12:00 hrs. mayo 23 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-517
 

 

EL CONGRESO UNIVERSITARIO, OBLIGACIÓN MORAL: AMBROSIO VELASCO

 

 

·        En entrevista, el director de la Facultad de Filosofía y Letras afirmó que el Congreso es una obligación moral, tanto de la comunidad universitaria como de sus autoridades

·        De él, la UNAM deberá salir académicamente fortalecida, así como con mayor proyección y relevancia social en nuestro país

 

 

La realización del Congreso Universitario es un compromiso y una obligación moral, tanto de la comunidad universitaria como de sus autoridades, afirmó Ambrosio Velasco Gómez, director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

 

Del Congreso, subrayó, es necesario que la UNAM salga académicamente fortalecida, más participativa, así como con mayor proyección y relevancia social en nuestro país, porque “es una conveniencia política y académica”.

 

El reto que tenemos todos los universitarios, indicó, es transformar nuestra Universidad al integrar dos tipos de criterios fundamentales: la participación plural, amplia, representativa y democrática, así como el compromiso académico de elevar a los más altos niveles en la investigación, la docencia, la difusión y la vinculación.

 

Debemos asumir el compromiso de la reforma universitaria a través de la participación y la calidad académica. Además, las reformas a la Ley Orgánica de la Universidad son necesarias pues este reglamento ya tiene más de medio siglo y su contenido debe corresponder al México actual, a otra Universidad y a la realidad mundial, aseguró.

Sin embargo, agregó Velasco Gómez, de esa ley debemos preservar el valor de nuestra autonomía y, por lo mismo, los cambios que se le hagan deberán ser autónomos, señaló

 

Es la propia comunidad universitaria, enfatizó, la que hará una propuesta sobre la transformación de la UNAM al poder legislativo. “Se debe preservar lo valioso y lo vigente de la institución, pero también es necesario adecuarla a los nuevos tiempos”.

 

Debemos defender la autonomía y el carácter público de la Universidad Nacional, así como el espíritu de la ley, en términos del papel fundamental que tiene nuestra institución para el desarrollo de nuestro país y para la reflexión y reconstrucción de nuestra identidad nacional, a fin de alcanzar los valores, puntualizó.

 

Con la reforma que se realice, a través de este Congreso, la Universidad se reafirmará y, en algunos aspectos, recuperará su carácter central de líder en la cultura, la ciencia y la tecnología, tanto en el ámbito nacional como internacional.

 

Al mismo tiempo, nuestra casa de estudios deberá contribuir cada vez más y de manera más amplia, clara y eficiente, en la atención de los grandes problemas de nuestro país, precisó.

 

El director de la FFyL destacó la importancia de las humanidades en este proceso de cambio: “La Universidad reformada que todos esperamos, debe recuperar la equidad, en términos del desarrollo de la ciencia, la tecnología y las humanidades en todos los niveles”.

 

Con ello, refirió, la Universidad Nacional contribuiría al fortalecimiento de una cultura unificada, porque si bien es cierto “tenemos que valorar su contribución al desarrollo económico nacional, no podemos descuidar la importancia de las humanidades, las cuales también son fundamentales para alcanzar los valores de equidad, justicia y libertad”.

 

Así, se pensaría no en una cultura dirigida únicamente por las fuerzas del mercado, sino integral, en términos de las ciencias, la tecnología y las humanidades, concluyó.

 

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