6:00 hrs. Julio 26 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-724

 

FOTO 1

FOTO 2

 

 

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

MÉXICO, NO CUENTA CON BASUREROS PERMANENTES DE DESPERDICIOS NUCLEARES

 

·        Joel Carrillo Rivera, del Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que los desechos radiactivos podrían filtrarse en el subsuelo

·        Hay pocos estudios sobre contaminación nuclear: Faustino Juárez Sánchez, académico  del Instituto de Química

 

En México existen pocos estudios sobre contaminación nuclear porque en apariencia no son rentables, lo que provoca que los investigadores del área se enfrenten a múltiples problemas para obtener apoyos, sostuvo el académico del Instituto de Química (IQ), Faustino Juárez Sánchez.

 

Aunado a ello el país no tiene ningún basurero permanente de desperdicios nucleares, con lo cual se corre el riesgo de que se generen fugas, por el inadecuado confinamiento en lugares que podrían tener como consecuencia la filtración de este material radiactivo al subsuelo, aseveró el investigador del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, Joel Carrillo Rivera.

 

Los especialistas expusieron la situación en que se encuentra esta rama de la actividad nuclear. Joel Carrillo destacó el problema de equivalencias en cuanto al nivel de radiactividad entre los países, como son los casos de México y Estados Unidos

 

Advirtió que de instalarse un basurero permanente de desechos nucleares se debe analizar su ubicación y tomar en cuenta  las características del suelo y las corrientes del agua, ya que en caso de fugas deberá atenuar la radiactividad para que sus niveles sean bajos en caso de llegar a la población.

 

Se deben tomar en cuenta, agregó, otros elementos como propiciar que las condiciones químicas permitan su libre movilidad, al igual que sucede en la naturaleza.

 

El investigador del IG informó que existen muchos lugares naturales con depósitos de elementos radiactivos, los cuales existen porque hubo condiciones de reducción, hay poco oxígeno y se  precipitan las especies sensibles a este tipo de situaciones.

 

Aunque la radiactividad está en todos lados, expuso, hay lugares de la República donde tiene mayor recurrencia. Tal es el caso de la Sierra Madre Oriental, sitio en el que hay más que en la Cuenca de México o en la zona del Golfo, simplemente porque las rocas son diferentes.

 

Deben analizarse las zonas y los tipos de roca para determinar las reacciones que tendrán y las consecuencias que traería un derrame.

 

Por su parte, Faustino Juárez Sánchez, del Instituto de Química, señaló que en la actualidad México no necesita un basurero radiactivo grande, puesto que estos tipos de desperdicios son relativamente bajos y su manejo cuenta con la más alta tecnología.

 

Además de la planta nucleoeléctrica Laguna Verde que tiene sus propios contenedores en una zona exclusiva, informó que las principales fuentes de desperdicio radiactivo son las dedicadas a realizar pruebas industriales para ver fugas en tuberías, grandes hospitales, esterilización de equipos y de materias primas.

 

Todo este tipo de residuos, abundó, está controlado por el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), donde se reciben los desechos de las industrias médicas y de servicio que utilizan radioisótopos. 

 

Faustino Juárez apuntó que el ININ tuvo problemas con las comunidades aledañas a sus instalaciones, las cuales argumentan que el tiradero les ha causado algunas afecciones fisiológicas. Pero, es mínima la probabilidad de que haya alguna fuga, porque el lugar cubre las especificaciones exigidas por el Organismo Mundial de Energía Atómica.

 

El especialista sostuvo que el problema para instalar un basurero nuclear radicaría en la lixiviación –filtración-, efecto causado con la lluvia, porque el agua penetra en el suelo y arrastra los posibles contaminantes que pudieran existir, sin importar que sean metales o radionúclidos.

 

Todos los contenedores, detalló, tienen un determinado tiempo de vida y, con los avances tecnológicos disminuyen los riesgos, aunque su costo se eleva.

 

El tiempo de vida del radioisótopo, indicó Juárez Sánchez,  puede ser desde un segundo hasta miles de años, lo que significa que las pruebas hechas por Estados Unidos hace 40 años y Francia cuyo material se encuentra en el fondo del mar porque todavía no llegan ni a la primera vida media de actividad, lo que podría implicar un riesgo por ser tecnología con cerca de seis décadas.

 

Subrayó que por lo general las zonas elegidas para arrojar los desechos no presentan mayor actividad sísmica o movimientos tectónicos y las presiones a los que fueron sometidos, aparentemente, no deben presentar ningún problema de corrosión.

 

Finalmente, apuntó que mucha de la contaminación radioactiva que existe en el país obedece principalmente al arrastre de las lluvias.

 

 

 

-o0o-

 

FOTO 1

 

El académico del Instituto de Química de la UNAM, Faustino Juárez Sánchez, señaló que en México hay pocos estudios sobre contaminación nuclear porque no son rentables

 

 

FOTO 2

 

México no necesita un basurero radiactivo grande, porque este tipo de desperdicios son bajos y su manejo cuenta con alta tecnología, indicó el académico del Instituto de Química de la UNAM, Faustino Juárez Sánchez