14:00 hrs. mayo 24 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-522

 

EN MÉXICO, EL MODELO NEOLIBERAL HA REPERCUTIDO EN LOS SALARIOS Y EL EMPLEO: GERARDO GONZÁLEZ

 

·        Al participar en el Seminario de Economía Mexicana 2001, el investigador del IIEc indicó que en la actualidad un trabajador apenas gana para comprar lo mínimo

·        El capital ha recibido importantes beneficios porque en este momento un empresario puede contratar dos o más trabajadores con un salario de mediados de los setenta, dijo

 

El modelo de acumulación neoliberal y el proceso de privatización han repercutido directamente sobre los salarios, el empleo y la distribución de la riqueza en nuestro país afirmó Gerardo González, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

 

Al participar en el panel Empleo, relaciones laborales y seguridad social, el economista subrayó que los últimos 30 años de acumulación capitalista en nuestro país han dado como resultado un saldo negativo para los trabajadores mexicanos.

 

Ahora, abundó, un trabajador apenas gana para comprar lo mínimo e indispensable, a pesar de que ya existe un esfuerzo individual o familiar mayor para lograr mejores condiciones de vida.

 

En el marco del Seminario de Economía Mexicana 2001, realizado en el IIEc, el investigador consideró que en este contexto el capital ha recibido importantes beneficios. “En este momento, un empresario puede contratar dos o más trabajadores con un salario de mediados de los setenta”, afirmó.

 

Aunque en la última década del siglo XX se registraron menores índices inflacionarios, los aumentos salariales otorgados fueron y continúan siendo inferiores al incremento de los precios, subrayó.

 

En el largo plazo estos cambios propiciaron modificaciones en las conductas de consumo de la mayoría de la población; asimismo, el núcleo familiar se volvió más versátil, y para enfrentar esta situación creció el número de integrantes de la familia que realizan alguna actividad que le proporcione ingresos.

 

Por su parte, Alfonso Bouzas, investigador del IIEc, manifestó: “para que el trabajo sea detonador del desarrollo humano, social y económico es necesario recordar que una buena parte del voto expresado el 2 de julio del año pasado fue de trabajadores”.

 

Ellos votaron en contra del control y la mediatización en perjuicio de sus derechos, así como por el cambio de lo que hasta la saciedad habían vivido e identificaban simplemente como corrupción en el ámbito laboral, dijo.

 

En este sentido, señaló, si la sociedad le requirió a Vicente Fox que se comprometiera en un programa laboral mínimo y él lo hizo de manera explícita, “la sociedad tiene derecho a demandarle que lo cumpla y lo consigne en los documentos básicos de su programa de gobierno, pero sobre todo en los hechos”.

 

Indicó que ante la situación laboral actual, es necesario trabajar por la unidad entre las organizaciones gremiales, “pero no de manera irresponsable”.

 

Ha llegado el momento de que los trabajadores se formulen alternativas que respondan a los nuevos requerimientos de la economía, aseveró.

 

Al hablar de la flexibilidad laboral de la mujer, María de Jesús López Amador, del IIEc, consideró que este factor ha generado cambios importantes en  el ámbito del empleo.

 

En el caso de las mujeres, puntualizó, la flexibilidad les ha permitido tener mayor presencia en los sectores de servicios, la industria y en la llamada economía informal.

 

Sin embargo, acotó, esto también ha repercutido en la calidad del trabajo, porque éste es precario e inseguro, lo cual trae consigo un alto costo social.

 

Aunado a ello, mencionó, las mujeres se tienen que someter a jornadas agotadoras, pues deben combinar el trabajo doméstico con el extradoméstico.

 

Por ello, destacó la necesidad de llevar a cabo una recomposición de las tareas económicas dentro de los hogares y, con ello, revalorar el trabajo doméstico.

 

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PIE DE FOTO:

 

Gerardo González y Alfonso Bouzas durante su participación en el panel Empleo, relaciones laborales y seguridad social, realizado en el marco del Seminario de Economía Mexicana 2001.