Pies de foto al final del boletin
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El investigador del IIS destacó que cerca de 5 millones de mexicanos
tienen acceso directo a la tierra con un título legal
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El ex secretario de Reforma Agraria señaló que la frontera agrícola del
país está prácticamente cerrada
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Mujeres y hombres del campo, sin seguridad social, dijo
El campo no es el mejor lugar para vivir y
trabajar, ni para participar justa y equitativamente de la riqueza nacional,
afirmo Arturo Warman, del Instituto de Investigaciones Sociales.
Al dictar la conferencia El desarrollo rural en el siglo XX, Warman, ex secretario de
Reforma Agraria durante el sexenio pasado, señaló que cerca de 5 millones de mexicanos
tienen acceso directo a la tierra con un título legal, lo cual quiere decir que
sólo la quinta parte de quienes trabajan en el campo no tienen tierras de su
propiedad.
En el aula magna Jesús Silva Herzog de la Facultad de Economía, Warman sostuvo que
en el México de principios del siglo pasado más del 60% de la fuerza de trabajo
se dedicaba a las tareas agropecuarias, pero, al final del mismo, ocupa la
cuarta parte del sector agropecuario.
Desde esa perspectiva, subrayó, la debilidad
del desarrollo industrial y de servicios es el tema central en el progreso
rural y sus insuficiencias. Por ello, si nuestro país no logra crecer de manera
rápida, sostenida y equilibrada, sobre todo en sus sectores manufactureros y de
servicios, no podrá evitar episodios recurrentes y de saturación.
En el siglo pasado, explicó, la población
urbana creció de 3.8 a 73 millones, mientras la población rural se multiplicó
por 2.5 veces, esto es, “por cada nuevo mexicano que permanecía en el campo, un
poco más de 3 se incorporaron a la vida urbana; sin embargo, muchos de éstos
últimos nacieron en el campo y emigraron a las ciudades”.
En este contexto, se puede afirmar que la vida
y producción rural no tuvieron la posibilidad de retener a toda su población,
pese a los dramáticos y profundos cambios que sucedieron en el campo.
CERCA DEL 15% DEL TERRITORIO NACIONAL, PARA LA
SIEMBRA
Destacó que México transita en una sociedad
urbana que conserva una proporción alta de mexicanos en el campo, dijo y señaló
que entre 20 y 30 millones de hectáreas del territorio nacional son
susceptibles del uso agrícola, es decir, cerca del 15 % de la superficie
territorial de México es cultivable, abundó.
Sin embargo, una parte de la tierra que se
siembra no es apta ni generosa para su cultivo por lo cual no es remoto su
abandono o cambio de uso, por lo cual se puede afirmar que la frontera agrícola
está cerrada, aclaró.
Dijo que entre la quinta y la cuarta parte de
los mexicanos de este siglo trabajan en
actividades agropecuarias, y la mayoría de estos, casi el 85 % del total, lo
hace en la agricultura.
Sin embargo, acotó, la concentración de la
propiedad agraria y de recursos para elevar su productividad no constituyen el
problema fundamental del campo. Ahora se enfrentan problemas como el
envejecimiento de los titulares de la propiedad, quienes tienen en promedio más
de 50 años.
La edad avanzada de los comuneros los vuelve
conservadores, resistentes a los grandes riesgos o innovaciones y defensores de
la seguridad frente a la incertidumbre, indicó.
Además, puntualizó, no hay una seguridad social
para las mujeres y hombres del campo, quienes tienen que enfrentar la vejez sin
respaldo del Estado, con su patrimonio y su red de protección social, por el
más valioso de sus bienes: su tierra y, se resisten a arriesgarla en aventuras
tecnológicas o con créditos y financiamientos.
Manifestó que es necesario lograr un cambio
generacional en el campo, a fin de darle a los jóvenes la oportunidad de entrar
en un proceso de renovación técnica y a los jóvenes la posibilidad de un retiro
justo y digno.
Por ello, concluyó Warman, pobreza, minifundio,
envejecimiento sin protección social, feminización del campo, dispersión de la
población y falta de servicios y oportunidades conforman la agenda rural para
el siglo XXI.
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Pies de Foto
El investigador universitario, Arturo
Warman, al dictar su conferencia "El desarrollo rural en el siglo XX"
Cerca de 5 millones de campesinos
tienen acceso directo a la tierra con título legal, señaló el investigador
universitario Arturo Warman