Boletín UNAM-DGCS-922
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EL TLC NO ES EL ÚNICO CULPABLE DE LAS AGOTADAS CONDICIONES DEL AGRO EN MÉXICO
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Urgen nuevas políticas de autosuficiencia
alimentaria, advierten especialistas reunidos en la Facultad de Economía
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Para el consumo nacional México importa 90%
de soya y arroz; 33% de sorgo, señalan
Si bien es cierto que el Tratado de Libre Comercio con América del
Norte (TLC) afectó en gran medida al agro mexicano, la situación de éste deriva
de las ineficaces políticas de las administraciones anteriores y de la actual,
por lo que es necesario instrumentar nuevas formas de independencia alimentaria,
ahora con mayor razón ante la proximidad de un conflicto bélico de Estados
Unidos.
En lo anterior coincidieron los académicos Jorge Calderón Salazar,
Javier de Jesús Aguilar Gómez y Alfredo Córdoba Kuthy durante la
conferencia El capítulo Agrícola en el TLC y su impacto en el campo mexicano, organizada
por la Facultad de Economía (FE).
Javier de Jesús Aguilar dijo que en el TLC el sector agropecuario fue
tratado de una manera muy particular toda vez que se encuentra en la segunda
parte referido en un carácter fitosanitario, lo que permite ver que el objetivo
era desaparecer los apoyos, subsidios o ayudas que en todo el mundo y en
particular en México, se tenían respecto de los precios del mercado.
Al examinar las consecuencias
de las relaciones comerciales, comentó, aparecieron una serie de
consideraciones que no son únicamente las causantes de las condiciones actuales
del agro, sino que ya se preveía desde hacia algunos años el desmantelamiento
de la política agropecuaria mexicana como condición para el otorgamiento de
créditos por parte del Banco Mundial.
De esta manera, el TLC si bien contribuyó a la situación del campo
mexicano, lo que hizo fue validar las acciones ya decididas, apuntó.
Javier de Jesús Aguilar además destacó, que no se ha estudiado de
manera debida el impacto de las inversiones extranjeras a raíz del acuerdo
comercial, así como el control de la producción de alimentos y sobre todo, la
autoproducción.
Cuestionó el hecho de que se continúen con políticas inequilibradas
donde se compra más de lo que se vende, además de que muchas empresas han
presionado al gobierno mexicano para que no se les cobren ciertos aranceles
entre 1994 y el 2000, que tan sólo en el caso del maíz y el trigo dejaron de
pagar dos mil millones de dólares, es decir 20 mil millones de pesos, que
equivalen a los dos tercios del presupuesto de la Secretaría de Agricultura en
el 2001.
Asimismo, se importa más de un quinto del maíz que se consume y más de
un tercio del trigo a pesar de que México es uno de los principales productores
en el mundo, lo que habla de una pésima política agrícola.
Agregó que se importa 90% de la soya, más de 90% del arroz y 33% de
sorgo.
Por todo esto, enfatizó Jesús Aguilar, la política del combate a
la pobreza es más cara que la política
agropecuaria toda vez que este sector contribuye a la generación de la pobreza.
En tanto, Jorge Calderón Salazar comentó que a varios años de firmado
el TLC, la agricultura mexicana no ha podido salir de la crisis en la que ya se
encontraba en distintos sectores al inicio de la década de los 90.
El incumplimiento de los supuestos beneficios que ofrecía el TLC no
debe sorprender, dijo, ya que se trata de un resultado lógico y previsible de
cómo fue negociado el acuerdo que obedeció a una política profundamente dañina
a los intereses de los productores del país.
El ex legislador criticó el alto nivel de dependencia alimentaria con
que se manejaron las administraciones anteriores y la actual, y destacó que
debido a los diversos mecanismos de control político, manipulación y
verticalismo corporativo, a pesar de que las bases de numerosas organizaciones
de productores estaban en contra de que se incorporaran granos, carnes y
lácteos a la negociación, sus cúpulas se hicieron cómplices del acuerdo.
En 1988, apuntó, la producción de los 10 principales cultivos agrícolas
fue cercana a los 23 millones de toneladas y en 1993 –un año antes de la
entrada en vigor del TLC– llegó a 27 millones de toneladas y seis años después
apenas alcanzó los 29 millones con un incremento poblacional de tasa
acumulativa de 2%.
Indicó además que es preocupante que durante el gobierno de Carlos
Salinas se negoció una doble cuota para el maíz en particular, por un lado, una
libre de arancel del orden de dos y medio millones de toneladas anuales, lo que
afectó profundamente a los exportadores mexicanos.
Y otra cuota donde México tendría la posibilidad de establecer
aranceles hasta de 150% pero en realidad, dijo, el país no ha cobrado nada, lo
que le representa pérdidas de más de 20 mil millones de pesos, que en su
oportunidad debieron haberse cobrado, pero que por decisión unilateral de las
secretarías de Hacienda y Comercio y Agricultura no fue posible instrumentar.
Finalmente se pronunció por la urgencia de implantar nuevas políticas
de autosuficiencia alimentaria, con mayor razón ahora que el contexto
internacional se encamina a un conflicto bélico donde las exportaciones
mexicanas se verán afectadas significativamente y los grandes volúmenes de
importación serán cada vez más difíciles de alcanzar ante la elevación de
precios y escasez de productos.
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FOTO 1
Javier de Jesús Aguilar, académico
universitario opinó que el TLC no es la
única causa de la problemática agraria en México.
FOTO 2
La precaria situación del campo mexicano no
debe extrañar a nadie ya que es consecuencia de las malas políticas
prevalecientes en el país, destacó Jorge Calderón Salazar, académico
universitario.