6:00 hrs. Julio 16 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-691

 

 

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DESACIERTOS, FALTA DE CREDIBILIDAD Y RUPTURA CON  LA SOCIEDAD EN EL ÚLTIMO AÑO DE LABOR DE LA CNDH

 

·        Sin embargo, como institución se debe fortalecer y revisar la actuación de quien está al frente del organismo: Gloría Ramírez,  académica de la UNAM

·        Dijo que sin  respeto a los derechos humanos, no hay Estado democrático

 

En el último año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) cometió graves desaciertos y creó la ruptura con la sociedad que, por ende, provocaron fuertes cuestionamientos y falta de credibilidad afirmó la académica de la UNAM, Gloria Ramírez, quien resaltó que pese a ello se debe fortalecer, porque estas instituciones son pilares de la democracia.

 

En entrevista, la coordinadora general de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, puntualizó que “no se puede considerar un Estado democrático, donde sea nulo el respeto a estas garantías”.

 

Sin embargo, hizo hincapié en que las violaciones a los derechos humanos en México y el mundo, no sólo persisten sino aumentaron para ciertos sectores, grupos o pueblos que viven en la exclusión permanente.

La funcionaria universitaria aseveró que uno de los factores fundamentales en la lucha por la defensa de los derechos humanos es no desacreditar a la CNDH como institución, sino reconocer que el problema es la manera como funciona y las personas que han estado a cargo de ella, porque los resultados nunca están a la altura de las demandas de la sociedad.

 

Esta comisión, agregó, tampoco actúa conforme a las exigencias de un país en el cual se comete una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos, por lo que es necesario solicitar y vigilar que lo haga conforme a los intereses de la sociedad y en cumplimiento al mandato de proteger estos derechos.

 

Explicó que aun cuando en el pasado la sociedad civil no había podido instrumentar un canal de participación real con la CNDH, la actual ruptura es grave porque ambas persiguen el mismo objetivo: la defensa de los derechos humanos.

 

Al referirse a la propuesta de creación de una Comisión de la Verdad, la doctora en ciencias sociales destacó la necesidad de establecer todo espacio que permita conocer la verdad, revisar la historia y, sobre todo, ejercer justicia. En esta última se incluye la indemnización a las víctimas y castigo a los culpables.

 

En América Latina, precisó, algunas leyes demuestran que no basta buscar y tratar de establecer la verdad, sino que debe articularse. Es en este rubro donde se encuentra la dimensión fundamental de la justicia y la lucha contra la impunidad.

 

De ahí, comentó, la necesidad de crear la Comisión de la Verdad u otra instancia con capacidad real para analizar las diferentes situaciones y momentos particulares importantes, como es el caso de las desapariciones, y que responda a la búsqueda de la verdad.

 

Esta comisión, añadió, tendrá el objetivo de restablecer la justicia y la memoria histórica para que las nuevas generaciones puedan evitar que no se vuelvan a cometer violaciones a los derechos humanos, pero además para que conozcan los riesgos de los regímenes autoritarios, en los cuales la violencia política es la que priva.

 

De las comisiones de derechos humanos del Distrito Federal y estatales, Gloria Ramírez planteó que con el tiempo se han legitimado. Una de sus tareas fundamentales es lograr la división e independencia de los poderes públicos locales.

 

A pesar de las reformas legislativas establecidas para que estas comisiones tengan mayor independencia, argumentó, desafortunadamente las decisiones recaen en los partidos políticos, convirtiéndose en su "botín".

 

Consideró que estos mecanismos defensores del pueblo no deben descalificarse, sino ayudarlos y vigilarlos para que cumplan con el mandato que se les encomendó.

 

No bastan las modificaciones legislativas, se requiere cambiar la cultura política de los ciudadanos y de los partidos, así como una real división de poderes, expuso.

 

La coordinadora general de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la UNAM subrayó que en esta materia México vive una cultura incipiente, aunque en los últimos 20 años y en la construcción del nuevo perfil de la sociedad, ahora más crítica y demandante de sus derechos, hay avances importantes.

 

Definió que la educación en derechos humanos forma parte de uno de los principales objetivos de los sistemas educativos en el país y en América Latina. Incluso en casi todas las naciones de la región, su enseñanza y promoción es obligada, excepto México.

 

Signo de la relevancia del tema, remarcó, es el hecho de que en muchas instituciones públicas se crearon oficinas o áreas específicas sobre derechos humanos  u organismos civiles que coadyuvan con la administración pública en aspectos afines de preocupación de la sociedad.

 

La educación en derechos humanos, advirtió, debe responder a los argumentos que pretenden deslegitimarla y buscan manejar la opinión pública desinformándola, con el propósito de defender cotos de poder.

 

 

 

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La falta de credibilidad y ruptura con la sociedad, graves desaciertos de la CND: Gloria Ramírez, académica de la UNAM.