6:00 hrs. Julio 26 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-725

 

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SIN SUBSIDIOS, LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDA DE INTERÉS SOCIAL EN MÉXICO NO TIENE FUTURO

 

·        Beatriz García, del Instituto de Investigaciones Sociales, dijo que es indispensable mejorar ingresos de la población

·        Al año se construyen 280 mil viviendas nuevas de interés social, pero se requieren 700 mil

 

Mientras la construcción de viviendas de interés social en nuestro país no reciba subsidios y no mejoren los ingresos de la población, difícilmente tendrá futuro este sector, aseguró Beatriz García Peralta, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

 

De acuerdo con cifras preliminares, en el año 2000 se construyeron alrededor de 280 mil viviendas de interés social. No obstante, se requieren 700 mil más, esto sin tomar en cuenta factores como deterioro, hacinamiento, entre otros.

 

El sector, dijo, debe ser reactivado mediante un amplio programa de desarrollo que incluya el mejoramiento de la vivienda, programas de financiamiento para grupos populares, subsidios, mejoras salariales, y realizar un análisis de la vivienda en el centro y en la periferia.

 

Aclaró que la principal alternativa es el subsidio para que el derecho habiente pueda pagar su hipoteca, e impulsar con ello una cultura de ahorro. En Amsterdam, Holanda, por ejemplo, el 50% de la vivienda ha recibido subsidios, mientras que en Zurich, Suiza el porcentaje es del 25%.

 

En México, quienes recibieron vivienda de Infonavit y FOVI obtuvieron un fuerte subsidio entre 1970 y 1980. No obstante, en la actualidad el bajo subsidio otorgado no proviene de fondos públicos, sino del generado por los propios trabajadores.

 

García Peralta puntualizó que otra opción sería establecer un programa que determinara la utilización de un porcentaje del Producto Interno Bruto para la construcción de vivienda de interés social, pues son cantidades muy pequeñas las que se destinan.

 

La urbanista universitaria comentó que una queja frecuente del sector de la construcción es el referido a la burocracia, aunque aclaró que no se debe eliminar completamente la regulación, porque sin ésta y la planificación adecuada, la ciudad podría ser un caos.

 

Reconoció que la baja edificación de viviendas, así como el bajo número de créditos afectan en términos generales la estabilidad social, esencialmente en las zonas urbanas.

 

Beatriz García puntualizó que no contamos con programas de vivienda basados en el diagnóstico y análisis de lo que se puede hacer en México y agregó que "aún somos dependientes de modelos estadounidenses, como es la creación de paquetes con las hipotecas y enviarlos a la Bolsa de Valores para que sean comprados por los inversionistas a largo plazo".

 

En la última década el sector productor de vivienda se ha hecho más dinámico, no obstante, junto a eso tienen que presentarse otras alternativas porque "no se está resolviendo el problema de la población de menores recursos, o si ésta llega a obtener un crédito lo paga muy caro".

 

Lo más importante para impulsar el crecimiento de la construcción de vivienda es que haya recursos para otorgar créditos hipotecarios, porque por lo caro del dinero es poca la gente que tiene acceso a éstos. La falta de préstamos hipotecarios impide imprimir cierta dinámica al sector.

 

Por ello, la propuesta es bursatilizar la cartera hipotecaria para tener recursos financieros y haya más hipotecas. El problema es que con la situación económica del país es difícil que ésta sea una salida adecuada.

 

Calificó esta opción como buena, siempre y cuando haya otro tipo de economía, porque en este momento no es una opción viable para nuestro país. Se necesitaría una estabilidad financiera y económica perdurable, un crecimiento real del salario que no se ha dado, para que la gente pudiera pagar con seguridad las hipotecas.

 

La investigadora del IIS apuntó que algunas alternativas para impulsar el sector, como los programas de vivienda en alquiler, no se han contemplado debido a la satanización de algunas de ellas.

 

En conjuntos habitacionales, como la Unidad Independencia –el ejemplo más claro de este tipo de vivienda– los departamentos se vendieron a precios tan bajos, que ni siquiera cubrían las necesidades de mantenimiento. "Si la utilización no hubiera sido tan política ni tan clientelista, y se continuara con ese programa la ciudad habría mejorado mucho.

 

Los primeros conjuntos edificados por el Infonavit contemplaban elementos necesarios para el desarrollo de la comunidad que se establecía en ellos, y se negociaban con el municipio los servicios. En la actualidad, zonas como Iztapalapa están saturadas y carecen de escuelas, comercios, agua y transporte colectivo.

 

En Aguascalientes el modelo ha funcionado: donde hay oferta de vivienda, de suelo, no se tienen asentamientos irregulares como en otras ciudades y no se ha encarecido la vivienda; además de que han atraído inversionistas. La diferencia es que Aguascalientes es una sociedad con mayores ingresos y un mayor equilibrio, concluyó.

 

 

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En el 2000 se construyeron alrededor del 280 mil viviendas nuevas de interés social, informó Beatriz García Peralta, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

 

 

 

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El sector de la vivienda social debe ser reactivado mediante un amplio programa de desarrollo, aseguró Beatriz García Peralta, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.