20:30 hrs. Septiembre 24 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-936

 

 

 

LOS ATENTADOS A EU TORNAN MÁS DIFÍCIL Y COMPLICADA LA DISCUSIÓN DE LOS DERECHOS INDÍGENAS

 

·        Pueden quedarse en el tintero de las Nacional Unidas y de la OEA las declaraciones sobre los derechos de los pueblos indígenas, dijo Marcos Matías, director general del Instituto Nacional Indigenista

·        Inauguró el diplomado Derechos indígenas, derechos humanos, organizado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, la Academia Mexicana de Derechos Humanos y el INI

·        No puede haber concesiones en la defensa y promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas: Pérez Correa

 

Los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington tornan más difícil y complicada la discusión de los derechos indígenas, sobre todo si asumimos que el reconocimiento de los derechos colectivos, como la libre determinación y la autonomía, implican un replantamiento de la noción clásica de las naciones modernas, así lo señaló Marcos Matías, director general del Instituto Nacional Indigenista (INI).

 

Comentó que si bien es cierto el terrorismo no es consustancial a un pueblo o religión determinada, hay señales claras de que los grupos subordinados van a ser observados y cuestionados en sus demandas, fundamentalmente bajo el argumento de la seguridad nacional y de la integridad de los Estados.

 

Esta situación evidentemente perjudica el tema del reconocimiento de los pueblos indígenas, ya que puede dejar de ocupar la preeminencia que a finales del siglo pasado alcanzó. Plantear la renovación y evolución de los sistemas políticos y jurídicos hacia una mayor apertura democrática y pluricultural, probablemente hará que éstos se tropiecen con tendencias ortodoxas y conservadoras, si no es que duras y autoritarias.

 

Al acto inaugural del diplomado Derechos indígenas, derechos humanos asistió el director de la FCPyS, Fernando Pérez Correa, quien resaltó la utilidad de que en todos los ámbitos posibles se reproduzca una definición de principios, y que la tarea con relación a la cual no pueden haber concesiones es la de la defensa y promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas; por eso, concluyó es tan importante para la esta facultad la promoción de este diplomado.

 

En el acto –organizado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, la Academia Mexicana de Derechos Humanos y el propio instituto– Marcos Matías aseguró que la justicia y la democracia deben pasar y contemplar la inclusión de aquellos sujetos colectivos que culturalmente se distinguen por tener institución distinta a la de la cultura hegemónica nacional.

 

Para convencer al mundo de que pluralismo cultural es una demanda justa tenemos que continuar analizando, debatiendo y proponiendo argumentos éticos y moralmente razonables. "Ningún camino nos conducirá a escenarios de paz y convivencia si no convencemos, mediante el debate de las ideas y la argumentación, que el mundo tienen que seguir imaginando fórmulas para la convivencia intelectual".

 

En este sentido, agregó Marcos Matías, los gobernantes tienen que estar muy atentos a rescatar los avances que en materia de doctrina, filosofía y derechos humanos se han alcanzado a través de sus organismos multilaterales y de sus instrumentos jurídicos.

 

Hoy la venganza y la unilateralidad de las decisiones parecen regresarnos a los primeros siglos de la humanidad, poniendo en peligro no sólo la paz, sino la autoridad y legitimidad de los órganos y normas construidos en esos tiempos dolorosos.

 

Para los pueblos indígenas, insistió el director del INI, estas son malas noticias y recordó que están en el tintero de las Nacional Unidas y de la OEA las declaraciones sobre los derechos de los pueblos indígenas.

Los pueblos que se avecinan pueden también ser el detonante para asumir de una vez por todas que la intransigencia no es el camino para resolver estos conflictos. "Para nosotros -dijo- nos queda claro que el reconocimiento de la autonomía sólo puede darse en el marco de una discusión de reforma del Estado"; es decir, los derechos indígenas implican una transformación de la geopolítica y de la descentralización de las decisiones.

 

En opinión de Marcos Matías no es suficiente emprender reformas legislativas e incrementar las políticas públicas. Se requiere de una modificación paulatina de las estructuras políticas en donde los indígenas, además de participación tengan poder de decisión, aseguró.

 

El reconocimiento a la diferencia no conlleva únicamente a la aceptación del folclore y las costumbres de los pueblos indígenas. Eso sería culturalismo. El derecho a la diferencia cultural tiene que ver con la aceptación de colectividades o de entidades socioculturales válidas de pleno derecho, con legitimidad y dignidad y, con ello, la aceptación de formas de gobierno de instituciones políticas y de sistemas normativos propios.

 

Las políticas de reconocimiento de la diferencia cultural son una agenda pendiente de la mayoría de los Estados, incluyendo México. La aspiración de igualdad en dignidad de derechos que proclaman las cartas internacionales de derecho, sólo podrá alcanzarse cuando la opción de una buena vida se decida libremente con base en las preferencias culturales, subrayó el funcionario, quien recordó: este año, el INI apoya a 273 organizaciones que trabajan en el ámbito de la protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas, en 24 estados de la República.

 

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