6:00 hrs. Julio 15 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-690

 

 

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EN LOS ÚLTIMOS 25 AÑOS LOS EDIFICIOS HISTÓRICOS HAN SUFRIDO EL MAYOR DETERIORO DE SU HISTORIA

 

·        Luis Torres, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, dijo que las ciudades con más de tres millones de habitantes comienzan a tener problemas de deterioro de sus inmuebles

·        Se debe al aumento de la corrosión de la piedra, el ensuciamiento de los edificios con hollín y la contaminación atmosférica, afirmó

 

Los monumentos y edificios históricos de la ciudad de México han sufrido mayor deterioro en el siglo pasado que en todas las anteriores centurias, y la mayor parte se ha registrado en los últimos 25 años, aseguró Luis Torres Montes, del Laboratorio de Restauración del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA).

 

Este problema se debe, sobre todo, al aumento de la corrosión de la piedra, el ensuciamiento de los inmuebles, en particular con hollín, y a la contaminación atmosférica, afirmó y comentó que ciudades con poblaciones de más de tres millones de personas empiezan a tener graves problemas de deterioro de sus edificios históricos. Incluso, hay sitios con condiciones que agravan esta problemática, como las ciudades que necesitan calefacción en invierno.

 

Si bien el Centro Histórico de la ciudad de México es el que registra la mayor problemática, inmuebles de ciudades como Guadalajara, Puebla y Guanajuato, ya presentan cierto grado de deterioro.

 

La corrosión de los edificios es provocada sobre todo por la lluvia ácida, la cual penetra en el sistema poroso de la piedra. Ya en ella, y aunque, el agua disuelve bióxido de carbono del aire y forma una pequeña proporción de ácido carbónico. Esta situación se agrava si, además, hay gases contaminantes que al disolverse generan ácidos.

Luis Torres comentó que en ocasiones algunos tipos de piedra no forman costras sino que se lavan y quedan "arenizados", y se empiezan a disgregar. Es lo que sucede con el mármol metamórfico. Pero en casi todos los casos forma una costra de sulfatación.

 

Cuando eso sucede –añadió– se establece qué tan grave es el deterioro. Si hay sulfatación, el daño más grave causado por lluvia ácida, se recomiendan métodos de limpieza y eliminación y se busca aplicar un tratamiento que inhiba el deterioro.

 

Explicó que en el caso de la piedra en la cual no es posible detener al cien por ciento el deterioro, sí se puede aplicar un tratamiento que la mantiene estable ocho o 10 años.

 

En el caso del hollín, comentó que por lo general es resultado de una combustión incompleta. Al darse ésta, quedan pequeñas esferas que apenas se pueden ver con la luz.  Con esa suciedad no sólo se ennegrecen los edificios sino que además los gases contaminantes se acumulan. Se genera ácido, el cual ataca la piedra.

 

Agregó que otros problemas que padecen los edificios históricos son la formación de otros gases del nitrógeno y la salpicadura de aceite de los coches.

 

Comentó el encargado del Laboratorio, otro problema en la ciudad son los mantos freática con los que casi siempre los inmuebles tienen contacto. No todos los edificios antiguos tuvieron impermeabilizaciones bajas, lo cual registra la presencia de sales solubles.

 

Estimó que los estudios sobre la conservación de los edificios se deben realizar cada siete a 20 años, pero la limpieza debe ser cada 8 a 10 años.

No obstante, apuntó que las normas actuales de gasolina y la mejora en la combustión interna de automóviles, que son las principales causantes de la contaminación, “han aminorado el problema del deterioro”.

 

Ante la falta de reglamentos sobre el estudio y diagnóstico del deterioro de monumentos se debe recomendar el establecimiento de normas mexicanas, de forma que el INBA, INAH y otras instancias de construcción, desarrollen normas aplicables a la conservación de edificios.

 

"Queremos llevar a la práctica algunas recomendaciones y establecer si funcionan o no de forma tal que cuando la normatividad en México se tome en serio, ya exista una experiencia", puntualizó.

 

El problema actual –comentó– es que cuando los arquitectos restauradores o las compañías comienzan a trabajar y se encuentran con un problema consultan a un especialista. La meta es, por ley, realizar estudios de diagnóstico del posible deterioro de los materiales de construcción.

 

 

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En los últimos 25 años, los edificios históricos de México han sufrido mayor deterioro, señaló Luis Torres Montes, investigador de la UNAM.

 

 

Luis Torres Montes, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, comentó que el deterioro de los edificios históricos obedece principalmente a la corrosión y a la contaminación.

 

 

Ciudades con más de tres millones de habitantes presentan mayores afectaciones en sus edificios históricos, apuntó el investigador universitario Luis Torres Montes.