6:00 hrs. Agosto 22 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-810

AUDIO
FOTO 1
FOTO 2

Jorge Soberón Mainero

 

EL CORREDOR BIOLOGICO MESOAMERICANO CONSERVARÁ LA BIODIVERSIDAD, NO BUSCA DESARROLLAR EL SURESTE

 

 

·        El proyecto tendrá un costo de 14.84 millones de dólares y será financiado por el Global Environmental Facility

·        Jorge Soberón dijo que la conservación de la biodiversidad no se puede alcanzar sin la participación de los habitantes de la región

·        Margarita Velázquez, del CRIM, opinó que la sustentabilidad debe concebirse como proceso de rehabilitación del daño ambiental, pero también social

 

 

El Corredor Biológico Mesoamericano en México, proyecto de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), pretende conservar la variedad de la vida, incluidos los ecosistemas terrestres y acuáticos, los complejos ecológicos de que forman parte, la diversidad entre las especies y la que existe dentro de cada una de ellas. No se trata de un programa de desarrollo para el sureste del país.

 

Así lo aseguró el secretario ejecutivo de la Conabio, Jorge Soberón Mainero, al participar en las Jornadas Académicas del Posgrado. Diálogo entre campos disciplinarios, efectuadas en esta ocasión en el auditorio Carlos Graef de la Facultad de Ciencias.

 

En el acto, el funcionario aclaró que el Corredor es un proyecto por construirse con un fin biológico: la conservación de la biodiversidad, meta que no se puede alcanzar sin la participación de los habitantes de la región.

 

El Corredor, aclaró, quiere hacer conservación tomando en cuenta factores sociales, de forma tal que sean los grupos de las entidades involucradas quienes participen directamente. Su éxito o fracaso se medirá en el deterioro de todos los componentes de la diversidad y porque sea sustentable en todos sus ejes, uno de ellos el social.

 

El proyecto se llevará a cabo con financiamiento del GEF (Global Environmental Facility) por 14.84 millones de dólares, los cuales se repartirán en siete años de trabajo, entre más de 120 comunidades y entre las actividades a realizar.

 

En opinión del doctor Soberón Mainero este proyecto debe incidir, sobre todo, en una mejoría y un cambio de las decisiones que se toman en la región involucrada.

 

Recordó que hace tres años el Banco Mundial, y los programas de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y para el Desarrollo, agencias “implementadoras” del GEF, promovieron la presentación de proyectos de conservación.

 

De esa manera se estableció la existencia de dos corredores  biológicos mesoamericanos: el centroamericano para los países del área, con un apoyo económico equivalente a 15 millones de dólares, y el de México, con 14.8.

 

Hace dos años se inició la fase preparatoria del proyecto en la cual hubo talleres y procesos de consulta donde participaron organizaciones no gubernamentales locales, productores, gobierno y académicos. El resultado de estos talleres es el diseño previo del corredor. “En la actualidad estamos tratando de echarlo a andar”, aseveró.

 

La investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), Margarita Velázquez Gutiérrez, mencionó que la sustentabilidad se ha pensado desde el aspecto económico y ecológico, como meta del proceso de desarrollo para rehabilitar, conservar y preservar la naturaleza.

 

“Sin embargo, cuando se habla de desarrollo sustentable se trata de un término lleno de contradicciones y vacíos. Ello se debe a que en el sentido social las discusiones han sido menores y las iniciativas de acción son cada vez más difíciles de aterrizar”.

 

En muchos casos las dimensiones sociales de la sustentabilidad son consideradas como un conjunto de medidas prácticas y tecnológicas que deben ser instrumentadas para resolver un problema de degradación ambiental o para la conservación.

 

Se ha puesto énfasis en entender y analizar cuál es el conjunto de relaciones sociales y culturales que están entretejidas en la producción de esos cambios ambientales y a partir de los cuales también es posible alcanzar la preservación de los recursos naturales. Es decir, se ha dado mayor atención a los medios para alcanzar la sustentabilidad, y menor a contestar preguntas como quién usa los recursos y por qué son utilizados de una u otra manera.

 

“Si seguimos pensando en la sustentabilidad como una meta del desarrollo que significa progreso y crecimiento económico, no llegaremos a ningún lado; necesitamos entenderla como un conjunto de estrategias interconectadas que necesitan ser construidas en los niveles micro, meso y macro, con el objeto de poner en marcha procesos de transformación económicos y sociales sustentables”.

 

Debe ser concebida, agregó, como un conjunto de procesos capaces de rehabilitar el daño ambiental, conservar y preservar, y a la par, revertir el deterioro social que existe en muchas de las comunidades.

 

La investigadora propuso trabajar en el aspecto social del proyecto con base en cuatro temas: la participación social, los derechos de propiedad, las instituciones comunitarias municipales y estatales en las que se toman decisiones; y el contexto de la economía macro en la cual el corredor quiere ser exitoso.

 

Gustavo Ramírez, director del Corredor Biológico Mesoamericano en México, explicó que la idea del programa es construir un esquema más amplio, incluyente y participativo, donde los diferentes actores de la sociedad, las comunidades, el gobierno y la iniciativa privada cooperen en la construcción de un bien: la conservación de la biodiversidad.

 

El objetivo es la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad en cinco corredores biológicos en el sureste de México a través de la integración de criterios de conservación en programas gubernamentales y en las prácticas locales de planeación y desarrollo.

 

Los gobiernos, las instituciones académicas y las organizaciones no gubernamentales están rebasadas, por ello, la única forma posible de atacar el problema es un esquema colectivo.

 

El corredor es una franja entre áreas naturales protegidas. Es un instrumento de conservación y manejo de recursos naturales mediante proyectos de desarrollo sustentable en las áreas focales e integración de criterios de conservación.

 

El proyecto se efectuará en dos fases en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán, e involucrará a los gobiernos federal, estatal y municipal, a organizaciones no gubernamentales y sociales, además de la iniciativa privada e instituciones académicas.

 

 

-o0o-

FOTO 1

 

El Corredor Biológico Mesoamericano es un proyecto de conservación natural y no un plan de desarrollo, aclaró en la UNAM Jorge Soberón Mainero, secretario ejecutivo de la Conabio.

 

 

FOTO 2

 

Arturo Argeta, Jorge Soberón y Gustavo Ramírez, durante su participación en las Jornadas Académicas del Posgrado, en la Facultad de Ciencias de la UNAM.