17:00 hrs. Septiembre 26 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-944

 

 

Pies de Foto al Final del Boletín

 

SATISFACTORIA, LA RESPUESTA DE LAS TORRES GEMELAS AL IMPACTO DE LAS AERONAVES: OSCAR DE BUEN

 

 

·        Asegura el profesor emérito de la FI que no fue poco el tiempo que estuvieron sometidos ambos edificios a temperaturas muy altas

·        Especialistas universitarios analizaron en la Facultad de Arquitectura el comportamiento estructural de los edificios del World Trade Center tras el ataque terrorista

 

Las estructuras de los edificios del World Trade Center de Nueva York tuvieron un comportamiento satisfactorio ante el impacto de los aviones utilizados por los terroristas para perpetrar su ataque, afirmó Oscar de Buen López Heredia, profesor emérito de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, quien destacó el tiempo que tardaron en derrumbarse, fundamentalmente por la exposición a las altas temperaturas provocadas por el incendio.

 

En la mesa redonda “Análisis del comportamiento estructural de las Torres Gemelas de Nueva York”, realizada en la Facultad de Arquitectura (FA), De Buen López Heredia, junto con otros especialistas universitarios, calificaron de central el papel del incendio,  provocado por el combustible de los aviones, en el derrumbe de los edificios neoyorquinos.

 

Explicó que la resistencia del acero de las columnas de las Torres Gemelas disminuye entre los 250 y 500 grados Farenheit, pero a partir de los 800 grados en la misma escala se reduce de manera drástica. La temperatura a la que se sometieron ambos edificios con el incendio posterior al impacto de los aviones fue de aproximadamente dos mil grados Farenheit, indicó.

 

Acompañado por los arquitectos Wolfram Oehler Brueckner, Jesús Aguirre Cárdenas, Jaime Nenclares García y Eduardo Navarro Guerrero; los ingenieros Hilario Prieto Calderón y Sergio González Karg, así como el director de la Facultad de Arquitectura, Felipe Leal Fernández, De Buen López Heredia sostuvo que la estructura tubular de las Torres Gemelas, sistema que ya no se utiliza en construcciones modernas, se comportó bien dado el tiempo que tardaron en caer ambos edificios.

 

Por su parte, el también profesor emérito de la FA, Jesús Aguirre Cárdenas, señaló que tras el impacto de las aeronaves la vibración de la estructura pudo experimentar un efecto de resonancia que la afectó aún más e influyó en su desplome.

 

En tanto, Sergio González Karg, académico de las facultades de Ingeniería y Arquitectura, indicó que para la demolición de edificios se colocan de manera diagonal elementos que funden las estructuras metálicas para que el derrumbe siga una trayectoria vertical.

 

En el caso de las torres del World Trade Center de Manhattan, dijo, los aproximadamente 90 mil litros de turbosina con que estaban cargados los aviones que se estrellaron actuaron como fundente que alcanzó una temperatura cercana a los dos mil grados Farenheit.

 

A su vez, Jaime Nenclares García se refirió al efecto multiplicador que significó la caída repentina de los pisos superiores, cuyo peso se calcula en 40 toneladas por metro cuadrado, sobre los más bajos, cuya estructura ya estaba resentida por las altas temperaturas. Sumado a lo anterior el factor de la gravedad, precisó, el peso que se desplomó sobre los niveles inferiores de las Torres Gemelas fue de al menos ocho millones de toneladas.

 

El catedrático de la FA añadió que el acero utilizado en las columnas que soportaban el peso de ambos edificios es un buen conductor del calor, lo cual facilitó el debilitamiento estructural de ambas construcciones.

 

En su participación, Wolfram Oehler Brueckner consideró que el tiempo que estuvieron expuestas las estructuras metálicas de ambas torres, así como la temperatura que alcanzaron, fue un factor determinante en el derrumbe final de las mismas.

 

El académico universitario aseguró que la caída más rápida del segundo edificio obedeció a que el impacto del avión con el que fue atacado se registró unos cuantos niveles más abajo que en la torre atacada en primer término. La carga que tuvo que soportar, en consecuencia, fue mucho mayor, puntualizó.

 

Oehler Brueckner concluyó que la alta presión a la que estaba cargado el combustible del aeroplano permitió que el fuego se distribuyera a gran velocidad en los tres pisos que resultaron afectados por la colisión del avión.

 

 

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Pies de fotos

 

Hilario Prieto Calderón y Wolfram Oehler Brueckner, durante la mesa redonda en la que se analizó el comportamiento estructural de las Torres Gemelas, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

 

Felipe Leal, director de la Facultad de Arquitectura, presentó al grupo de especialistas universitarios que analizaron el derrumbe de las Torres Gemelas tras los atentados terroristas.

 

Hilario Prieto Calderón, Oscar de Buen López Heredia, Sergio González Karg y Jaime Nenclares García, especialistas universitarios que hablaron sobre el comportamiento estructural de las Torres Gemelas de Nueva York.