Boletín UNAM-DGCS-701
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NECESARIO
CONTINUAR LA POLÍTICA DE POBLACIÓN DE
ESTADO: CRIM
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Con visión, permanencia y continuidad de largo plazo podremos tener
mejores resultados, dijo el director de esa dependencia, Héctor Hernández
Bringas
Justo ahora que las acciones gubernamentales
empiezan a tomar forma es necesario pugnar por mejorar el diseño e
instrumentación de la política de población para que siga siendo de Estado,
afirmó Héctor Hiram Hernández Bringas, director del Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.
Al inaugurar el seminario La población y los desafíos demográficos en
México, el funcionario destacó: “Ello implica una política de población con visión de largo plazo,
permanencia y continuidad, que cuente con el consenso social en torno a sus
orientaciones estratégicas, fuera de intereses o visiones particulares.
En la sala del Consejo de la Coordinación de
Humanidades de la UNAM, Hernández Bringas señaló que la instrumentación de esta
política debe ser prioridad nacional, a fin de verse favorecida por una mejoría
significativa en la distribución del ingreso.
Es preciso fortalecer el carácter
multisectorial y la orientación integral de la política de población, la cual
debe ser parte inherente de la de desarrollo y un eslabón esencial de la
política social.
Consideró que esa política debe sustentarse en
una ética social de reconocimiento pleno a los valores de inviolabilidad de la
persona, de su autonomía y dignidad, así como en el respeto a los derechos de
libre desplazamiento al interior y hacia fuera del territorio nacional, así
como también al derecho de las parejas de decidir, de manera libre, responsable
e informada, sobre el número de hijos que procrearán.
“Necesaria es una política que considere las
diferencias socioeconómicas, culturales, regionales, étnicas, de género y edad
de los habitantes del país y que reconozca como relevantes a todos y cada uno
de los componentes del cambio demográfico”, precisó.
Comentó que la importancia que se ha otorgado a
la reproducción, también debe asignársele a la migración interna e
internacional, a la distribución territorial de la población y al incremento en
la esperanza de vida.
Elena Zúñiga, en representación del Secretario
General del Consejo Nacional de Población, Rodolfo Tuirán, dijo que la reciente
publicación de los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda del
año 2000 da la oportunidad de actualizar los diagnósticos a la situación
demográfica de México, verificar y revisar algunas de sus tendencias e
identificar los retos que deberá enfrentar la política en este ámbito.
En este sentido, los trabajos de este seminario
constituirán una valiosa aportación para realizar una evaluación técnica más
amplia de la calidad de la información del Censo, de sus aportaciones y
limitaciones y de su aplicación para la planeación y evaluación de las
políticas públicas en materia de población.
Al participar en la mesa Fecundidad, mortalidad y salud, Catherine Menkes, del CRIM, aseveró
que el Censo aporta muy poca información sobre los mexicanos y su salud de reproducción.
Si bien las metas de fecundidad han sido cumplidas todavía hay por delante
grandes desafíos como la disparidad que prevalece entre los niveles de
fecundidad en los distintos contextos sociales.
Según el Censo la tasa global de fecundidad de
mujeres sin instrucción fue de 4.5 hijos por mujer y de 2.0 en las mujeres con
al menos un año aprobado de educación secundaria. Se observa también una
maternidad temprana, pues según las tasas específicas de fecundidad que arroja
la encuesta, para 1999 el 38% de los nacimientos corresponde a mujeres menores
de 25 años; aunque también muestra que ha habido un incremento en el número de
embarazos de mujeres solteras, mencionó.
Hoy en día la gran mayoría de las mujeres en
edad fértil conoce algún método anticonceptivo, sin embargo, todavía un número
importante de ellas declara no conocer el condón.
Según datos de la encuesta de planificación
familiar de CONAPO, el 40% de los adolescentes de 15 a 19 años, que ya habían
tenido relación sexual, declararon nunca haber escuchado hablar del condón, lo
cual los hace un grupo vulnerable a los embarazos no deseados y a las
enfermedades de transmisión sexual.
Por otro lado, abundó, el aborto sigue
considerándose un problema grave de salud pública. “Si bien las tasas han
disminuido en los últimos años, aún representa un reto para las políticas
públicas”.
Por ello, las
condiciones de pobreza en que vive gran parte de la población mexicana, la
desigualdad social, intergeneracional y de género requieren de grandes esfuerzos
interinstitucionales para mejorar la salud reproductiva de mujeres y hombres en
nuestro país, manifestó.
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Es necesario un mejor diseño e
instrumentación de la política poblacional, afirmó Héctor Hernández Bringas,
director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM