Boletín UNAM-DGCS-747
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DESIERTO MÁS DE LA MITAD DEL TERRITORIO MEXICANO Y SIN POLITICA DE DESARROLLO
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Alfonso Valiente Banuet, investigador del Instituto de
Ecología de la UNAM, dijo que estas zonas no tienen un aprovechamiento
sustentable y hay sobreexplotación
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Las zonas áridas, agregó, concentran a los grupos más
marginados del país
A pesar de que entre el 50 y el 60% del
territorio nacional es zona desértica, que podría tener un aprovechamiento
sustentable, hay sobre explotación de la materia prima y se carece de políticas
de desarrollo por la falta de generación del conocimiento, afirmó el
investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, Alfonso Valiente
Banuet.
Puntualizó que en las zonas áridas se
concentran los grupos más marginados del país -como los indios Seris, en
Sonora-; son áreas de agricultura de temporal y se calcula que en México hay
cinco mil especies de plantas útiles.
En entrevista, el especialista resaltó que no
se crea conocimiento ni se aprovechan los desiertos, pues son consideradas como
tierras ociosas, donde es nulo el crecimiento de plantas. Se desconoce lo
referente a estos sistemas biológicos y la enorme diversidad que tienen.
Destacó que son recursos que no han entrado a
la visión de desarrollo del país y que deberían formar parte de ella, porque en
los desiertos se mantiene la mayor cantidad de plantas endémicas. En términos
generales, el ecosistema mexicano es el que tiene más diversidad de endemismo,
por lo que desaparecerán si se acaba con estas especies, debido a saqueos y
descuido.
El especialista en ecología de comunidades
advirtió que si el desaprovechamiento continúa como hasta ahora se pondrán en
peligro de extinción recursos genéticos que deberían formar parte de una política
de desarrollo donde los mexicanos salgan beneficiados.
Explicó que se tiene un recurso poco utilizado
debido a que los programas de desarrollo y aprovechamiento de recursos están
más asociados al trabajo en las selvas altas, a la vegetación más exuberante.
Así, resaltó, los desiertos son un
aprovechamiento no sustentable del recurso, se sobreexplota y extrae en
cantidades enormes para obtener algunos kilogramos de materia prima, que
después es vendida a un intermediario, quien a su vez la ofrece a las grandes
industrias.
En los desiertos, subrayó, el aprovechamiento
de plantas se centra en pocas especies como la candelilla, la cual se extrae en
forma artesanal y de ella se crean ceras; el guayule, fue el sustento de toda
la industria de la producción del hule, y la jojoba, restringida exclusivamente
al territorio mexicano, aunque las industrias que la procesan se encuentran en
Estados Unidos.
El investigador puntualizó que a gran escala el
panorama de aprovechamiento de los recursos en los desiertos se acentúa en
pocas especies. Puso como ejemplo el auge de uso del orégano, porque tiene
aceites esenciales importantes, con aplicaciones en la industria farmacéutica y
en la de los cosméticos, además de detectársele propiedades antimicóticas.
Según cálculos, los desiertos pueden mantener
alrededor de un tercio de la diversidad de plantas de México, es decir, entre
siete y nueve mil especies en las zonas secas. Se estima, ejemplificó, que sólo
el desierto poblano-oaxaqueño, conocido como Valle de Tehuacán-Cuicatlán,
mantiene en una zona de 10 mil kilómetros cuadrados cerca de tres mil especies
de plantas, de las cuales mil son útiles.
Si se compara con el desierto chihuahuense, con
alrededor de 450 mil kilómetros cuadrados, y el sonorense -que abarca Baja California
y Sonora- y cubre 275 mil kilómetros cuadrados, se muestra que el
poblano-oaxaqueño tiene una importante cantidad de recursos aprovechables.
La región de Tehuacán-Cuicatlán, donde hay 850
especies de plantas útiles, es el perímetro donde se encuentran los siete
grupos étnicos más pobres del país, como la mixteca y los cuicatecos.
Alfonso Valiente recordó que los desiertos son
perímetros de clima seco, cuya precipitación está por debajo de 500 milímetros
anuales. México se encuentra en esta área al ubicarse entre 15 y 25 grados
centígrados de latitud norte, es decir, en las zonas de desiertos mundiales.
Se deben buscar formas de aprovechamiento que
no depreden el recurso, comentó, con los estudios necesarios para encontrar las
formas de hacer crecen las poblaciones; tiempo para lograr la producción de
flores y frutas; localizar las especies con las que coexisten las plantas en la
naturaleza, y buscar que esa utilización esté basada en un conocimiento
ecológico dentro del campo de la ecología de comunidades.
En el Instituto de Ecología, explicó Valiente,
se estudia la forma y tasa de crecimiento de la población y las plantas,
respectivamente; los factores que limitan y favorecen el desarrollo de ambas en
condiciones naturales y la forma de entender que otros organismos interaccionan
con el recurso que se estudia, así como la manera en que este proceso
contribuye al mantenimiento de la diversidad.
Estas investigaciones del IE, que serán la base para diseñar procedimientos de aprovechamiento de recursos sustentables, abundó, se enfocan básicamente a las plantas. Desde hace 10 años, en México se trabaja en el caso de las cactáceas de corte columnar. Esto es, plantas que alcanzan hasta 14 metros de alto y son usadas por el hombre desde que era cazador recolector.
En la parte centro y sur del país, se
concentran 45 de las 70 especies de cactáceas que tiene México. Se trata de
Tehuacán-Cuicatlán, la cuenca del río Balsas, donde todas son aprovechadas y
podrían ser una alternativa de desarrollo importante.
En la actualidad, indicó el investigador, en
muchas regiones de México esas plantas constituyen una base importante en la
alimentación del poblador local. Los botones y los pétalos de algunas flores se
comen como verduras, aunque lo más importante son los frutos que empiezan a
entrar al mercado nacional. Es un recurso subaprovechado en México, pero
fundamental para la economía campesina.
Informó que el doctor Alejandro Casas, del
Instituto de Ecología con sede en Morelia, es uno de los líderes en el
entendimiento del empleo de estas plantas tanto en el pasado como en la
actualidad, así como la forma de manipulación del hombre para producir diversas
variedades mejoradas.
Dijo que el aspecto histórico también se
desarrolla en el área de Ecología de Comunidades del IE, junto con
investigadores del Instituto de Geofísica. Se investigan las condiciones
climáticas pasadas para entender lo que ocurre en estos momentos.
El objetivo, precisó, es utilizar el
conocimiento para generar pautas de desarrollo con los pobladores locales, a
fin de constituir una base en materia económica y social de esas comunidades.
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Alfonso Valiente Banuet, investigador del
Instituto de Ecología de la UNAM, informó que a pesar de que entre el 50 y el
60% del territorio nacional es zona desértica, tiene un aprovechamiento no
sustentable
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En las zonas
áridas del país, que representan entre el 50 y 60% del territorio nacional, se
concentran los grupos más marginados, señaló Alfonso Valiente Banuet,
investigador del Instituto de Ecología de la UNAM