16:00 hrs. Junio 5 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-563

 

Foto 1
Foto 2

Pies de foto al final del boletín

POLÍTICAS GENERALES DE ESTADO PERMITIRÁN NUEVOS PERFILES CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS

 

 

·        El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, dijo que a ello contribuirán nuevos instrumentos legales y estrategias culturales

·        Se inauguró el "Seminario Internacional sobre Investigación y Desarrollo en la Reforma Fiscal", en el que participó el director del Instituto de Matemáticas, José Antonio de la Peña Mena

 

No sólo a través de medidas de estímulo fiscal, sino de políticas generales de Estado es como se alcanzará la necesaria e importante transformación en la vida cultural del país y, por ende, se lograrán nuevos perfiles científicos y tecnológicos que le permitirán avanzar al país, aseguró el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Diego Valadés Ríos.

 

Durante la inauguración del Seminario Internacional sobre Investigación y Desarrollo en la Reforma Fiscal, presidido por el director del Instituto de Matemáticas (IM), José Antonio de la Peña Mena, y los senadores Rodimiro Amaya Téllez y Enrique Jackson, Valadés Ríos precisó que la construcción de nuevos instrumentos jurídicos, la definición de estrategias culturales y los horizontes científicos darán un destino próximo y posible.

 

En el auditorio Guillermo Floris Margadant del IIJ, subrayó que los procesos de intercambio comercial que otros países han aprovechado como detonantes para impulsar su desarrollo científico y tecnológico "han sido pasados por alto en México y los hemos desaprovechado".

 

Explicó que se tiene el sistema más abierto desde el punto de vista comercial, pero en ninguno "hemos tenido, por omisión o por descuido, el cuidado de introducir cláusulas que permitan la cooperación e investigación científica y tecnológica".

 

A pesar de que es prioritario el impulso al desarrollo científico y tecnológico, lamentó el funcionario universitario, "no hemos dado un sólo paso eficaz que, por lo menos, permita que los países de nuestro hemisferio puedan complementar sucesivos recursos en este aspecto de la investigación científica y tecnológica para promover formas de cooperación  necesarias".

 

La participación -desde hace 30 años- del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es importante para la formación de recursos en el ámbito de la investigación científica  y tecnológica. Sin embargo, México carece de una política científica de Estado, lo que lo mantiene rezagado en relación con otras naciones.

 

Ejemplificó con datos publicados por el Banco Mundial en 1999: mientras México tenía 95 científicos e ingenieros dedicados a la investigación por cada millón de habitantes, Argentina tenía 350; Bolivia, 250; Brasil, 165; Chile, 364; Costa Rica 539; Guatemala 99; Nicaragua 214, Perú 273, Venezuela 208. Sólo están por debajo del nivel nacional El Salvador, con 19 y Colombia con 39.

 

En contraste, Japón tiene una concentración de cinco mil 677 científicos; Israel, cuatro mil 826, y Estados Unidos, tres mil 732.

 

En cuanto a los porcentajes destinados a la investigación, traducidos al Producto Interno Bruto (PIB) de México, representan un equivalente al 4% en Canadá, 7 en Alemania y 50% de Estados Unidos.

 

Por su parte, el director del Instituto de Matemáticas (IM), José Antonio de la Peña Mena, afirmó que en una nación como México, donde la inversión privada en ciencia y tecnología es mínima, reformas fiscales son urgentes, así como el aumento presupuestal a este rubro.

 

Todos los años, argumentó, la reforma fiscal tiene el propósito de cumplir ciertas metas, las cuales son sensatas, pero de poco alcance e inmediatistas. Sin embargo, la actual debería ser especial, con un impulso a las políticas del nuevo gobierno y miras de largo alcance que ayude a la verdadera transformación de fondo del país.

 

Consideró que hay muchos mecanismos fiscales que pueden apoyar la investigación y el desarrollo de los países: dedicar cierto porcentaje -por lo general el 1%- de los impuestos sobre las ganancias de sectores gubernamentales al gasto en ciencia y tecnología; crear mecanismos de exención fiscal para el dinero que las empresas invierten en esta actividad y, otorgar fondos complementarios a la iniciativa privada en proyectos conjuntos con universidades.

 

El presidente de la Comisión de Ciencias y Tecnología del Senado de la República, Rodimiro Amaya Téllez, manifestó la necesidad de que se destinen mayores inversiones en estas disciplinas. De lo contrario, el país corre el riesgo de quedar al margen del desarrollo nacional y de perder independencia y soberanía.

 

Dijo que no se puede mantener la dinámica actual en la que el Estado es casi el único motor de este rubro, con lo que se relega la participación de la iniciativa privada. Por ello, expresó que es urgente promover inversiones no sólo en los centros de investigación y universidades sino en las propias empresas.

 

El legislador dijo que menos del 2% del crédito fiscal de 500 millones de pesos anuales para 1999 y 2000 fue ejercido por unas cuantas empresas, mientras que este año todavía no se aplica este recurso. Por eso, dijo es necesario modificar la relación de participación actual para que el sector privado tenga mayor participación.

 

Luego, en la primer mesa de trabajo, en la que también participó el economista Mario Rodarte Esquivel, el presidente de la mesa Directiva del Senador de la República, Enrique Jackson, comentó que a pesar de que en materia de ciencia y tecnología el país está rezagado, no es un factor deliberado.

 

Los que sucede es que los recursos de por sí son insuficientes hasta para cubrir necesidades indispensables como la salud y la educación. Se trata, agregó, de lograr una reforma fiscal que permita satisfacer todas las necesidades y lograr una recaudación tributaria equilibrada.

Planteó que para lograr mayores recursos que se canalicen en la investigación científica y tecnológica, se requiere aprovechar la riqueza natural al máximo, ser productivos, fortalecer las instituciones, lograr una nueva composición de los poderes y llevar a cabo una reforma fiscal acorde a las necesidades actuales.

 

El coordinador del Foro Permanente de Ciencias y Tecnología, Antonio Peña Díaz, recalcó que la investigación debe verse como una forma de la cultura que contribuya a la educación, porque éste es el principal problema en México a nivel nacional.

 

El investigador emérito destacó que de acuerdo con el Sistema Nacional de Investigadores, sólo hay 7 mil 252, es decir 0.7 por cada 10 mil habitantes.

 

Advirtió que en México no se aplica la norma jurídica, lo cual tiene un fuerte impacto en el desarrollo de la ciencia. Dijo que no se tienen las instancias adecuadas que permitan al investigador y al país disfrutar de la propiedad intelectual, pues a pesar de que la legislación mexicana es una de las más avanzadas, no se ejecuta correctamente.

 

 

 

-oOo-

 

Pies de foto

 

Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, dijo que sólo con políticas generales de Estado se lograrán nuevos perfiles científicos y tecnológicos.

 

Francisco Bolívar Zapata, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, y el director del Instituto de Matemáticas, José Antonio de la Peña, participaron en el Seminario Internacional sobre Investigación y Desarrollo en la Reforma Fiscal.