6:00 hrs. Junio 30 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-643

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LA BAJA EN EL CRECIMIENTO DEL PIB NO IMPLICA RECESIÓN: ARTURO BONILLA SÁNCHEZ

 

·        Descartó el investigador del IIEc que se trate de una estrategia gubernamental para presionar la aprobación de la reforma fiscal

·        Creciente la dependencia del país con respecto a la economía de Estados Unidos, aseguró

 

La baja en el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano no significa que haya recesión en nuestro país aseguró Arturo Bonilla Sánchez, académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, quien descartó que la advertencia gubernamental sobre el ingreso a una fase económica recesiva sea un argumento para presionar hacia la aprobación de la iniciativa de reforma fiscal presentada por el Ejecutivo Federal.

 

Sería contraproducente en términos políticos y económicos advertir por una parte sobre la inminente recesión, que conlleva despidos y pérdida del poder adquisitivo, y por la otra impulsar una iniciativa que contempla la elevación del impuesto al consumo, manifestó Bonilla Sánchez.

 

El ex director del IIEc señaló que en nuestro país hay síntomas contradictorios de estabilidad financiera y desaceleración del crecimiento. Parece absurdo, sostuvo, que con la cantidad de dólares que hay en el país no pueda crecer la tasa de expansión de la actividad productiva.

 

Lo que ocurre, explicó, es que ese capital foráneo ingresa al país debido a las elevadas tasas de interés, que superan a las que se pagan en Estados Unidos, Europa o Japón. Por tal motivo, precisó, prefieren establecerse en México, donde su margen de ganancia es mayor.

 

El investigador universitario afirmó que la tendencia de la economía nacional es hacia una creciente dependencia con respecto a lo que ocurra en Estados Unidos, la cual se extiende a los ámbitos científicos, tecnológicos e incluso culturales.

 

Esta situación se acentuó en los últimos años y ha reducido el margen de acción del gobierno mexicano. La razón de ello, puntualizó, radica en la política de los últimos gobiernos, que le quitaron al Estado su carácter de impulsor de la economía para dejar que sean los mercados los que decidan el rumbo y, dentro de ese mercado, las empresas más importantes.

 

Mucho de lo que puede ocurrirle a México, añadió, está sujeto a las decisiones que adopten en el vecino país del norte los agentes productivos, inversores directos, especuladores y empresas calificadoras, las cuales estarán determinadas por el desenvolvimiento que tengan los negocios en esa nación.

 

Arturo Bonilla Sánchez expresó que la reforma fiscal que propone el actual gobierno está en buena medida diseñada sobre los requerimientos dictados por las grandes empresas calificadoras de inversiones de Estados Unidos, que se preocupan por la capacidad que tenga el sector público de nuestro país para pagar su deuda interna y externa.

 

Eso no quiere decir, acotó, que México no necesite una reforma fiscal, pero ésta deberá ser progresiva y no regresiva, de manera que la carga fiscal recaiga en los sectores de mayores ingresos y no, como se propone en la actualidad, sobre los sectores de medianos y bajos ingresos.

 

Aunque la iniciativa del Ejecutivo Federal prevé mecanismos de compensación para amortiguar el impacto negativo de esta carga fiscal, subrayó, no habría necesidad de utilizar esas  herramientas si no se incrementaran los impuestos.

 

Acerca de las previsiones para el crecimiento económico de México para el presente año, Bonilla Sánchez expresó que no podrían adelantarse cifras precisas. Lo más que puede adelantarse sobre el particular, dijo, es que México tendrá un crecimiento errático, temporal y frágil.

 

Nuestro país puede crecer entre el tres o el cinco por ciento en un periodo, pero en el siguiente la cifra podría descender a uno por ciento o no tener crecimiento alguno, concluyó.

 

 

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El crecimiento económico del país este año será errático, temporal y frágil afirmó Arturo Bonilla Sánchez, del Instituto de Investigación Económicas de la UNAM.

 

 

 

Resulta absurdo que con la cantidad de dólares que existen en el país enfrente una desaceleración del ritmo de crecimiento sostuvo Arturo bonilla Sánchez, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.