6:00 hrs. Agosto 10 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-767

Juriquilla, Querétaro

 

 

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LA UNAM EVALÚA APLICACIÓN DE ONDAS DE CHOQUE PARA MANIPULACIÓN GÉNICA

 

·        Investigadores del Instituto de Física y del Centro de Neurobiología señalaron que podría ser útil para el tratamiento de tumores malignos

·        Se trata de una investigación novedosa a escala internacional

 

Científicos del Instituto de Física y del Centro de Neurobiología del campus Juriquilla de la UNAM estudian la posibilidad de incorporar a células de mamíferos material genético exógeno, mediante el uso de ondas de choque débiles que podrían ser de gran utilidad para el tratamiento de tumores malignos e, incluso, en la aplicación de terapia génica.

 

Achim Loske, quien dirige junto con el doctor  Fernando E. Prieto el Laboratorio de Choques Débiles del Departamento de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (FATA), aseguró que este tema es novedoso a escala internacional e informó que las líneas de investigación se enfocan a la búsqueda de nuevas aplicaciones de esas ondas en medicina, química, física y biología.

 

Explicó que “una onda de choque débil es una discontinuidad de presión inferior a dos mil atmósferas, la cual resulta de una compresión súbita, seguida de una descompresión del medio, como puede ser el agua".

 

La generación de ondas se hace en agua, aclaró, porque sus propiedades acústicas son muy parecidas a las de los tejidos. Así, pasan a través del cuerpo sin mayor reflexión. Los efectos que producen pueden agruparse en tres categorías: los directos (compresión y descompresión), los indirectos (cavitación, o sea, formación y colapso de pequeñas burbujas) y los asociados.

 

Especificó que, en este caso, se trabaja con células eucariotas de mamíferos, es decir, aquellas que poseen un núcleo bien diferenciado del citoplasma, envuelto en una membrana, la cual contiene al material genético.

 

Los científicos investigan el proceso denominado transfección celular el cual consiste en generar pequeñísimas perforaciones en las membranas celular y del núcleo, para facilitar la incorporación de  material genético al interior de esa estructura.

 

"Pensamos que con las ondas será posible hacer más permeables las membranas, tanto de la propia célula como de su núcleo, de forma que sea posible introducir material genético". El ADN en solución, entraría a la célula, exclusivamente si está perforada o debilitada, por la diferencia de presión que existe en el interior y el exterior de la misma.

 

En la investigación, en la que participan los doctores Gonzalo Martínez de la Escalera y Alfredo Varela, del Centro de Neurobiología, así como el estudiante del Posgrado en Neurobiología Eduardo Armenta Ruiz, se aplican cientos de ondas de choque en 5 mililitros de una suspensión que contiene, además de 10 millones de células por mililitro, 60 microgramos de ADN.

 

En el caso de tumores, el objetivo sería aumentar la permeabilidad de las células malignas para después inyectar un fármaco que las dañe únicamente a ellas. El fármaco no podría penetrar las paredes de las células sanas, dejándolas ilesas.

 

Pese a que en la actualidad la transfección de células de mamíferos se logra mediante diferentes formas, Achim Loske resaltó que hacerlo por medio de ondas de choque podría tener ventajas importantes.

 

Subrayó que "uno de los métodos convencionales consiste en someter a las células en solución directamente a descargas eléctricas, junto con el ADN que se desea introducir. Sin embargo, su aplicación in vivo es muy limitada. De lograrse a través de ondas de choque abrirían las puertas a una nueva terapia génica", reiteró. Ello se debe a que éstas se generan fuera del cuerpo y se concentran sólo en la región de interés.

 

En la actualidad, los universitarios tratan de establecer el número de ondas de choque, así como su intensidad y frecuencia, de modo que en el futuro se obtengan los parámetros óptimos para una mayor eficiencia de transfección in vitro.

 

 

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Científicos del campus Juriquilla de la UNAM, encabezados por Achim Loske, evalúan la aplicación de ondas de choque débiles para manipulación genética, proceso que podría ser útil en el tratamiento de tumores malignos.

 

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En la gráfica, el  Laboratorio de Choques Débiles del Departamento de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM, donde se estudia la aplicación de esa técnica que podría servir, incluso, en la aplicación de terapia génica.