6:00 hrs. Julio 23 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-716

 

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Pies de foto al final del boletín

REPLANTEAR LA GLOBALIZACIÓN  PERMITIRÍA CORREGIR INJUSTICIAS

 

·        María Elena Mansilla y Mejía, directora del seminario de Derecho Internacional de la FD, señaló que la hegemonía de las empresas trasnacionales incrementa el desempleo

·        Deficiente el papel de la ONU en el proceso de globalización, agregó la académica universitaria

 

El proceso de globalización y la inserción de México en él deben replantearse para corregir las injusticias que produce, como, por ejemplo, el aumento del desempleo, afirmó María Elena Mansilla y Mejía, directora del seminario de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho de la UNAM.

 

La académica universitaria explicó que en las condiciones actuales, la globalización económica se ha caracterizado por la absorción de las pequeñas y medianas industrias por parte de las grandes corporaciones, lo cual ha provocado el incremento del desempleo a nivel mundial.

 

Este fenómeno se atribuye por una parte a la tecnificación de los procesos productivos, y por el otro se debe a la incapacidad de las empresas menores para competir con las grandes trasnacionales, indicó.

 

En consecuencia, continuó, se incrementa el sector creciente de población en condiciones de pobreza y se reduce la clase media, cuyo poder adquisitivo disminuye. La especialista en derecho internacional aseguró que es urgente imprimir un carácter humano a la globalización y no circunscribirla a los beneficios que implica para el desarrollo tecnológico de las grandes industrias.

 

Mansilla y Mejía calificó como deficiente el papel desempeñado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en este escenario. Este organismo, dijo, realiza reuniones quinquenales en las cuales se limita al estudio y análisis de los asuntos que afectan a la humanidad como la inseguridad y el tráfico de menores sin ofrecer propuestas o soluciones para enfrentarlos.

 

La catedrática atribuyó lo anterior a la falta de interés y de percepción real de la magnitud de estos problemas. Si se percataran de la gravedad ofrecerían soluciones y las pondrían en práctica. Sostuvo que la perspectiva para la integración económica del continente americano es demasiado compleja por los grandes desequilibrios que se observan entre los países.

 

Una unificación en términos similares a la que se llevó adelante en Europa es difícil a menos que se elimine la desproporción entre las economías americanas y se equilibren las fuerzas. En este sentido señaló que en el aspecto económico ese objetivo es difícil de alcanzar, cuando menos en el corto plazo. No obstante, precisó, una unificación de las naciones de América Latina haría más factible el equilibrio económico.

 

Descartó la posibilidad de que la dolarización de las economías latinoamericanas sea la solución para corregir las disparidades económicas de los países latinoamericanos con respecto a la América sajona. A este respecto ejemplificó con la actitud madura con la que las 15 naciones europeas enfrentaron su proceso de integración. En ese caso, la unificación monetaria fue el último paso, previo al cual se equipararon las condiciones económicas de todos los integrantes.

La voluntad política de avanzar en cualquier proceso de integración económica, concluyó, no resulta suficiente para garantizar que tenga resultados positivos.

 

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La hegemonía de las empresas transnacionales incrementa el desempleo en los países en desarrollo, aseguró la catedrática de la UNAM, María Elena Mansilla y Mejía.

 

 

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Es preciso replantear la globalización para reducir las injusticias que produce, señaló la catedrática de la Facultad de Derecho de la UNAM, María Elena Mansilla y Mejía.