Boletín UNAM-DGCS-739
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Algunos tipos de micosis producen la muerte
del 25% de las personas que las padecen
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No tuvieron influencia los nuevos métodos y
mejores medicamentos para combatirlas: Rubén López, de la Facultad de Medicina
de la UNAM
Aumentó en forma significativa la frecuencia de las infecciones
causadas por hongos al provocar algunos tipos de micosis, hasta el 25% de la
mortalidad de quienes la padecen, a pesar de que en la actualidad hay nuevos
métodos y mejores medicamentos para combatirlos, afirmó investigador de la
Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Rubén López Martínez.
El
jefe del Laboratorio de Micología Médica en el Departamento de Microbiología y
Parasitología de la FM aclaró que aunque no se tienen las cifras exactas de la
incidencia de estas micosis, se sabe que se incrementaron los casos de las
propiciadas por hongos oportunistas, entre las que se encuentra la candidosis,
criptococosis, aspergilosis y mucormicosis.
El especialista señaló que esta situación se presenta porque cada vez
son más las personas que sufren una baja inmunológica, debido a diversas
razones: la aparición de nuevas patologías como el SIDA o por enfermedades
tales como diabetes descompensada, leucemias, linfomas y diversos tipos de
cánceres.
Sin embargo, entre las causas principales se encuentra el sometimiento
a ciertos procedimientos terapéuticos modernos, como el trasplante de órganos
sólidos –riñón, corazón, hígado– y de médula ósea, así como la aplicación de
inmuno o radio terapias y la administración de corticoesteroides y
antibióticos.
Agregó que en el caso de las micosis superficiales y subcutáneas, el
panorama epidemiológico no cambia significativamente desde su descripción hace
60 años.
Las micosis superficiales, explicó López Martínez, son ocasionadas por
hongos “muy ubicuos y abundantes en la naturaleza”. Para disminuir o abatir su
frecuencia habría que destruirlos, lo cual es prácticamente imposible. Comentó
que los más comunes los sufren entre el 20 y 25% de los pacientes que tienen algún
problema dermatológico.
Los cambios más importantes de las micosis superficiales, precisó, se
presentan en la variedad clínica que hoy se observa. Por ejemplo, el hongo Malassezia, causante de la Pitiriasis
versicolor, ahora produce otras patologías como las foliculitis o infecciones
sistémicas que llegan a ser inclusive mortales en pacientes
inmunocomprometidos.
Sin embargo, dijo, es
posible que más del 30% de la población ambulatoria del país padece alguna
micosis superficial. Por ejemplo, las dermafitosis atacan uñas y piel
fundamentalmente.
Muchas de estas
micosis, añadió, no producen una sintomatología tan importante o molesta como
para ameritar atención médica. Por eso, las personas conviven con sus
infecciones durante años sin que se tenga la oportunidad de diagnosticarlas y
tratarlas.
Las micosis subcutáneas son más graves que las superficiales, puesto
que los hongos que las producen afectan no solamente la piel, sino el tejido y
hasta el músculo o los huesos de la región afectada. En ocasiones ponen en
riesgo la función de la extremidad dañada, por ejemplo, la mano, el pie o el
brazo.
Otro grupo de micosis
más graves son las llamadas sistémicas, cuyos hongos que las producen afectan
primordialmente el tejido pulmonar. Por lo regular producen neumonías
bilaterales que ponen en riesgo la vida del paciente. Tales son los casos de la
histoplasmosis, la coccidioidomicosis y la
paracoccidioidomicosis.
Estas infecciones,
explicó el jefe del Laboratorio de Micología de la FM, las padecen sobre todo
personas del medio rural, quienes en general
carecen de los beneficios de la atención de salud pública de México. Por
ello, su frecuencia no varia.
Algunos tipos de
micosis que sufren los campesinos son los micetomas, la esporotricosis y la
cromoblastomicosis. Aunque la gente de los perímetros urbanos las pueden
contraer al visitar las zonas endémicas donde existen esos hongos.
Sin una adecuada
atención, advirtió, estas enfermedades pueden llegar a todos los tejidos y
órganos del cuerpo humano: hígado, riñón, bazo, cerebro, huesos, músculos,
glándulas, entre otros. Cuando resultan afectadas partes importantes ya no se
restablece el paciente.
Entre quienes padecen
estas micosis, recalcó López Martínez, se encuentra un alto índice de
mortalidad, el cual varía según el grado de invasión y evolución que tengan los
hongos. En la histoplasmosis pulmonar primaria grave, por ejemplo, la
frecuencia puede llegar al 20 ó 25% de los casos cuando no se tratan a tiempo.
Pero si hay un diagnóstico y atención oportunos se cura prácticamente el 100%
de los casos.
Un problema más de
estas micosis es que muchas de las cepas de hongos que las producen se
volvieron resistentes a los antimicóticos más eficientes y de mayor actualidad.
El investigador
insistió en la necesidad de desarrollar programas de educación médica continua
para que se conozcan los aspectos clínicos de las micosis –las cuales afectan a
personas de cualquier edad o nivel socioeconómico–, los procedimientos de
diagnóstico más adecuados y los recursos terapéuticos con los que se cuenta en
la actualidad para su tratamiento.
En la FM, a través del
Departamento de Microbiología y Parasitología, se tienen varias líneas de
trabajo al respecto: un diplomado, cursos monográficos de actualización, un
programa de adiestramiento en técnicas de diagnóstico de laboratorio y
estancias de rotación para médicos residentes en diversas especialidades.
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