Boletín UNAM-DGCS-927
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DEBEN VIGILARSE CON PRECISIÓN LOS
RESULTADOS DE PROGRAMAS SOCIALES: EGT
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El académico de la Facultad de Economía de
la UNAM aseguró que hasta hoy la evaluación de las políticas sociales son sólo
cálculos de ejecución presupuestaria o de cobertura
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La evaluación debe ser un instrumento de
vigilancia del gobierno, un mecanismo para asegurar el valor del dinero público
En México existe un “fuerte déficit” en la evaluación de la gestión
pública. El gobierno federal no ha sido lo suficientemente cuidadoso para
vigilar los resultados de programas sociales, aun cuando esta práctica
democrática que hoy vive el país exige mayor precisión.
Así lo señaló Enrique González Tiburcio, catedrático de la Facultad de
Economía (FE) de la UNAM, al afirmar que hasta hoy la evaluación de las
políticas sociales son sólo cálculos de ejecución presupuestaria o de
cobertura.
“La
idea sería que la evaluación se convirtiera en un instrumento de vigilancia del
gobierno, en un mecanismo para asegurar el valor del dinero público, en indagar
la esencia sobre la efectividad de los programas y su contribución a las
acciones de carácter público”, indicó el economista universitario.
El mejor combate a la pobreza es con la generación de empleo y eso
deriva de manera muy importante de la aplicación de políticas económicas que lo
genere, precisó González Tiburcio y aseguró que en México no se ha llegado
todavía a una nueva creación de iniciativas de cambio en la gestión del aparato
de gobierno y público.
En la sala Ricardo Torres Gaitán
de la FE señaló que existe un descrédito generalizado de las reformas y
políticas económicas instrumentadas por el Estado, sobre todo, de muchas
modernizaciones administrativas que después de dos décadas de orquestadas no
han resultado lo exitoso que se quisiera.
“Todas estos cambios que nos
prometieron en términos de reformas económicas, sociales y administrativas en
los años 80, para el ciudadano y los servidores públicos no han significado más
que situaciones de ajustes y de recortes constantes”, subrayó González
Tiburcio.
Consideró que las reformas administrativas del Estado en programas
sociales son de segunda generación: adopción del principio ciudadano-cliente de
atención, una contratación de servicios y concesión de derechos de
administración a privados, alineación de procesos con miras a simplificar o
reducir costos y una descentralización desde el vértice hacia abajo.
En ese sentido, el catedrático universitario destacó la necesidad de
evaluar la acción pública y los programas sociales, toda vez que éstos se han
convertido en una demanda que enfrentan los gobiernos por parte de los
organismos internacionales, las academias y de la opinión pública en general.
El aumento del gasto social, dijo, no se traduce automáticamente en un
decremento de la pobreza o de la mejoría del bienestar; es decir, el aumento
del gasto social como gasto per cápita no dice mucho en términos de los
impactos que quisiéramos en combate a la pobreza. El nivel del gasto ya no es
un indicador suficiente del desarrollo social porque no permite determinar si
efectivamente se está alcanzando el impacto esperado en las poblaciones
destinatarias, concluyó.
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Deben vigilarse con precisión los
resultados de programas sociales, afirmó Enrique González Tiburcio, catedrático
de la Facultad de Economía de la UNAM
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Enrique González Tiburcio, de la Facultad
de Economía de la UNAM, (al centro de la gráfica) aseguró que la evaluación de
las políticas sociales son sólo cálculos de ejecución presupuestaria o de
cobertura
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En México hay un fuerte déficit en la
evaluación de la gestión pública, indicó Enrique González Tiburcio, de la
Facultad de Economía de la UNAM. Lo acompaña a su izquierda el profesor
Elieazer Morales