Boletín UNAM-DGCS-691
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DESACIERTOS, FALTA DE CREDIBILIDAD Y
RUPTURA CON LA SOCIEDAD EN EL ÚLTIMO
AÑO DE LABOR DE LA CNDH
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Sin embargo, como institución se debe fortalecer y revisar la actuación
de quien está al frente del organismo: Gloría Ramírez, académica de la UNAM
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Dijo que sin respeto a los
derechos humanos, no hay Estado democrático
En el último año, la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) cometió graves desaciertos y
creó la ruptura con la sociedad que, por ende, provocaron fuertes cuestionamientos
y falta de credibilidad afirmó la académica de la UNAM, Gloria Ramírez, quien
resaltó que pese a ello se debe fortalecer, porque estas instituciones son
pilares de la democracia.
En entrevista, la
coordinadora general de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, puntualizó que “no se puede
considerar un Estado democrático, donde sea nulo el respeto a estas garantías”.
Sin embargo, hizo
hincapié en que las violaciones a los derechos humanos en México y el mundo, no
sólo persisten sino aumentaron para ciertos sectores, grupos o pueblos que
viven en la exclusión permanente.
La funcionaria
universitaria aseveró que uno de los factores fundamentales en la lucha por la
defensa de los derechos humanos es no desacreditar a la CNDH como institución,
sino reconocer que el problema es la manera como funciona y las personas que
han estado a cargo de ella, porque los resultados nunca están a la altura de
las demandas de la sociedad.
Esta comisión, agregó,
tampoco actúa conforme a las exigencias de un país en el cual se comete una
gran cantidad de violaciones a los derechos humanos, por lo que es necesario
solicitar y vigilar que lo haga conforme a los intereses de la sociedad y en
cumplimiento al mandato de proteger estos derechos.
Explicó que aun cuando
en el pasado la sociedad civil no había podido instrumentar un canal de
participación real con la CNDH, la actual ruptura es grave porque ambas
persiguen el mismo objetivo: la defensa de los derechos humanos.
Al referirse a la
propuesta de creación de una Comisión de la Verdad, la doctora en ciencias
sociales destacó la necesidad de establecer todo espacio que permita conocer la
verdad, revisar la historia y, sobre todo, ejercer justicia. En esta última se
incluye la indemnización a las víctimas y castigo a los culpables.
En América Latina,
precisó, algunas leyes demuestran que no basta buscar y tratar de establecer la
verdad, sino que debe articularse. Es en este rubro donde se encuentra la
dimensión fundamental de la justicia y la lucha contra la impunidad.
De ahí, comentó, la
necesidad de crear la Comisión de la Verdad u otra instancia con capacidad real
para analizar las diferentes situaciones y momentos particulares importantes,
como es el caso de las desapariciones, y que responda a la búsqueda de la
verdad.
Esta comisión, añadió,
tendrá el objetivo de restablecer la justicia y la memoria histórica para que
las nuevas generaciones puedan evitar que no se vuelvan a cometer violaciones a
los derechos humanos, pero además para que conozcan los riesgos de los
regímenes autoritarios, en los cuales la violencia política es la que priva.
De las comisiones de
derechos humanos del Distrito Federal y estatales, Gloria Ramírez planteó que
con el tiempo se han legitimado. Una de sus tareas fundamentales es lograr la
división e independencia de los poderes públicos locales.
A pesar de las
reformas legislativas establecidas para que estas comisiones tengan mayor independencia,
argumentó, desafortunadamente las decisiones recaen en los partidos políticos,
convirtiéndose en su "botín".
Consideró que estos
mecanismos defensores del pueblo no deben descalificarse, sino ayudarlos y
vigilarlos para que cumplan con el mandato que se les encomendó.
No bastan las
modificaciones legislativas, se requiere cambiar la cultura política de los
ciudadanos y de los partidos, así como una real división de poderes, expuso.
La coordinadora
general de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la UNAM subrayó que en esta
materia México vive una cultura incipiente, aunque en los últimos 20 años y en
la construcción del nuevo perfil de la sociedad, ahora más crítica y demandante
de sus derechos, hay avances importantes.
Definió que la educación
en derechos humanos forma parte de uno de los principales objetivos de los
sistemas educativos en el país y en América Latina. Incluso en casi todas las
naciones de la región, su enseñanza y promoción es obligada, excepto México.
Signo de la relevancia
del tema, remarcó, es el hecho de que en muchas instituciones públicas se
crearon oficinas o áreas específicas sobre derechos humanos u organismos civiles que coadyuvan con la
administración pública en aspectos afines de preocupación de la sociedad.
La educación en
derechos humanos, advirtió, debe responder a los argumentos que pretenden
deslegitimarla y buscan manejar la opinión pública desinformándola, con el
propósito de defender cotos de poder.
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La falta de
credibilidad y ruptura con la sociedad, graves desaciertos de la CND: Gloria
Ramírez, académica de la UNAM.