Boletín UNAM-DGCS-719
Juriquilla,
Querétaro
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DETECCIÓN TEMPRANA Y TRATAMIENTO, CLAVE PARA
EVITAR TRASTORNOS DE APRENDIZAJE
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Los padecen del 10 al 15% de los
niños mexicanos: Thalía Harmony, del Centro de Neurobiología de la UNAM
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Entre el 70 y 80% de ellos presentan
al nacer antecedentes de riesgo, como falta de oxigenación cerebral
En México, entre el 10 y el 15% de los niños
presentan algún tipo de trastorno de aprendizaje, cifra que coincide con el
índice de reprobación y abandono de los estudios, aseguró la investigadora del
Centro de Neurobiología de la UNAM, Thalía Harmony.
En el Laboratorio de Psicofisiología de esa
dependencia, con sede en Juriquilla, Querétaro, la universitaria señaló que un
antecedente de riesgo que pasa desapercibido, como la falta de oxígeno al
nacer, con el tiempo crea un problema cognitivo en el menor.
Por ello, acotó, "nos orientamos hacia la
detección temprana y el tratamiento preventivo, porque muchos de los niños con
trastornos de aprendizaje, no sólo en México sino en otras partes del mundo,
tienen antecedentes de riesgo".
En general, señaló, estos problemas se
refieren a la dificultad para aprender matemáticas, leer y escribir, las cuales
se consideran actividades abstractas. No son, sin embargo, personas con un
coeficiente intelectual anormal, sino un poco por debajo del común.
Comentó que constituyen un grupo heterogéneo,
ya que hay niños en quienes predominan los problemas de atención, en otros los
de la memoria "de trabajo" -o de corto plazo- y unos más en los que
las alteraciones son a nivel de la codificación de rasgos visuales, como las
letras.
Uno de los proyectos en los que trabaja la
doctora Harmony y su equipo de colaboradores es la neurohabilitación temprana
en niños muy pequeños. Se pretende determinar, incluso desde recién nacidos, si
tienen algún tipo de problema que requiera de un tratamiento de este tipo.
Explicó que se habla de
"habilitación" y no de "rehabilitación" porque en los
menores aún no existe una deficiencia, sino la posibilidad de que algún factor
de riesgo perinatal (por ejemplo, una infección en la madre durante el
embarazo) haya producido algún problema en el sistema nervioso, a nivel
estructural o funcional, el cual se podría revelar durante el desarrollo del
niño.
En este proyecto, el cual se realiza en
colaboración con el Laboratorio de Neurofisiología para la Educación Especial
de la Secretaría de Educación del estado de Querétaro, señaló, se detectan
recién nacidos con factor de riesgo, debido a problemas como la hipoxia o
asfixia. Luego de ser estudiados se determina si necesitan de
neurohabilitación.
El tratamiento se basa en la técnica del
investigador húngaro Katona, que consiste en desarrollar en el bebé movimientos
complejos -específicos de la especie humana- e impedir los anormales, resultado
de la falta o de la exageración del tono muscular. Hasta el momento se ha
atendido a 600 niños en forma favorable.
La investigadora informó que el 50% de
los casos logra la normalidad durante el primer año de tratamiento, y otro 25%
en el segundo. De ese modo, "hacemos que 75% de los niños tengan una
actividad motora adecuada, lo cual los pone en contacto con su ambiente y los
estimula.
Se pretende ampliar la capacidad de este
programa e incorporar a todos los infantes nacidos en hospitales públicos
queretanos con riesgos perinatales.
Para
ello, con ayuda del gobierno estatal, el año próximo podría entrar en
funcionamiento una clínica especializada en detectar con oportunidad a los
menores con posibilidad de desarrollar problemas motores y trastornos de
aprendizaje.
En los pequeños estudiados que ya presentan
dichos trastornos se encontró que entre el 70 y el 80% tienen antecedentes de
riesgo, es decir, nacieron "morados", no respiraron al nacer o la
madre tuvo alguna infección. La detección a tiempo y el tratamiento de
habilitación y estimulación temprana adecuados, puede cambiar el destino del
niño.
Los niños que presentan problemas de
aprendizaje son detectados cuando ingresan a la escuela. Los científicos universitarios
encontraron que se caracterizan porque su electroencefalograma es más lento con
respecto al resto de los infantes sanos de su edad.
Thalía Harmony dijo que la actividad
electroencefalográfica subyace a la cognitiva. Esto es, con la edad el electroencefalograma
aumenta la velocidad en forma progresiva hasta lograr la estructura y
frecuencia de un adulto.
Por eso, un niño de un año tiene un
"electro" más lento que uno de cinco, y el de esta edad uno más
pausado que otro de diez. Al analizarlo cuantitativamente se establece si
corresponde con las frecuencias correspondientes a su edad.
De no ser así, abundó, se habla de una
"falla de maduración”, que propicia que los menores no puedan aprender de
acuerdo con su edad. Desde el punto de vista neurológico, tendrían una edad
menor a la cronológica, abundó la doctora Harmony.
También se registran entre algunos de ellos la
actividad paroxística o eléctrica de tipo epiléptico. "Estudiamos este
aspecto porque hemos visto casos de pequeños que con tratamientos
anticonvulsionantes mejoran su aprendizaje, pero debemos asegurarnos de ello
", aclaró.
De manera adicional, los especialistas universitarios investigan si con la modificación de la actividad eléctrica del cerebro, por medio de condicionamiento se cambia la actividad cognitiva en cuanto a mejorar la atención, la memoria y otras habilidades en los niños con trastornos del aprendizaje.
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En México, entre el 10 y el 15% de los niños presentan
algún tipo de trastorno del aprendizaje, aseguró Thalía Harmony, del Centro de
Neurobiología.
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Thalía Harmony, del Centro de Neurobiología de la UNAM
mencionó que los trastornos del aprendizaje se refieren a la dificultad para
aprender matemáticas, leer y escribir.