15:00 hrs. Junio 25 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-628

 

ERRÓNEAS LAS POLÍTICAS DE COMBATE  A LA INFLACIÓN DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

 

·        Catedráticos de la Facultad de Economía de la UNAM coincidieron en que su impacto ha sido negativo en la expansión de la planta productiva nacional

·        Tienen un elevado costo y no contribuyen a mejorar el nivel de vida de los mexicanos

 

El énfasis puesto por los últimos gobiernos y el actual en el combate a la inflación afecta las posibilidades de crecimiento en los niveles de vida de la población y la planta productiva nacional coincidieron en afirmar Arturo Huerta González, Eduardo Loría Díaz y Benjamín García Paz, catedráticos de la Facultad de Economía (FE). Explicaron que el Producto Interno Bruto, como indicador para evaluar la marcha de la economía nacional, no es del todo satisfactorio pues deja de lado elementos fundamentales para realizar ese diagnóstico.

 

En conferencia de prensa, acompañados por el jefe de la División de Estudios de Posgrado de la FE, Roberto Escalante Semerena, los economistas universitarios expusieron que la baja en las previsiones de crecimiento económico para el presente año evidencia la incapacidad y confusión de las autoridades económicas mexicanas.

 

Arturo Huerta González señaló que no obstante el crecimiento anual promedio de 5% del sexenio anterior, los ingresos de empresas y particulares y el nivel de vida en general no experimentaron mejora alguna. Esto se debe a que el esquema de combate a la inflación resulta extremadamente costoso para el país pues eleva las tasas de interés y mantiene el tipo de cambio en niveles que impiden a la producción nacional ser competitiva.

Huerta González indicó que en el primer trimestre de este año el único rubro de la actividad económica que no experimentó descenso fue el consumo privado, el cual constituye, en opinión de las autoridades federales, el factor que mantiene la economía nacional.

 

No obstante ello, acotó, ante el panorama de desaceleración en Estados Unidos que afecta a nuestro país, y con objeto de evitar que el crecimiento de las importaciones afecte aún más a la producción nacional, se busca contraer la demanda mediante el incremento de los impuestos al consumo. No se puede sostener durante mucho tiempo, subrayó, una dinámica en la que Estados Unidos reduce sus impuestos para estimular la demanda y el mercado interno, mientras aquí se hace lo contrario de manera deliberada.

 

El académico universitario adjudicó a la política monetaria impulsada por el Banco de México las dificultades por las que atraviesa México para alcanzar mejores metas de crecimiento económico este año. La política cambiaria afecta a los productores nacionales, quienes exigen su modificación, a lo cual el banco central responde que al tratarse de una variable financiera cuya estabilidad es necesaria para la entrada de capitales foráneos no se puede alterar, comentó Huerta González.

 

Al contrario, las recomendaciones del Banco de México a los industriales se orientan hacia el ajuste salarial el cual, aún cuando ha experimentado una mejora del 10%, no se ha recuperado de la perdida acumulada en años anteriores.

 

México necesita que los ajustes salariales sean superiores a la inflación para reactivar el consumo y el mercado interno, ya que de lo contrario caerá la demanda y ello afectará las posibilidades de crecimiento económico, finalizó.

 

En su intervención, Eduardo Loría Díaz aseguró que el argumento que adjudica la caída en las previsiones de crecimiento económico de México para el 2001 a la desaceleración norteamericana es falso.

 

Una economía tan integrada a la de Estados Unidos como la mexicana, consideró, tiene instrumentos como la política cambiaria y las tasas de interés para hacer frente a la caída en el ritmo de crecimiento del vecino país del norte. El tipo de cambio, agregó, debería ser expansivo para que el peso se devaluara y se pudiera, en consecuencia, hacer frente a los desequilibrios en el comercio exterior.

 

Loría Díaz expresó que en términos monetarios resultaría más barato al país integrarse por completo con Estados Unidos que mantener en vigor una política monetaria como la actual que sólo busca mantener bajos los niveles de inflación.

 

El mercado interno, continuó, tiene posibilidades de revertir esta situación y lograr el ajuste cambiario, lo cual podría ocurrir en el último trimestre del año y a principios del siguiente. De no hacerse así, afirmó, el costo para el país podría ser de 10 mil millones de dólares.

 

Por su parte, Benjamín García Paz dijo que las cifras de crecimiento alcanzadas durante la administración anterior, que se colocaron en un promedio de 5% anual, no son del todo atinadas ya que tendrían que restarse los porcentajes relativos a la industria maquiladora y el costo ambiental, referido al agotamiento y el deterioro de recursos naturales.

 

De proceder así, añadió, en el primer caso las cifras de crecimiento se hubieran colocado alrededor del 3.6% anual, mientras que en el segundo se tendría que haber restado un 12% anual al PIB.

 

La diferencia de opiniones en diversos ámbitos de la administración pública federal en relación con el porcentaje que crecerá el PIB durante el 2001 refleja, aseveró el catedrático universitario, el grado de confusión del gabinete económico el cual, no obstante que reconoce la insuficiencia de ese indicador para medir la evolución de la economía mexicana, no renuncia a él.

 

Benjamín García Páez concluyó que en México no se ha logrado llevar adelante el cambio estructural debido a la incapacidad para elaborar políticas públicas que haga menos vulnerable la economía nacional.

 

Para los profesores universitarios, el énfasis puesto desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en el combate a la inflación ha repercutido negativamente en la marcha económica del país. En tal sentido se expresó García Páez, para quien la disminución de la inflación debería ser resultado y no el eje en torno al cual se articule la política económica.

 

 

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