6:00 hrs. Julio 1° del 2001


Boletín UNAM-DGCS-646

 

Carlos Enrique Casillas

Juan Carlos León

SIN OBJETIVOS EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

 

·        Sin instrumentos medibles, el PND se protege ante la posibilidad de que la reforma fiscal sea rechazada: aseguraron universitarios

·        El académico de la UNAM, Juan Carlos León y Ramírez, señaló que el Plan parece un conjunto de buenos deseos

 

El hecho de que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) carece de  instrumentos medibles, representa una manera de protegerse ante la probabilidad de que la reforma fiscal sea rechazada, además de que el documento no tiene objetivos específicos, coincidieron los académicos de la UNAM, Juan Carlos León y Ramírez,  y de la Universidad Iberoamericana, Carlos Enrique Casillas Ortega.

 

En el marco de la Semana de Administración Pública, realizada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Juan Carlos León y Ramírez opinó que si bien es cierto que el PND es innovador en algunos aspectos, en términos reales parece tratarse de un conjunto de buenos deseos, situación que no resulta novedosa porque el de la administración anterior fue similar.

 

Otro elemento negativo del documento, sostuvo, es que la mención de los municipios es mínima respecto al federalismo. Ahora se hablará de regiones, llamadas meso-regiones, donde se confunde lo local con lo regional y lo municipal.

 

Juan Carlos León rechazó que en el PND se omitan los dispositivos legales que la ley contempla sobre su función, así como al servicio civil de carrera, con la idea de buscar profesionales con un sentido de institucionalidad.

 

Si la actual administración termina como las anteriores en materia de planeación, advirtió, se concluirá que la política pública no sirvió, la corresponsabilidad es una alternativa inútil y el planteamiento participativo tampoco presupone soluciones.

 

El problema fundamental, remarcó el catedrático universitario, radica en la idea de “para qué se hacen los planes”, y la respuesta es: “para tener un ámbito de certidumbre, el ciudadano necesita saber de dónde parte el gobierno y hasta dónde pretende llegar”.

 

Por su parte, el catedrático de la Universidad Iberoamericana, Carlos Enrique Casillas, subrayó que si bien en el PND se plantean grandes principios y lineamientos, no hay metas ni precisión o definición clara del rumbo que debe tomar la economía del país.

 

Sin duda, abundó,  los grandes reclamos de la sociedad mexicana tienen que ver con resultados y éstos no se pueden obtener si no se plantean bien las metas. “Tengo la impresión de que el Ejecutivo Federal ha querido vacunarse, protegerse de la crítica, por lo cual decidió excluir las cifras del PND”.

 

El especialista destacó que en el rubro de política económica se presentan mayores problemas, porque uno de los supuestos principales es que la reforma hacendaria se aprobará y a partir de ello se desprenderían otros proyectos. Pero, en caso de ser rechazada,  el Ejecutivo tendrá toda la justificación  para decir “no pude alcanzar los objetivos propuestos porque no aprobaron mi propuesta”.

 

Existen dificultades que permiten prever una estrategia económica coherente, resaltó, aunque en el PND no se aclaran los lineamientos a través de los cuales se dará la relación política.

 

Argumentó que el gobierno federal pidió la promoción de consensos y acuerdos con el Legislativo, pero se desconocen los instrumentos específicos para mantener esa interlocución.

 

Aprovechó el momento para referirse también a la omisión respecto a la situación de la mujer dentro del PND, lo cual, dijo, es digno de preocupación.

 

Carlos Enrique Casillas señaló que los  planes de desarrollo son esencialmente un mandato. El problema en México es que no ha sido entendido bien, por lo que estos problemas nunca reflejaban ni los intereses de los electores ni los compromisos efectivos que tenían los gobierno, concluyó.

 

 

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