6:00 hrs. Junio 11 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-583

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Pies de foto al final del boletín

 

EL PROYECTO SELVA DEL MARINERO BUSCA PROTEGER FRAGMENTOS DE SELVA DE LA RESERVA DE LOS TUXTLAS

 

 

·        A través de esta investigación, señaló Luisa Paré del IIS-UNAM, se desarrolla un trabajo de ecoturismo campesino en el ejido López Mateos

·        Con esto se impulsan alternativas agroecológicas y de manejo sustentable de los recursos naturales, a fin de hacer frente a los problemas de deterioro ambiental y marginación de la zona

 

Con el proyecto Selva del marinero. Ecoturismo campesino que desarrolla la UNAM con un grupo de ejidatarios del ejido López Mateos se busca proteger fragmentos de selva de la Reserva de la biosfera de Los Tuxtlas, Veracruz y proporcionar empleo a las familias involucradas en el proyecto.

 

En entrevista Luisa Paré, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), explicó que desde hace 10 años se realizan en esta región del estado de Veracruz diversos estudios de diagnóstico socio-económico y sobre el manejo de los recursos naturales.

 

Estos trabajos tienden a impulsar alternativas agroecológicas y de manejo sustentable de los recursos naturales, a fin de hacer frente a problemas de deterioro ambiental y marginación en esa zona, habitada por población mestiza y de las etnias nahua y zoque-popoluca.

 

Entre estas alternativas se ha impulsado un proyecto de ecoturismo con la comunidad; sin embargo, el trabajo en el ejido López Mateos, ubicado a 20 kilómetros de Catemaco, se facilitó porque, desde antes del inicio del plan, hace 4 años, la comunidad ya había tomado medidas para conservar sus recursos: declarar 100 hectáreas como reserva ejidal, así como vedas en la pesca y la caza.

 

Básicamente, dijo Luisa Paré , a través del ecoturismo, que es sólo un aspecto de una estrategia de diversificación productiva más amplia, se trata de abandonar las formas no sustentables como la tala ilegal y la extracción de la flora y la fauna, y adoptar otras que les permitan vivir de los recursos naturales, sin destruirlos.

 

Para que el ecoturismo represente una alternativa económica que contribuya a la conservación de los recursos se requiere una contribución económica de parte de los visitantes, que proporcione ingresos para su atención y para el sustento de las familias del lugar

 

Entre las actividades realizadas por los visitantes en el ejido destacan las visitas a los senderos interpretativos de la naturaleza como el de La Cascada, donde se conocen las plantas útiles, medicinales y comestibles, o el recorrido a la Cueva de los Murciélagos.

 

La definición de los atractivos de interés recreativo y ecológico de este lugar se logró a través de un proceso de trabajo con gente de la comunidad que, mediante el rescate de sus propios conocimientos, obtienen material de trabajo útil para sus recorridos como guías.

 

También, se tiene una infraestructura básica de servicios sanitarios ecológicos, un albergue y tiendas de campaña para hospedar a los visitantes.

 

Informó que actualmente se reciben grupos de 8 hasta un máximo de 40 personas; aunque, en estos momentos, el proyecto requiere de una mayor  afluencia de visitantes, y si la demanda llegara a rebasar la capacidad de carga, los visitantes se distribuirían hacia los ejidos Miguel Hidalgo, las Margaritas y Sontecomapan, los cuales están empezando a capacitarse para recibir visitantes.

 

En el trabajo realizado en estos cuatro años, mencionó la antropóloga social, nuestra aportación ha sido fundamentalmente en aspectos de capacitación en diversos aspectos como es el diseño de senderos, en aspectos administrativos y organizativos, en nutrición y alimentación, educación ambiental y formación de guías, entre otros.

 

Obviamente, reconoció, el este proceso de apoyo en la capacitación han intervenido muchos colegas de otras instituciones y organizaciones.

 

En ese contexto, explicó, ya se empiezan a ver los resultados de estos cuatro años de trabajo en aspectos como mejores ingresos, lo cual se ha visto reflejado en la disminución de la emigración.

 

Otros beneficios, abundó, han sido el fortalecimiento de una conciencia de la importancia de la conservación de los recursos naturales y la transmisión de esta conciencia a los visitantes.

 

Además, señaló, se ha logrado la incorporación de las mujeres en la actividad económica, lo cual se refleja en una mayor seguridad en ellas mismas y en el manejo de recursos económicos que invierten en satisfacer algunas de las necesidades de su familia y en la compra de algunos artículos para el hogar.

 

Se espera que con el tiempo se vean mejorías en la vivienda y un probable impacto sobre la nutrición, manifestó la investigadora.

 

Pero, sobre todo, enfatizó, existe un enriquecimiento cultural debido al intercambio de experiencias entre los visitantes y las familias ya que las comidas se realizan en las casas de los campesinos.

 

Además, lejos de percibirse impactos culturales negativos, a la gente le agrada que personas de la ciudad vayan a visitarlos. Es un motivo de orgullo para ellos que aprecien sus esfuerzos para la conservación de la zona.

 

Ciertamente, aseveró, ésta no es tarea fácil, pero aporta muchos conocimientos nuevos que les pueden servir a la gente para distintos fines en el futuro, como es el manejo administrativo, la venta de comidas o el aprendizaje de nuevas técnicas de construcción.

 

Para que el ecoturismo no se revierta contra sus propios propósitos de conservación, es importante cuidar no rebasar la capacidad de carga, advirtió.

 

Informó que la asesoría a este proyecto de ecoturismo comunitario, es parte del proyecto Sembrando alternativas. La nueva responsabilidad social frente a los recursos naturales, financiado por Conacyt y coordinado por Luisa Paré y Elena Lazos.

 

Actualmente, el proyecto Selva del marinero cuenta con la asesoría de la Dra Luisa Paré del IIS-UNAM, y con recursos por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza.

 

También se empieza a conformar una Red de Ecoturismo en Los Tuxtlas, a través de la cual se pretende integrar a más comunidades al proyecto.

 

Para mayores informes sobre los aspectos científicos de este proyecto o para estudiantes o investigadores interesados en colaborar pueden consultar a lpare@servidor.unam.mx y para las personas que se interesan en conocer la experiencia como visitantes pueden solicitar informes con la organización Bioplaneta (infobio@bioplaneta.com).

 

 

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Pies de foto:

 

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La investigadora Luisa Paré, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, realiza desde hace 10 años en la zona de los Tuxtlas estudios sobre cuestiones socioeconómicas y de manejo de recursos naturales

 

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La selva de la reserva de los Tuxtlas, marco para desarrollar trabajos de ecoturismo campesino.