15:00 hrs. Agosto 20 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-802

 

 

 

 

 

 

LA DISCRIMINACIÓN DE LAS MUJERES: HECHO SOCIAL, CULTURAL Y ECONÓMICO

 

·        Judith Astelarra Bonomi, de la Universidad Autónoma de Barcelona, dijo que las políticas de Estado han permitido que este fenómeno se mantenga

·        Apuntó que la diferencia entre hombres y mujeres es al mismo tiempo desigualdad

 

 

La discriminación de las mujeres es un hecho social, cultural, económico y también de política de Estado que ha permitido la existencia, con lo cual se consolida una situación caracterizada por la desigualdad entre hombres y mujeres.

 

Así lo aseguró la doctora Judith Astelarra Bonomi, profesora de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, al participar en el ciclo de conferencias Género, desarrollo y democracia, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH).

 

En su conferencia Género, desarrollo y políticas públicas, la catedrática española mencionó que desde las políticas públicas el eje que ha vertebrado la igualdad de oportunidades viene del análisis de la política democrática.

 

Señaló que la diferencia entre hombres y mujeres es al mismo tiempo desigualdad, entendida como la menor obtención de lo que tienen unos y otros. Por ejemplo, en el mercado de trabajo hay menos mujeres y los hombres no colaboran con las tareas domésticas.

 

La también coordinadora del Seminario de Estudios de la Mujer del Departamento de Sociología de dicha universidad española, dijo que el feminismo ha puesto sobre la mesa la desigualdad de las mujeres, llamándola discriminación u opresión, la cual debe ser corregida.

 

Recordó que la corrección de la desigualdad de las mujeres desde el Estado o la política se ha hecho siempre a partir de las reivindicaciones feministas, las cuales favorecieron a todas las mujeres y les ha permitido organizarse en grupos determinados.

 

“La lógica de la igualdad de oportunidades, como forma de política pública, es típica del liberalismo político: hay que dar oportunidad a las personas para que corrijan su desigualdad. En este sentido, lo primero es la corrección de los marcos legales, hay que potenciar la legislación que no permita la desigualdad”.

 

Ésta, añadió, se define como la ausencia de las mujeres en el mundo público; en la década de los 70, en el caso español, no estaban en el mercado de trabajo, la política o la cultura. En esa época una mujer definía su identidad desde la familia y un hombre desde su inserción en el mundo público.

 

La política de igualdad de oportunidades busca mover mujeres del ámbito privado y familiar, al público. Pero eso no es suficiente, se requiere modificar la estructura básica del sistema de género que propicia la desigualdad.

 

Ello implica una reconversión de categorías como la del trabajo. Por ejemplo, no se debe hablar de la ausencia de las mujeres en ese ámbito, sino de su falta de presencia del trabajo remunerado, del empleo.

 

Debe entenderse que el ámbito privado de la familia es una unidad que produce bienes y servicios de modo gratuito y cuyo costo es muy alto. Con tales acciones, se amplía la estrategia de igualdad de oportunidades, aunque no haya la reivindicación paralela (porque los hombres no piden ser “amos de casa”), aclaró Astelarra Bonomi.

 

Explicó que la política pública es una respuesta de las sociedades democráticas a la reivindicación de grupos sociales afectados y del Estado para proteger los derechos de las personas. Por ello, deben medirse, en este caso, no por cuan feminista sea quien la ejecuta, sino por la calidad y resultados que tiene; es decir, por su efectividad.

 

Manifestó que la primera política de acceso al mundo público de las mujeres que se dio en España fue corregir su ausencia en el ámbito educativo; la segunda, en el mercado laboral. En la actualidad, ellas ocupan más sitios en las universidades, pero no consiguen trabajo a la par de los hombres.

 

A diferencia de hace 25 años, las mujeres jóvenes están absolutamente integradas al trabajo, sin embargo, aún los empresarios no les dan las mismas oportunidades que a los hombres.

 

En ese sentido la sociedad española ha cambiado. Empero, las mujeres descubren que la igualdad no se ha conseguido cuando ingresan al mercado de trabajo y cuando tienen hijos. Por ello, aún se requieren cambios en las políticas públicas, dando énfasis a la administración local más que a la central, finalizó.

 

 

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FOTO 1

 

Judith Astelarra Bonomi, de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante su intervención en el seminario Género, desarrollo y democracia, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM

 

 

FOTO 2

 

Daniel Cazés, director del CEICH de la UNAM, presentó a Judith Astelarra Bonomi, de la Universidad Autónoma de Barcelona (izquierda), quien participó hoy en la Universidad Nacional

 

 

FOTO 3

 

La discriminación de las mujeres es un hecho social, cultural y económico indicó Judith Astelarra Bonomi, de la Universidad Autónoma de Barcelona (izquierda), en el CEICH la UNAM