa temporada.

 

En la mesa "El conflicto entre legalidad, orden y violencia", el investigador del IIJ, Alonso Gómez Robledo, aseguró que el terrorismo parece haber rebasado al derecho internacional, lo cual trae como consecuencia que los Estados ya no se planteen la cuestión de una reacción a este fenómeno en términos de la legalidad, sino exclusivamente de conveniencia política.

 

Agregó que "todo se pasa, como si cada uno de los Estados se viera a sí mismo como investido de un derecho moral que le permite reaccionar en contra de los grupos terroristas y de aquellos Estados que de alguna manera, se supone, los protegen o encubren, sin preocuparse en lo más mínimo de las normas jurídicas”.

 

Por su parte, el director del Anuario Mexicano de Derecho Internacional que publica el IIJ, Manuel Becerra, sostuvo que el elemento jurídico debe ser la única respuesta al terrorismo. “No le vería otra salida a la convivencia a nivel internacional”.

 

El coordinador del Programa de Posgrado de Derecho de la UNAM añadió que la reacción de Estados Unidos ante el atentado sufrido es terrorismo de otro lado, porque de acuerdo con el derecho internacional no procede un ejercicio de legítima defensa.

 

El presidente George W. Bush, aseveró, debería buscar la cooperación internacional para encontrar a quienes fueron los responsables y que se juzguen. “La única respuesta sería racional, de ser humano, que solamente puede dar el derecho internacional”.

 

Héctor Cuadra, profesor e investigador de la Coordinación de Relación Internacional de la FCPyS, manifestó que hay muchas conjeturas sobre los atentados, pero poco de una construcción interpretativa más precisa y adecuada porque se carece de un marco teórico.

 

Destacó que en la actualidad el terrorismo internacional constituye el contrario dialéctico al hegemonismo de Estados Unidos, al presentar una cruda proposición de nuevo diálogo basado en mecanismos de violencia y desequilibrio. Este fenómeno, dijo tiene dos características fundamentales: carece de rostro, pero cuenta con el don de la ubicuidad.

 

 

 

 

 

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