Boletín UNAM-DGCS-716
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María Elena
Mansilla y Mejía, directora del seminario de Derecho Internacional de la FD,
señaló que la hegemonía de las empresas trasnacionales incrementa el desempleo
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Deficiente el
papel de la ONU en el proceso de globalización, agregó la académica
universitaria
El proceso de globalización y la
inserción de México en él deben replantearse para corregir las injusticias que
produce, como, por ejemplo, el aumento del desempleo, afirmó María Elena
Mansilla y Mejía, directora del seminario de Derecho Internacional de la
Facultad de Derecho de la UNAM.
La académica universitaria explicó que en las
condiciones actuales, la globalización económica se ha caracterizado por la
absorción de las pequeñas y medianas industrias por parte de las grandes
corporaciones, lo cual ha provocado el incremento del desempleo a nivel
mundial.
Este fenómeno se atribuye por una parte a la
tecnificación de los procesos productivos, y por el otro se debe a la
incapacidad de las empresas menores para competir con las grandes
trasnacionales, indicó.
En consecuencia, continuó, se incrementa el
sector creciente de población en condiciones de pobreza y se reduce la clase media,
cuyo poder adquisitivo disminuye. La especialista en derecho internacional
aseguró que es urgente imprimir un carácter humano a la globalización y no
circunscribirla a los beneficios que implica para el desarrollo tecnológico de
las grandes industrias.
Mansilla y Mejía calificó como deficiente el
papel desempeñado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en este
escenario. Este organismo, dijo, realiza reuniones quinquenales en las cuales
se limita al estudio y análisis de los asuntos que afectan a la humanidad como
la inseguridad y el tráfico de menores sin ofrecer propuestas o soluciones para
enfrentarlos.
La catedrática atribuyó lo anterior a la falta
de interés y de percepción real de la magnitud de estos problemas. Si se
percataran de la gravedad ofrecerían soluciones y las pondrían en práctica.
Sostuvo que la perspectiva para la integración económica del continente
americano es demasiado compleja por los grandes desequilibrios que se observan
entre los países.
Una unificación en términos similares a la que
se llevó adelante en Europa es difícil a menos que se elimine la desproporción
entre las economías americanas y se equilibren las fuerzas. En este sentido
señaló que en el aspecto económico ese objetivo es difícil de alcanzar, cuando menos
en el corto plazo. No obstante, precisó, una unificación de las naciones de
América Latina haría más factible el equilibrio económico.
Descartó la posibilidad de que la dolarización
de las economías latinoamericanas sea la solución para corregir las
disparidades económicas de los países latinoamericanos con respecto a la
América sajona. A este respecto ejemplificó con la actitud madura con la que
las 15 naciones europeas enfrentaron su proceso de integración. En ese caso, la
unificación monetaria fue el último paso, previo al cual se equipararon las
condiciones económicas de todos los integrantes.
La voluntad política de avanzar en
cualquier proceso de integración económica, concluyó, no resulta suficiente
para garantizar que tenga resultados positivos.
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La hegemonía de las
empresas transnacionales incrementa el desempleo en los países en desarrollo,
aseguró la catedrática de la UNAM, María Elena Mansilla y Mejía.
FOTO 2
Es preciso replantear la globalización para
reducir las injusticias que produce, señaló la catedrática de la Facultad de
Derecho de la UNAM, María Elena Mansilla y Mejía.