Boletín UNAM-DGCS-724
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MÉXICO, NO CUENTA CON BASUREROS PERMANENTES DE DESPERDICIOS NUCLEARES
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Joel Carrillo Rivera, del Instituto de
Geografía de la UNAM, dijo que los desechos radiactivos podrían filtrarse en el
subsuelo
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Hay pocos estudios sobre contaminación
nuclear: Faustino Juárez Sánchez, académico
del Instituto de Química
En
México existen pocos estudios sobre contaminación nuclear porque en apariencia
no son rentables, lo que provoca que los investigadores del área se enfrenten a
múltiples problemas para obtener apoyos, sostuvo el académico del Instituto de
Química (IQ), Faustino Juárez Sánchez.
Aunado
a ello el país no tiene ningún basurero permanente de desperdicios nucleares,
con lo cual se corre el riesgo de que se generen fugas, por el inadecuado
confinamiento en lugares que podrían tener como consecuencia la filtración de
este material radiactivo al subsuelo, aseveró el investigador del Instituto de
Geografía (IG) de la UNAM, Joel Carrillo Rivera.
Los
especialistas expusieron la situación en que se encuentra esta rama de la
actividad nuclear. Joel Carrillo destacó el problema de equivalencias en cuanto
al nivel de radiactividad entre los países, como son los casos de México y
Estados Unidos
Advirtió que de instalarse un basurero permanente de desechos nucleares
se debe analizar su ubicación y tomar en cuenta las características del suelo y las corrientes del agua, ya que
en caso de fugas deberá atenuar la radiactividad para que sus niveles sean
bajos en caso de llegar a la población.
Se deben tomar en cuenta, agregó, otros elementos como propiciar que
las condiciones químicas permitan su libre movilidad, al igual que sucede en la
naturaleza.
El investigador del IG informó que existen muchos lugares naturales con
depósitos de elementos radiactivos, los cuales existen porque hubo condiciones
de reducción, hay poco oxígeno y se
precipitan las especies sensibles a este tipo de situaciones.
Aunque la
radiactividad está en todos lados, expuso, hay lugares de la República donde
tiene mayor recurrencia. Tal es el caso de la Sierra Madre Oriental, sitio en
el que hay más que en la Cuenca de México o en la zona del Golfo, simplemente
porque las rocas son diferentes.
Deben analizarse las zonas y los tipos de roca para determinar las
reacciones que tendrán y las consecuencias que traería un derrame.
Por su parte,
Faustino Juárez Sánchez, del Instituto de Química, señaló que en la actualidad
México no necesita un basurero radiactivo grande, puesto que estos tipos de desperdicios
son relativamente bajos y su manejo cuenta con la más alta tecnología.
Además de la planta nucleoeléctrica Laguna Verde que tiene sus propios
contenedores en una zona exclusiva, informó que las principales fuentes de
desperdicio radiactivo son las dedicadas a realizar pruebas industriales para
ver fugas en tuberías, grandes hospitales, esterilización de equipos y de
materias primas.
Todo este tipo de residuos, abundó, está controlado por el Instituto
Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), donde se reciben los desechos de
las industrias médicas y de servicio que utilizan radioisótopos.
Faustino Juárez apuntó que el ININ tuvo problemas con las comunidades
aledañas a sus instalaciones, las cuales argumentan que el tiradero les ha causado
algunas afecciones fisiológicas. Pero, es mínima la probabilidad de que haya
alguna fuga, porque el lugar cubre las especificaciones exigidas por el
Organismo Mundial de Energía Atómica.
El especialista sostuvo que el problema para instalar un basurero
nuclear radicaría en la lixiviación –filtración-, efecto causado con la lluvia,
porque el agua penetra en el suelo y arrastra los posibles contaminantes que
pudieran existir, sin importar que sean metales o radionúclidos.
Todos los contenedores, detalló, tienen un determinado tiempo de vida
y, con los avances tecnológicos disminuyen los riesgos, aunque su costo se
eleva.
El tiempo de vida del radioisótopo, indicó Juárez Sánchez, puede ser desde un segundo hasta miles de
años, lo que significa que las pruebas hechas por Estados Unidos hace 40 años y
Francia cuyo material se encuentra en el fondo del mar porque todavía no llegan
ni a la primera vida media de actividad, lo que podría implicar un riesgo por
ser tecnología con cerca de seis décadas.
Subrayó que por lo general las zonas elegidas para arrojar los desechos
no presentan mayor actividad sísmica o movimientos tectónicos y las presiones a
los que fueron sometidos, aparentemente, no deben presentar ningún problema de
corrosión.
Finalmente, apuntó que mucha de la contaminación radioactiva que existe
en el país obedece principalmente al arrastre de las lluvias.
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FOTO 1
El académico del Instituto de Química de la
UNAM, Faustino Juárez Sánchez, señaló que en México hay pocos estudios sobre contaminación
nuclear porque no son rentables
FOTO 2
México no necesita un basurero radiactivo
grande, porque este tipo de desperdicios son bajos y su manejo cuenta con alta
tecnología, indicó el académico del Instituto de Química de la UNAM, Faustino Juárez
Sánchez