Boletín UNAM-DGCS-883
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EL D.F., LA ENTIDAD MÁS AFECTADA DEL PAÍS EN MATERIA DE PROPIEDAD SOCIAL
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Para el periodo 2001-2006, la necesidad de vivienda en el país ascenderá a 4.5
millones de casas habitación.
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En la capital del país la propiedad social es la
más dañada: Mario Ramírez, coordinador nacional de Asuntos Agrarios en el
Partido Convergencia por la Democracia
El Distrito Federal, en
materia de propiedad social, ha sido la entidad más perversamente tratada,
despojada, reducida y abandonada de toda la República, prueba de ello son las
calzadas, estadios o campos de golf construidos en sus ejidos, opinó Mario
Ramírez Bretón, coordinador nacional de Asuntos Agrarios en el Partido Convergencia por la
Democracia.
En el marco del seminario
“Gestión urbana en México: alcances y limitaciones en el siglo XXI”, celebrado
en la Antigua Escuela de Medicina, Ramírez Bretón destacó la necesidad elaborar
un proyecto donde se arriesguen prestigios políticos, recursos, restricciones a
la construcción y el pago de la factura por un mejor medio ambiente.
Y es que, abundó, todas las
ciudades del mundo pagan el medio ambiente, por lo que en México es necesario
vislumbrar la manera de que la sociedad reditúe al campo un subsidio para la
subsistencia de sus pobladores, para que éstos mantengan su entorno.
Por otra parte, comentó que en
la ciudad de México se tienen registrados
83 ejidos y nueve comunidades, para beneficiar a 25 mil 912 sujetos
agrarios, con una superficie original de 54 mil hectáreas de las que sólo 33
mil 938 están como propiedad social y que de 91 núcleos agrarios del Distrito Federal, sólo tres poseen cerca de
28 mil hectáreas.
En el acto efectuado en el
marco de la conmemoración de los 450 años de la Universidad Nacional, Mario
Ramírez lamentó que el mercado de tierras sea un hecho común y corriente, toda
vez que el Estado no ha podido hacer frente a la presión demográfica de la
ciudad, ya que en promedio afecta la mancha urbana 100 hectáreas al año.
Subrayó que la producción
agrícola interna de la capital es mayor que Tlaxcala, Aguascalientes y Baja
California, además de que en el aspecto
forestal no se produce debido a que todos sus bosques están en veda.
Por su parte, en la mesa
“Crecimiento Urbano y desarrollo Rural”, Valdemar Martínez Garza, especialista
en crecimiento urbano y desarrollo rural, señaló que en el periodo 2001-2006,
la necesidad de vivienda en el país
ascenderá a 4.5 millones de casas
habitación, el 53 por ciento obedecerá al tipo de vivienda popular, el 32 por
ciento a la de interés social y el 15 por ciento de tipo residencial.
Subrayó que los retos del
sector agrario en los próximos años serán proporcionar mayor participación de
inversionistas como constructoras así como elevar la intervención de los tres
niveles de gobierno.
Joel Rojo Horta, académico de
la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales, señaló que México ha pasado de ser un país eminentemente rural a
urbano, con grandes ciudades, donde la dinámica político-social se transforma y por ende, la venta de
tierras ejidales se presenta de manera irregular.
En la actualidad, dijo, en el
Distrito Federal se pretende revertir el proceso a través de los denominados
suelos de conservación, donde se intenta mantener las zonas boscosas y tierras agropecuarias en esa calidad, para la
propia permanencia de la ciudad.
Criticó la falta de políticas
adecuadas porque provocan que los recursos que antes se obtenían de manera
gratuita hoy deben ser comprados, como es el caso del agua, y estimó que dentro
de los servicios ambientales que la ciudad deberá pagar a los ejidos se
encuentra la recreación.
Rojo Horta comentó que los
ejidos y comunidades agrarias atraviesan por procesos muy severos, además de
que los ejidatarios tienen en promedio 50 años de edad y un alto porcentaje
rebasa los 65, por lo que muchos afirman que están al final de su vida
productiva.
Finalmente, el también
académico de la FCPyS y actual contador interno del Tribunal Superior
Agrario, Martín Careaga Olvera, destacó la gravedad de la
sobreexplotación del subsuelo en la capital, ejemplo de ello, dijo, es el
hundimiento de al ciudad y el agotamiento de las reservas acuíferas.
En su ponencia “Reconciliación
del campo y la ciudad”, destacó la urgencia de realizar un estudio referente al
aprovechamiento de los terrenos marginados a partir de sus potencialidades como
reservas de crecimiento de los centros urbanos, así como el registro de la
propiedad federal para determinar cuáles no están ocupadas, para promover su aprovechamiento en relación
con usos de tipo turístico, industrial
y comercial de los centros urbanos.
Asimismo, conformar un
programa de colaboración entre los
gobiernos estatales y municipales para el íntegro desarrollo de los centros
urbanos de las localidades respectivas, además de impulsar la conformación de
inmobiliarias ejidales a través de sociedades mercantiles para el óptimo
aprovechamiento de las tierras ejidales de aquellos grupos rurales que han sido
alcanzados por el crecimiento urbano.
De igual forma, promover el
trabajo de regularización de tierras
susceptibles al desarrollo urbano, a través de procedimientos específicos,
facultad que tiene la Comisión de la Regularización de la Tenencia de la Tierra
y realizar un programa de inversión pública que contemple de manera prioritaria
el rescate de las zonas reprimidas o marginadas dentro de la ciudad.
Señaló que con estas acciones
se podrá coadyuvar para hacer frente a la migración campo-ciudad que se ha
convertido en un círculo vicioso que debe eliminarse.