Boletín UNAM-DGCS-950
PARA EVITAR EL
CIERRE DE FRONTERAS DE EU, MÉXICO DEBE MOSTRAR TRABAJO EN MATERIA DE SEGURIDAD
NACIONAL
·
Los más afectados, los indocumentados, dijo
Ana María Salazar, ex subsecretaria adjunta de Defensa para Política y Apoyo
Antidrogas del Departamento de Defensa
de los Estados Unidos
·
Concluyó el Coloquio "Globalidad y
conflicto. Estados Unidos y la crisis de septiembre", organizado por el
CISAN
La ex subsecretaria adjunta de
Defensa para Política y Apoyo Antidrogas del
Departamento de Defensa de los Estados Unidos, Ana María Salazar,
advirtió que la política mexicana debe dar visos a su vecino del norte de que
trabaja en la creación de un área de seguridad pues de lo contrario -de un día
para otro-, se cerrarán fronteras, se afectará a los indocumentados y habrá
problemas con las exportaciones nacionales.
Destacó que ante la actual
situación, el tema de la migración desaparecerá de la agenda estadounidense,
además de que podría resultar contraproducente la insistencia del gobierno
mexicano de tratar de insertarlo porque habrá una serie de reacciones
desafortunadas de los legisladores norteamericanos.
La ex funcionaria del gobierno
estadounidense y profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM),
participó en el último día de trabajos del Coloquio "Globalidad y
conflicto. Estados Unidos y la crisis de septiembre", organizado por el
Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), el Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ), así como la FCPyS, y clausurado por el
embajador de Chile en México, Luis Maira.
En el auditorio de la
Coordinación de Humanidades, resaltó que el tema bilateral será sobre seguridad
y se hablará de eficientar el control fronterizo, el de los puertos,
aeropuertos y vías terrestres.
Al hablar en la mesa
"Implicaciones en México, América Latina y Estados Unidos", la
investigadora del CISAN, Mónica Verea Campos, expresó que ante los acontecimientos, en ese país se reforzará la política de refronterización para
rechazar a los extranjeros sin
documentos.
Ante ello, los grandes
perdedores volverán a ser los indocumentados, ya que su vulnerabilidad será
cada vez más evidente ante el ambiente adverso.
En términos generales, dijo,
se puede afirmar que un mayor control en la frontera propiciará una
militarización que redundará en una mayor violencia en la región en general y
en contra de los derechos e intereses de los inmigrantes en particular.
José Luis Valdés Ugalde,
director del CISAN, manifestó su preocupación ante la estigmatización de la
posición y el consecuente compromiso del gobierno mexicano, sin que se
considere de manera seria los factores extraordinarios impuestos al país desde
la existencia misma de la frontera.
Sin embargo, comentó que en
México se da una respuesta aletargada en la discusión para asumir su postura
toda vez que no existe consenso entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
José Luis Valdés recalcó que a
partir de los hechos en Estados Unidos, la ofensiva contra el narcotráfico
quedará subsumida ante el terrorismo, por lo que se pueden prever acciones
similares para combatir ambos fenómenos.
El académico de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Roberto Peña Guerrero afirmó que no se
puede luchar contra el terrorismo con bandera de defensa de la libertad si se
aplican medidas contrarias a ella.
Por ello, advirtió, la
estrategia del gobierno estadounidense de realizar una lucha sin cuartel contra
el terrorismo internacional -que se estima de largo plazo- conducirá a que las
libertades democráticas y la seguridad de pueblos enteros esté en mayor peligro
que antes del 11 de septiembre pasado.
En su participación en la mesa
"La seguridad mundial y los riesgos de la democracia", puntualizó que
sería terrible que se avanzara hacia un régimen autoritario, donde el combate
al terrorismo internacional confundiera cualquier tipo de disidencia hasta de
pensamiento, lo que significaría también una amenaza para la democracia y la
seguridad internacional
El académico del Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH),
Leonardo Curzio, consideró adecuado darle mayores facultades a las
corporaciones de seguridad e inteligencia, pero con las precisiones exactas que
permitan el equilibrio entre el estado de derecho y la razón del Estado.
Resaltó que sobrerreacciones
como la ocurrida en Estados Unidos puede llevar a un problema real para la
democracia.
En la mesa "El impacto
económico", la investigadora del CISAN, Elaine Levine Leitter, explicó que
luego de un largo periodo de crecimiento, desde el cuarto trimestre del 2000 en
Estados Unidos la situación se revirtió al grado de que en este año se han
presentado siete disminuciones de la tasa de interés.
Debido a la recesión, expuso,
Estados Unidos aplicó medidas con las que esperaba lograr un "aterrizaje
suave", hecho que se nulificó con los atentados terroristas y que impedirá
que en el 2002 haya recuperación como predicen los analistas estadounidenses.
La especialista subrayó que a
partir del tercer trimestre del 2000 la productividad de Estados Unidos
disminuyó, así como las ganancias, lo que provocaron un nulo crecimiento en
esos rubros.
En materia salarial, indicó,
en términos comparativos el sueldo promedio semanal a finales del año pasado y
la primera mitad de éste no alcanzó el máximo obtenido en 1973, lo que trae
como consecuencia que el poder adquisitivo real de los trabajadores sea
inferior al de esa temporada.
En la mesa "El conflicto
entre legalidad, orden y violencia", el investigador del IIJ, Alonso Gómez
Robledo, aseguró que el terrorismo parece haber rebasado al derecho
internacional, lo cual trae como consecuencia que los Estados ya no se planteen
la cuestión de una reacción a este fenómeno en términos de la legalidad, sino exclusivamente
de conveniencia política.
Agregó que "todo se pasa,
como si cada uno de los Estados se viera a sí mismo como investido de un
derecho moral que le permite reaccionar en contra de los grupos terroristas y
de aquellos Estados que de alguna manera, se supone, los protegen o encubren,
sin preocuparse en lo más mínimo de las normas jurídicas”.
Por su parte, el director del
Anuario Mexicano de Derecho Internacional que publica el IIJ, Manuel Becerra,
sostuvo que el elemento jurídico debe ser la única respuesta al terrorismo. “No
le vería otra salida a la convivencia a nivel internacional”.
El coordinador del Programa de
Posgrado de Derecho de la UNAM añadió que la reacción de Estados Unidos ante el
atentado sufrido es terrorismo de otro lado, porque de acuerdo con el derecho
internacional no procede un ejercicio de legítima defensa.
El presidente George W. Bush,
aseveró, debería buscar la cooperación internacional para encontrar a quienes
fueron los responsables y que se juzguen. “La única respuesta sería racional,
de ser humano, que solamente puede dar el derecho internacional”.
Héctor Cuadra, profesor e
investigador de la Coordinación de Relación Internacional de la FCPyS,
manifestó que hay muchas conjeturas sobre los atentados, pero poco de una
construcción interpretativa más precisa y adecuada porque se carece de un marco
teórico.
Destacó que en la actualidad
el terrorismo internacional constituye el contrario dialéctico al hegemonismo
de Estados Unidos, al presentar una cruda proposición de nuevo diálogo basado
en mecanismos de violencia y desequilibrio. Este fenómeno, dijo tiene dos
características fundamentales: carece de rostro, pero cuenta con el don de la
ubicuidad.
-oOo-