6:00 hrs. Julio 19 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-702

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 Pies de fotos al final del boletín

SIN RESPUESTA SOCIAL, LA PROTECCIÓN EN MATERIA DE DESARROLLO BIOTECNOLÓGICO

 

 

·        México está quedando fuera de los posibles beneficios económicos de esa industria, afirmó Alejandro Mercado Celis, del CISAN

·        Concluyó el Seminario Internacional Los nuevos actores en el espacio de América del Norte

 

En materia de desarrollo biotecnológico, preocupa que México se esté quedando fuera de los posibles beneficios económicos de esta reciente industria, y que tampoco haya presión social intensa a las instancias reguladoras para lograr una protección efectiva, señaló Alejandro Mercado Celis, secretario académico del Centro de investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

 

Desde el gobierno, añadió el experto, será difícil generar la regulación necesaria por lo que se vislumbran peligros: una enorme dependencia en esa área y que nuestro país sea únicamente proveedor de material genético.

 

Al participar en el Seminario Internacional Los nuevos actores en el espacio de América del Norte, realizado en el Auditorio de la Coordinación de Humanidades de esta casa de estudios, destacó que de continuar las tendencias actuales en dicha región los beneficios económicos que podría generar esta industria se concentrarán en Estados Unidos y Canadá.

 

Durante el evento, organizado por el CISAN, agregó que en Estados Unidos, –país líder en biotecnología– existen al menos mil 283 firmas directamente ligadas a esta rama de la ciencia, que emplean a 153 mil personas, y en términos de ingresos totales, en 1999 fueron de 1.6 mil millones de dólares. “Pero el dato realmente importante es el nivel de inversión capta: en 1999 se invirtieron 137.9 mil millones de dólares y un año, después la cifra creció 156%, hasta alcanzar los 353.5 mil millones de dólares”.

 

Canadá, por su parte, ocupa el segundo lugar después de Estados Unidos en el ámbito internacional, tanto en términos del número de compañías como de empleados y cantidad de ingresos generados por esta industria, aseguró Mercado Celis en la mesa redonda Actores económicos y reestructuración industrial de América del Norte.

 

Informó que, de acuerdo con datos de 1998, la industria de biotecnología canadiense está integrada por 282 firmas. Asimismo, cabe mencionar también que en este país hay muchas empresas que no generan biotecnología directamente pero están conectadas las que sí la desarrollan.

 

Aclaró que se cree que la biotecnología está dominada por grandes organismos transnacionales, pero la mayoría de ellas tienen 50 trabajadores en promedio. En el caso de Estados Unidos y Canadá el 70 % de ellas funciona con un número semejante de empleados.

 

Pero lo más sorprendente, aseveró, es que, hasta el momento, “esta industria opera sin ganancias”. Lo anterior, dijo, puede ser porque aunque el contexto de sus avances es de incertidumbre, las expectativas o potencial son altos. “Es una gran promesa”.

 

Organizaciones medioambientales

 

A su vez, Miriam Alfié Cohen, catedrática del plantel Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la mesa redonda Movimientos y redes sociales de medio ambiente, comentó que uno de los nuevos actores e identidades sociales en la región de América del Norte es el movimiento ambientalista.

Lo anterior ”no quiere decir que expresiones de esta naturaleza no se hubiesen dado con anterioridad en los diversos países que conforman la región”. Sin embargo, dijo, las condiciones del TLC generaron “un telón de fondo global” e impusieron nuevas acciones, redes e identidades sociales de corte ambiental.

 

“El TLC, aseguró, modificó no sólo las relaciones económicas de la región sino que dio paso a nuevas problemáticas, discusiones y focos de negociación entre los tres países firmantes”.

 

Por su parte, Edit Antal Fodroczy y Francisco Lara Valencia, investigadores del CISAN y de la Universidad Autónoma de Baja California, respectivamente, se refirieron a la situación que prevalece entre las organizaciones ambientales de las ciudades de Tijuana, México, y la de San Diego, California, Estados Unidos.

 

La también profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, destacó que como resultado del estudio realizado en la zona, identificó cuatro tipos de redes de organizaciones dedicadas al cuidado del medio ambiente, de acuerdo con las razones de su origen: las de base, que abarcan otros temas; las “maquiladoras”, que no se relacionan precisamente con esta rama de la industria, sino que surgen a partir de estímulos binacionales; aquellas donde hay una participación ciudadana auténtica, y las conservacionistas.

 

Lara Valencia, en su momento, indicó que tras una ardua investigación encontró que entre las organizaciones ambientalistas de esas dos ciudades hay cierto vínculo, el cual se da, entre otras razones, por su afinidad en la organización y el costo de la interacción.

 

El especialista resaltó, además, el nivel de la relación puede calificarse de tres formas: de convergencia, que sólo incluye comunicación entre sí; de colaboración, en el cual ya hay un intercambio de apoyo, y de manejo conjunto de recursos económicos, que es el más complejo de todos y llega a la formación de comités.

 

 

 

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México, al borde de la exclusión en el desarrollo de la biotecnología afirmó Alejandro Mercado Celis, secretario académico del CISAN.

 

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María Teresa Vázquez Castillo y Edit Antal Fodroczy, durante su partipación en el seminario internacional “Los nuevos actores en el espacio de América del Norte”.

 

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Francisco Lara Valencia, de la Universidad Autónoma de Baja California, señaló que existen rasgos paralelos en las organizaciones ambientalistas de San Diego, Estados Unidos, y la ciudad norteña.