6:00 hrs. Agosto 2 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-744

 

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SIN VALOR SOCIAL Y ECONÓMICO QUE MERECEN, GENÉRICOS INTERCAMBIABLES

 

·        Constituyen un apoyo para los pacientes de escasos recursos con enfermedades crónicas, dijo Luis Jesús García, de la Facultad de Medicina

·        La dependencia universitaria realiza estudios de bioequivalencia para laboratorios farmacéuticos

 

Los genéricos intercambiables, medicamentos que constituyen un apoyo importante para los pacientes de escasos recursos -en especial con enfermedades crónicas-, no reciben su verdadero valor social y económico por falta de promoción y porque son confundidos con los “similares”, aseguró el investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM, Luis Jesús García.

 

El responsable del  Laboratorio de Farmacocinética de la FM explicó que cuando se administra un medicamento el objetivo es que llegue lo antes posible a la circulación general (torrente sanguíneo). Se trata de la biodisponibilidad del fármaco, es decir, la cantidad y velocidad con la que esto ocurre.

 

Aclaró que los niveles de fármaco en la sangre están directamente relacionados con el efecto curativo; si se rebasa el índice terapéutico se presentan problemas de toxicidad y, si es menor, no surte efecto.

 

Luis Jesús García señaló que para el desarrollo de un medicamento transcurre en promedio una década, desde que se descubre una nueva molécula hasta que se administra a los pacientes.

 

Ese medicamento innovador, agregó, tiene derecho de patente que posee el laboratorio que lo sacó al mercado, con una duración de 10 a 15 años. Transcurrido ese tiempo, cualquier otro fabricante puede hacer uso del principio activo de la medicina, el cual adquiere así el carácter de “genérico”.

 

Para hacerlo, explicó, el laboratorio interesado debe demostrar que su formulación o medicamento de prueba es igual de efectiva que la original. Ahí intervienen los estudios de bioequivalencia, o la comparación entre dos biodisponibilidades.

 

El propósito de ellos es verificar que, después de administrar iguales dosis de fármaco en la misma forma farmacéutica, los medicamentos innovador y de prueba registren iguales niveles en la sangre y en la  velocidad de absorción.

 

El Laboratorio de Farmacocinética de la FM, desde hace dos años funciona como “tercero autorizado” por la Secretaría de Salud para realizar estudios de bioequivalencia a escala nacional.

 

En ese espacio universitario se realizan entre 7 y 10 estudios de bioequivalencia al año. Se busca efectuar 24 anuales, dos por mes, ya que la demanda de los laboratorios farmacéuticos es muy alta.

 

El especialista precisó que cualquier medicamento es  susceptible de ser sometido a un estudio de bioequivalencia, y se desarrolla con la ayuda de voluntarios sanos para evitar que algún estado patológico afecte los niveles del fármaco en la sangre y poder comparar exclusivamente el efecto de la formulación. En general se utilizan 24 personas, la mitad hombres y la otra mujeres, a quienes al azar se les administra una sola dosis del producto innovador o el de prueba, para evitar efectos secundarios mayores.

 

Una vez que el organismo elimina por completo el fármaco de la primera dosis se invierten los tratamientos. Es decir, a quienes en la primera etapa del estudio se les administró medicamento innovador, ahora se les dará de prueba, y viceversa. Esto, aclaró, se efectúa bajo estricta supervisión médica.

 

Posteriormente, al Laboratorio de Farmacocinética llegan muestras de sangre, suero o plasma, de los voluntarios a las cuales se les extrae el principio activo para cuantificar los niveles de fármaco y, por último, comparar las dos biodisponibilidades.

 

Luis Jesús García indicó que estadísticamente se demuestra que no existen diferencias entre el medicamento innovador y el de prueba. Cuando eso sucede, ambos productos son bioequivalentes y el segundo puede salir a la venta con el “logo” de “GI” o genérico intercambiable.

 

La dependencia universitaria, donde se presta un servicio de alta calidad, entrega los resultados de los estudios al laboratorio interesado. Este, a su vez, los presenta ante la Secretaría de Salud, dependencia que autoriza la venta del producto.

 

En relación con los medicamentos “similares”, el maestro García expresó que también son genéricos, porque se trata de principios activos cuya patente ya venció; empero, no cuentan con estudios de bioequivalencia que amparen su efectividad.

 

Por ello, es necesario distinguir entre los “similares” y los GI, e informar a los pacientes que “los medicamentos con esas iniciales surten el mismo efecto terapéutico que uno de marca y son una buena opción económica porque representan un gran ahorro, finalizó

 

 

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Luis Jesús García, investigador de la Facultad de Medicina, mencionó que los medicamentos genéricos intercambiables, por su costo y efectividad, constituyen una apoyo para pacientes de escasos recursos.

 

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Luis Jesús García, investigador de la Facultad de Medicina, aseguró que los medicamentos genéricos intercambiables son confundidos con los similares, por lo cual no reciben su verdadero valor social.