6:00 hrs. mayo 26 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-530

 

LOS VIDEOJUEGOS PODRÍAN PROVOCAR ADICCIONES Y DAÑOS EN LA SALUD: GUILLERMINA BAENA PAZ

 

·        La profesora de la FCPyS indicó que los síntomas recurrentes entre los usuarios compulsivos de juegos informáticos son –además de la conducta agresiva que suelen reproducir– náuseas, vómito, convulsiones y crisis de ausentismo

·        A diferencia de la televisión o el cine, los videojuegos no muestran la violencia sino que involucran a los usuarios en ella, indicó

·        No hay que permitir a los niños jugar más de tres horas diarias

 

El gusto por los videojuegos en adolescentes puede desencadenar en adicción y daños a la salud afirmó la profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Guillermina Baena Paz.

 

La comunicóloga universitaria aseveró que, de acuerdo con un estudio aplicado en ocho delegaciones del DF y tres municipios del Estado de México, los síntomas recurrentes entre los usuarios compulsivos de este tipo de juegos informáticos son –además de la conducta agresiva que suelen reproducir– náuseas, vómito, convulsiones y crisis de ausentismo.

 

Otros síntomas: epilepsias fotosensibles, sudoración, insomnio, pesadillas, estrés, tolerancia a la violencia, y dolor-placer-tensión dolorosa cuando la adrenalina sube a su máxima expresión, síntoma clásico de la adicción, refirió Guillermina Baena Paz.

A diferencia de la televisión o el cine, indicó la especialista, los videojuegos no muestran la violencia sino que involucran a los usuarios en ella.

 

Apuntó que la excesiva agresión mostrada en algunos de sus contenidos, podría ser causante del ensimismamiento del individuo y motivo de adicción. Sin embargo, precisó, el videojuego, por si mismo, no es causante de los comportamientos antisociales de los individuos, sino el entorno que lo rodea.

 

Es decir, agregó, cuando los sujetos son parte de una familia desintegrada, hijos de padres alcohólicos, niños maltratados, padecen el abandono, sufren de soledad y falta de cariño, o simplemente el videojuego les parece más atractivo que la “aburrida escuela”,  la violencia contenida en los juegos informáticos vendría a reforzar las conductas antisociales de las personas.

 

“Con la supuesta interactividad de los videojuegos el individuo está aprendiendo a matar, toma habilidades y destrezas para matar y ganar”.

 

De esta manera, apuntó, los usuarios de las “maquinitas”, cuyo tema principal gira alrededor de la violencia, la destrucción y la muerte, reproducen en su entorno social lo que ven en ese tipo de videojuegos.

 

La profesora Guillermina Baena señaló que los jóvenes de la muestra, parte de la investigación Efectos de los videojuegos en usuarios mexicanos, viven en zonas marginadas donde abundan esos “entretenimientos”. Se trata, dijo, de una población desprotegida y vulnerable.

 

Aunado a la proliferación de esos establecimientos, frente al auge y avance de las nuevas tecnologías, las escuelas reproducen la estructura tradicional educativa, lo que hace que muchos de los individuos se ausenten de los planteles para ir a jugar hasta más de ocho horas diarias.

 

La escuela, destacó, debe cambiar sus estructuras, generar formatos educativos atractivos y servirse de las nuevas herramientas tecnológicas para ello.

 

 

OBLIGAR A LAS EMPRESAS A PRODUCIR VIDEOS FORMATIVOS

 

Además, abundó, las compañías transnacionales productoras de videojuegos deberían ocuparse de producir juegos interactivos que brinden a los estudiantes “empatía, confianza, seguridad, optimismo, situaciones positivas, y no generar seres autodestructivos”.

 

Nintendo y Sega, los poderosos gigantes de esta industria, deberían ser obligados a producir videos formativos y constructivos; “no es objetivo que las habilidades y destrezas de los hijos sean estimuladas para aprender a matar”.

 

Guillermina Baena aseveró que esos negocios de entretenimiento, además de incrementar la piratería de software, brindan ganancias diarias de entre 500 y mil pesos como mínimo, por ello, dijo, sus dueños los defienden pues ya tienen toda una industria establecida.

 

Señaló que los videojuegos son vistos como un modo popular de diversión para millones de niños y jóvenes, sin embargo, sus contenidos de violencia fortalecen en los individuos conductas antisociales. “Con ellos se generan personas suicidas, enfermas, que pueden tener daños severos en su propia personalidad”.

 

Por ello, la académica universitaria destacó la necesidad de impulsar la investigación rigurosa sobre las conductas y efectos que generan los videojuegos, así como su regulación.

 

“La preocupación es que se regule el problema porque empieza a crecer. El gobierno del Distrito Federal ha empezado a poner restricciones a los establecimientos e impondrá multas a quienes no acaten las normas reglamentarias de los videojuegos”.

 

No obstante las restricciones marcadas, Guillermina Baena Paz destacó que el hecho de aplicar esta reglamentación sin una supervisión real, podría desencadenar la proliferación de sitios clandestinos y sin protección para los niños y jóvenes usuarios.

 

Demandó alertar a los padres en cuanto a las conductas y alteraciones en la salud de sus hijos, como usuarios compulsivos de los videojuegos.

 

“Es necesario regular que los niños no pasen más de tres horas en un videojuegos, que tomen descansos de 10 minutos por cada hora de uso, que los establecimientos cuenten con suficiente iluminación, pues los destellos de las pantallas dañan la vista y provocan epilepsias fotosensibles, los monitores deben ser pequeños y estar a una distancia del individuo, de entre 50 centímetros y dos metros, así como vigilar permanentemente a los adictos a los videojuegos para detectar posibles cambios conductuales y de salud”, finalizó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

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A diferencia de la televisión o el cine los videojuegos no muestran la violencia, sino que involucran a los usuarios en ella, afirmó Guillermina Baena, académica de la FCPS

 

FOTO 2

 

No obstante las restricciones marcadas por el gobierno del DF para estos establecimientos, Guillermina Baena Paz destacó que el hecho de aplicar esta reglamentación sin supervisión real, podría desencadenar la proliferación de establecimientos clandestinos