Boletín UNAM-DGCS-849
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LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, RESULTADO DE UN
DESEQUILIBRIO DE PODER SOCIAL
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El 90 por ciento de la violencia física es
producida por el género masculino
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Señaló Alicia Lozáno Blazquéz, del Centro de
Orientación y Promoción Humana.
La violencia intrafamiliar tiene que ver con un desequilibrio de poder
existente en la sociedad, donde la mayoría de las mujeres reciben educación
para depender económica y emocionalmente de los varones señaló en la Escuela Nacional de Trabajo Social
(ENTS), Alicia Lozáno Blazquéz, del Centro de Orientación y Promoción Humana.
De acuerdo a los estudios realizados sobre el tema, se ha podido
observar la existencia de dos factores fundamentales que generan la violencia:
el género y la edad. Asimismo, se ha establecido que en un 90 por ciento se
lleva a cabo por parte del hombre.
Sin embargo, dijo la especialista en la ENTS, la violencia no es
exclusiva de los hombres también las mujeres
lo son, sobre todo en el área emocional, lo que reflejan a través del
área afectiva o con los hijos, es la forman como toman la proyección de sí
mismas y se manifiesta como una cuestión de posesividad, con un impacto
considerable en los menores.
En su conferencia acerca de violencia familiar, Alicia Lozáno destacó
que el fenómeno trasciende los muros del ámbito privado y tiene repercusiones
en el área educativa y laboral, porque debilita la salud física y emocional de las personas que la padecen.
Comentó que a pesar de la
difusión de los estudios de género, donde se plantea la igualdad, en el momento
en que los jóvenes se deciden a formar una pareja, toman los roles ya pre
establecidos, en los cuales el hombre se asume como el líder.
Dijo que incluso las mujeres que tienen una vida económica propia, a
pesar de que haya una situación de violencia severa no se pueden separar debido
a los roles o estereotipos que en sí mismos son formas de violencia. “Los roles
son aspectos que no toman en cuenta la
individualidad de cada persona, sea hombre o mujer”, agregó.
Alicia Lozáno destacó: una mujer necesita capacidad de decisión, la
cual no es una prerrogativa masculina y por el contrario, éste requiere
expresar y recibir afecto, igual que el sexo femenino. Sin embargo, a través de
la estructura social se polarizan los roles y es fundamentalmente en el terreno
conyugal donde se presentan los desacuerdos y las intimidaciones.
A pesar de que la violencia ha sido considerada durante muchos años
como un daño físico, en la actualidad se ha demostrado que también existe en el
terreno económico, emocional o social.
Los factores que desencadenan en hechos violentos, abundó, son la
desigualdad económica entre género masculino y femenino debido a que “el dinero
es poder”, así como el patrón que se utiliza para resolver conflictos.
Hizo énfasis en que la violencia se aprende, no es innata de los seres
humanos, pero de acuerdo a los estereotipos establecidos por la sociedad, ésta
se maneja como una característica masculina, es decir, se trata de un ideal de
dominación.
En los estudios llevados a cabo a través de un proceso de socialización
dentro de la familia y en su entorno, dijo, se ha observado que los hombres violentos han visto o sufrido algún
tipo de agresión en sus propios hogares o bien, restricción emocional.
Finalmente, apuntó Alicia Lozáno que el hombre, por cuestiones
sociales, debe dar pruebas constantes de masculinidad, “no es suficiente
que se asuma con una identidad propia,
física y emocional”, lo cual se pone de manifiesto durante el periodo de
adolescencia, donde hay mayor número de accidentes, muchos de ellos mortales.
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Alicia Lozano Blázquez, del Centro de
Orientación y Promoción Humana, comentó en la Escuela Nacional de Trabajo
Social que el 90 por ciento de la violencia física intrafamiliar proviene del
género masculino.
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Alicia Lozano Blázquez, del Centro de
Orientación y Promoción Humana, indicó que la violencia intrafamilar es
resultado del desequilibrio del poder social.