Boletín UNAM-DGCS-797
NECESARIA, NUEVA LEY DE EMPRESAS PÚBLICAS, ADVIRTIÓ EL ESPECIALISTA ALFREDO ACLE TOMASSINI
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Para que México eleve su eficiencia, destacó en la FCPyS
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Jesús Méndez Reyes, académico universitario resaltó fallas tanto en el
sector público como en el privado
Si en México se
quiere tener una empresa pública eficiente, es menester una nueva Ley de
Empresas Públicas, que separe los gastos del gobierno federal de los estatales
aseveró, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Alfredo Acle
Tomassini, del Grupo Hey Consultoría y egresado de la UNAM.
En tanto, Jesús
Méndez Reyes, académico de la FCPyS, subrayó que no vale la pena continuar la
discusión entre qué es mejor, si la empresa pública o la privada, toda vez que
hay claros ejemplos de ineficiencia en los dos casos.
En el marco de la
Semana de Administración Pública, Alfredo Acle hizo un breve balance de la
privatización de la Banca, donde, dijo, los resultados son trágicos: “De los 18
bancos que se privatizaron, existen menos de la mitad y sólo dos permanecen en
manos de sus dueños originales”, por lo cual, agregó, “es un hecho que la Banca
mexicana está extranjerizada y que la industria de seguros está en una
situación semejante”.
Destacó además que
con la privatización se comete el mismo error que con la participación del
Estado sin ninguna estrategia. En México, aseguró, “privatizamos por
privatizar, desregulamos por desregular, nos abrimos porque nos abrimos, sin
tener claramente una visión de lo que queremos ser”.
Las designaciones
de directores de empresas públicas, afirmó, deben ser por periodos específicos
como ocurre en el Banco de México, toda vez que es muy difícil administrar
correctamente una institución con lapsos indefinidos. Además, “ya es tiempo de
establecer dónde empiezan los puestos políticos y los puestos de la
administración pública”.
El problema en el
país deriva de la carencia de una
visión estratégica; la recurrencia de crisis, es precisamente por la falta de
visión de lo que queremos ser, concluyó.
Jesús Méndez,
comentó en su oportunidad, que la empresa pública no tiene por qué parecerse a
la privada, no debe ser un botín de guerra cada seis años ni tampoco una
ciencia de gestores impreparados y arribistas, pero que las alternativas
prácticas y las propuestas teóricas no pueden salir sino de los profesionistas
comprometidos, de los cubículos de la académica, pero sobre todo, de las aulas.
Señaló que en el
caso de México, el proceso de privatización provino de la necesidad de
enfrentar condiciones internas y externas de corto plazo, como el problema de
la deuda total y su pago oportuno en el momento en que las tazas de interés
aumentaron y los precios de hidrocarburos cayeron considerablemente.
“Después de la
severa crisis de los años 80; con el cierre de cientos de empresas propiedad
del Estado y que continuó hasta sobrepasar las mil firmas valuadas en 18 mil millones de dólares en 1993”, abundó.
Al referirse al
caso de Pemex, Jesús Méndez destacó que no es menester que pase al sector
privado pero que sí es necesario definir una estrategia de largo plazo capaz de
superar la problemática financiera, laboral, operativa, ambiental y social.
Jesús Méndez
comentó que la preocupación debe recaer en cuál es la estrategia de los grupos
existentes para aprovechar las condiciones de coyuntura y proyectar un sector
público importante en el largo plazo.
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