13:30 hrs. Septiembre 19 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-916

 

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Pies de Fotos al Final del Boletín

 

EN SITUACION DE INCERTIDUMBRE EL CAMPO MEXICANO

 

·        Fernando Rello dijo que el sector agrícola de México tiene incapacidad para generar empleos y pobreza rural extendida

·        En 1998 casi el 50 por ciento de las familias rurales en México se encontraba por debajo de la línea de pobreza

 

El campo mexicano está en una situación de mucha incertidumbre, frente a una agricultura crecientemente globalizada, con amenazas de no poder competir con los alimentos extranjeros, de generar cada vez más desempleo y en circunstancias en las que los instrumentos que el gobierno emplea para enfrentar la crisis rural son insuficientes, aseguró Fernando Rello Espinosa, profesor de la Facultad de Economía (FE).

 

En la mesa redonda Los desafíos de la agricultura mexicana, celebrada en el aula magna "Jesús Silva Herzog", explicó que nuestro país tiene incapacidad del sector agrícola para generar empleos y pobreza rural bastante extendida.

 

Informó que de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 1984 el 45 por ciento de los hogares rurales estaba en situación de pobreza, es decir, tenían un ingreso insuficiente para comprar una canasta básica alimentaria.

 

"Lo preocupante es que en los últimos años este porcentaje ha aumentado, y los datos más recientes señalan que en 1998 casi el 50 por ciento de las familias rurales en México se encontraba por debajo de la línea de pobres, lo que representa un problema social de primer orden".

 

Ante ello, comentó que las familias rurales han recurrido a dos estrategias para mejorar su situación: buscar empleo fuera de la agricultura y la migración, por lo que en los últimos años la mayor parte de los ingresos de estas ya no provienen del cultivo de la tierra.

 

Recalcó que la importancia del empleo no agrícola es mayor en las familias de menores ingresos, que tienen menos recursos productivos, que poseen menos tierras y tecnología. Ellas viven, en parte, de una agricultura de subsistencia, pero, sobre todo, del trabajo asalariado, los servicios, los oficios y de las remesas.

 

El economista mencionó que los problemas de la agricultura y el campo mexicano cada vez se estudian más fuera del propio sector. "No podemos solucionar esa problemática sólo con una estrategia productiva agropecuaria, porque una parte importante de las personas viven de otras fuentes de empleo".

 

Ello, añadió, no significa que no se deba tener una política para dinamizar el sector productivo. Es importante que se dinamice y haya mejores apoyos, créditos, buena asistencia técnica, asesoría para adoptar cultivos más rentables o para mejorar la productividad del maíz, pero no será suficiente.

 

Se requiere una política de desarrollo rural y una estrategia de impulso agrícola, misma que debe contemplar la situación real de los agricultores y de los habitantes del campo que siguen estrategias diferentes.

 

Fernando Rello reconoció que uno de los problemas más visibles, viejos y analizado es que el país no produce los suficientes alimentos y materias primas que requiere el consumo de sus habitantes y de su industria, lo que provoca que México deba importar un volumen importante de granos, materias primas y productos elaborados.

 

Tenemos una agricultura en donde la capacidad productiva ha ido en descenso, lo cual está relacionado con la situación de los mercados rurales o de crédito, no hay un crédito adecuado para financiar la producción agropecuaria y fortalecer el sector rural, lo cual representa un problema estructural importante, no hay un mercado de seguros y la actividad agrícola es riesgosa.

En cuanto a otros apoyos como la capacitación y la asistencia técnica, México ha avanzado poco y ha habido retrocesos importantes, lo cual es una fuente de preocupación ya que nuestro país ha abierto su agricultura y se esperaba que al hacerlo los productores contarían con mejores mercados para aumentar su capacidad productiva, su competitividad y poder sobrevivir en mejores circunstancias en una economía cada vez más abierta en la que están llegando maíz, trigo y sorgo importados a precios bajos.

 

 "Estas son tareas futuras de política agrícola que el gobierno tendrá que emprender", puntualizó.

 

En su oportunidad, Gerardo Fujii Gambero, catedrático de la misma facultad, señaló que la agricultura aporta el seis o siete por ciento del Producto Interno Bruto, el cual es generado por el 21 por ciento de la población ocupada en el país.

 

Por lo tanto, la productividad de la agricultura por trabajador es mucho más baja que la del resto de la economía. Además, la mayor parte de los pobres del país están en el sector rural, ya que esta actividad es de muy baja productividad.

 

Apuntó que si se quiere resolver los problemas de ingreso y de pobreza del país se deben aumentar, de manera gradual, la productividad del trabajo en la agricultura, para lo cual se tiene que reducir el empleo agrícola.

 

"La única manera de defenderse de la competencia de una agricultura tan productiva como la de Estados Unidos es ser tan eficiente en términos de productividad como ese país, lo que seguramente ningún país lo podría lograr, y si no se puede competir con base en elevada productividad la única alternativa es competir con bajos salarios", concluyó.

 

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Fernando Rello, de la Facultad de Economía, dijo que en 1998 el 50 por ciento de las familias que vivían en el campo estaban en condiciones de pobreza.

 

 

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El economista Gerardo Fujii informó que en el campo mexicano trabaja el 21 por ciento de la población ocupada, la cual sólo genera el seis o siete por ciento del PIB nacional.

 

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Los catedráticos universitarios Fernando Rello y Gerardo Fujii hablaron de los desafíos de la agricultura mexicana, en la Facultad de Economía.