Boletín UNAM-DGCS-680
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El rector Juan Ramón de la Fuente y
cinco ex rectores encabezaron la ceremonia en el auditorio de la Coordinación
de Humanidades
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De la Cueva representa una energía
moral para los universitarios, afirmó Jorge Carpizo
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Su trayectoria en la institución,
paradigma útil al proceso de reforma que llevará adelante la Universidad
Nacional, añadió
Con motivo del centenario del
natalicio del jurista Mario de la Cueva y de la Rosa, el rector Juan Ramón de
la Fuente y cinco ex rectores encabezaron la ceremonia conmemorativa a la cual
asistieron también familiares del ex rector, autoridades de la Junta de
Gobierno y el Patronato de la UNAM, así como consejeros universitarios.
El orador único, Jorge Carpizo Mcgregor,
académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas, afirmó que la
personalidad del jurista representa una noción ética y una energía moral para
los universitarios. Mario de la Cueva, sostuvo el investigador universitario,
es un paradigma y una idea que se actualiza siempre.
En los diversos cargos que ocupó en la
Universidad Nacional, indicó, buscó encauzarla como institución de excelencia
académica al servicio de un país en el cual las ideas de justicia social y
democracia fueran una realidad.
Al hablar en la Coordinación de
Humanidades ante Juan Ramón de la Fuente y los ex rectores Pablo González
Casanova, Octavio Rivero Serrano, Guillermo Soberón Acevedo y José Sarukhán
Kermez, Carpizo Mcgregor explicó que para Mario de la Cueva la UNAM debía
preservar lo mejor del humanismo, ser activa, libre, académicamente rigurosa y
mantenerse en renovación continua.
La constante actualización de la Universidad
Nacional, dijo, ha sido un ejercicio constante de la autonomía y el gran
protagonista de la reforma que emprenderá la institución son y tienen que ser
todos los universitarios, fundamentalmente el personal académico.
En este sentido, subrayó, los universitarios
queremos que en la próxima reforma universitaria se logren muchos pasos hacia
adelante. En la UNAM el diálogo ha permitido alcanzar acuerdos para superar
problemas y recrear una institución que por muchos motivos es objeto de
admiración, puntualizó.
En el proceso que habrá de llevar adelante la
institución, precisó, el paradigma de Mario de la Cueva sirve de mucho para
anteponer los intereses de la Universidad Nacional por encima de los personales
y preservar su calidad académica de excelencia al servicio del país.
De la Cueva, añadió Carpizo Mcgregor, fue un
defensor infatigable de la autonomía universitaria como tronco y raíz,
estrechamente ligada con el alto nivel académico y la proyección social, así
como de la libertad de cátedra e investigación, como fundamentos de toda su
actividad, y de la prerrogativa para establecer sus planes y programas de
estudio, así como de autogobernarse.
Le tocaron librar muchas batallas en ese sentido,
mismas que hoy forman parte del patrimonio espiritual de los universitarios y
que han preservado a la institución en sus múltiples avatares, explicó.
El deslinde con respecto a la política y el
combate a la mediocridad académica, agregó, son principios esenciales a la UNAM
como entidad pública que forma parte de lo mejor del país, permite la movilidad
social y forma a sus estudiantes con vocación de servicio en beneficio de la
comunidad.
Al desempeñarse como rector de la Universidad
Nacional en la década de los 40, señaló, algunos de sus logros más importantes
fueron el fortalecimiento de la labor editorial de la institución, en
particular la dirigida a los estudiantes, así como la fundación del Instituto
de Derecho Comparado, el cual actualmente se denomina Instituto de
Investigaciones Jurídicas.
Mario de la Cueva, continuó, también se opuso
ante el entonces presidente Manuel Avila Camacho a la creación de una
asociación de universidades mexicanas que estuviera presidida por el secretario
de Educación Pública y no por un rector.
La pasión que Mario de la Cueva sentía por su
Universidad Nacional lo llevó a sufrir los embates y problemas que la
aquejaron. Luchó por una institución fuerte, que preparara al estudiante en su
futura profesión y le ofreciera la posibilidad de formarse una visión social,
para que egresaran de la UNAM los hombres que transformaran a México, lo
fortalecieran democráticamente y lo hicieran una nación más justa.
Carpizo Mcgregor destacó que la figura del jurista
universitario se encuentra íntimamente ligada a uno de los mejores momentos de
la historia mexicana del siglo XX, ya que tuvo a su cargo la redacción del
anteproyecto de sentencia de amparo que, al afectar los intereses de empresas
petroleras, motivó la negativa de éstas a cumplirla y ello, añadió, derivó en
el decreto expropiatorio de ese hidrocarburo.
Asimismo, resaltó, su obra sobre derecho del
trabajo lo colocó como el tratadista más importante en la materia, quien
influyó en la teoría, la legislación y la jurisprudencia en el ámbito laboral
mexicano.
Sus ideas y su pluma redactaron varias reformas
constitucionales en materia de derecho del trabajo, como la vigencia de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas y la creación
de un mejor sistema para la fijación de los salarios mínimos, comentó.
Jorge Carpizo expresó que en la obra de Mario
de la Cueva como investigador, catedrático, juez y legislador existe la
preocupación constante por la justicia social. Luchó contra la espantosa
desigualdad social y sus ideas al respecto continúan vigentes, manifestó.
En la ceremonia Juan Ramón de la Fuente canceló
el sello postal con la imagen de Mario de la Cueva con motivo de los 100 años
de su nacimiento y entregó a la señora Magdalena De la Cueva, familiar del ex
rector, la medalla conmemorativa por el centenario del natalicio del jurista.
De la Fuente también entregó la medalla a los
cinco ex rectores Pablo González Casanova, Octavio Rivero Serrano, Guillermo
Soberón Acevedo, Jorge Carpizo Macgregor y José Sarukhán Kermez.
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PIE DE FOTO UNO
José Sarukhán Kermez, Octavio Rivero Serrano, Pablo González Casanova, Juan Ramón de la Fuente, Guillermo Soberón Acevedo y Jorge Carpizo Mcgregor.
PIE DE FOTO DOS
Magdalena de la Cueva, familiar de Don Mario de la Cueva, recibe de manos del Rector la medalla conmemorativa del centenario del natalicio de Don Mario de la Cueva.
PIE DE FOTO TRES
El rector Juan Ramón de la Fuente y cinco ex rectores encabezaron la ceremonia conmemorativa del natalicio del nacimiento de Don Mario de la Cueva y de la Rosa