6:00 hrs. Agosto 1° de 2001


Boletín UNAM-DGCS-742

 

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DENUNCIA CASI NULA DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

 

·        Elizabeth Bautista, profesora de la ENTS señaló que cuando una mujer es víctima de violencia intrafamiliar, está no denuncia el caso, “no desea exhibir lo que sucede al interior del hogar”

·        Las afectadas cuentan con poca información sobre dónde o con quién acudir cuando existen problemas de violencia doméstica

 

Por considerarlo un problema privado que sólo compete al núcleo familiar, el estudio de la violencia doméstica entre la población afectada es una tarea difícil dijo la profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Elizabeth Bautista López.

 

A pesar de que en los últimos años son cada vez mayores los conocimientos acerca de las causas y consecuencias de la violencia doméstica, Bautista López indicó que cuando una mujer es víctima de violencia al interior de la familia, está no denuncia el caso, “no desea exhibir lo que sucede al interior del hogar, sólo lo comenta con amigas íntimas, nunca con especialistas”.

 

La profesora universitaria indicó que a partir de un estudio realizado en una comunidad de 20 mujeres vendedoras ambulantes del Centro Histórico, de entre 20 y 90 años de edad, se observó que la situación de la mayoría de las mujeres dedicadas a esa actividad económica, en dicha zona, fueron o son víctimas de maltrato familiar.

 

Se trató, dijo, de una práctica comunitaria realizada durante los meses de enero a abril de 2001, en la cual participaron trabajadores sociales universitarios bajo la supervisión de la profesora Elizabeth Bautista, con el apoyo de la Asociación de Vecinos y Amigos del Centro Histórico de la Ciudad de México.

 

Mediante este muestreo se percibió que el grueso de la población femenina cuenta con poca información sobre a quién o a quiénes acudir cuando son víctimas de violencia intrafamiliar, por considerarla –insistió– un “asunto privado” el cual, inclusive, llegan a justificar como parte de la educación cuando se trata de los hijos, o aceptado cuando ellas son las afectadas.

 

Les cuesta trabajo reconocer que viven el problema, “es una situación que consideran y manejan en el ámbito privado, nadie más debe conocer el problema más allá de su familia, no acuden a obtener orientación psicológica, ni mucho menos denuncian el hecho, afirmó.

 

Otro de los aspectos importantes detectados es la necesidad de sensibilizar a las mujeres de todas las edades y grupos sociales, sobre la importancia de aceptar por sí mismas su papel.

 

Es necesario apartar la idea de desigualdad frente al hombre y no justificar las diferencias entre ambos géneros en función del nivel de testosterona. “Hay que desechar las ideas sociales preconcebidas que como mujeres tenemos”, aseguró Bautista.

 

“Es importante hacer una fuerte labor cultural entre el sector femenino, este aspecto, dijo, es importante para lograr que las mujeres se reconozcan a sí mismas como personas, como entes pensantes”, agregó y puntualizó que en ocasiones se parte de la idea de que es el aspecto económico el que mantiene ligadas a las mujeres a un hombre, aún cuando éste las maltrate.

 

Sin embargo, precisó, en la mayoría de los casos tal juicio es erróneo. “Más bien es la necesidad de afecto lo que las une una pareja, pues en ocasiones ellas son el sostén económico de la familia; no obstante, añadió, su propia concepción de mujer no les permite reconocerse como tal”. Ello se debe, entre otras cuestiones, a la educación de género “que tenemos muy arraigada en nuestro pensamiento y a nuestra forma de ver la vida”.

 

Como dato adicional, dijo, se observó que las mujeres que trabajan como vendedoras ambulantes en el Centro Histórico, aceptan dicha actividad porque se trata de un empleo para el cual no requieren de habilidades especiales, basta con saber leer y escribir y hacer algunas operaciones matemáticas básicas.

 

En ese contexto, indicó que las mujeres, por razones económicas, políticas y sociales, se incorporan cada vez más a las labores productivas. Ello representa que éstas dediquen menor tiempo al cuidado de la familia, aspecto que podría derivar en la falta de comunicación familiar.

 

En el caso de las vendedoras ambulantes del Centro Histórico, comentó, cada vez es menor el tiempo que dedican al cuidado de los hijos, lo que las obliga a dejarlos al cuidado de terceras personas.

 

Dicha situación obliga a buscar una manera de apoyarlas socialmente, ya sea mediante una guardería o un taller de tareas, para evitar consecuencias lamentables como el abuso sexual de los niños.

 

 

 

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La violencia familiar por considerarse un problema privado que sólo compete a este núcleo, no se denuncia, destacó la profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Elizabeth Bautista López.

 

 

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El grueso de la población femenina cuenta con poca información sobre a quién acudir cuando son víctimas de violencia intrafamiliar, aseveró Elizabeth Bautista López, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.