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Necesario un proyecto nacional para revertir los
efectos devastadores de la apertura comercial, aseguró
· México debe poner en marcha una política de pleno empleo: Eugenia Correa Vázquez
Los últimos gobiernos de
nuestro país dirigieron la economía en forma autoritaria, afirmó Ifigenia
Martínez Hernández, presidenta de la Academia Mexicana de Economía Política, en
la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
La ex directora de
la FE explicó que sin un proyecto nacional en el entorno global, las naciones
en desarrollo como México corren el riesgo de ser víctimas de las corporaciones
trasnacionales y de los países más poderosos.
Los efectos
devastadores de la apertura comercial y de los tratados comerciales
internacionales podrían haber sido menores si México hubiera contado con un
proyecto auténticamente nacional, indicó.
Acompañada por
miembros de la Academia Mexicana de Economía Política y académicos universitarios,
Martínez Hernández manifestó que México debe abrir su transición democrática a
los aspectos de la vida económica nacional.
En su intervención, René
Villarreal Arrambide expuso que el modelo industrial exportador implementado
desde la década de los 90 en nuestro país es vulnerable y desorganizado, además
de concentrar el 85 por ciento de las exportaciones al mercado de Estados
Unidos.
La política de
industrialización sustitutiva de importaciones, que estuvo en vigor en México
entre las décadas de los 40 y los 80, permitió un crecimiento promedio anual de
la economía del 6.5 por ciento el cual, de haberse mantenido, permitiría en la
actualidad tener un producto interno bruto superior al de Canadá.
El modelo
macroeconómico mexicano en la actualidad es unidimensional, enfocado
exclusivamente a la estabilización de precios, en detrimento del crecimiento.
Por su parte, la
catedrática de la FE Eugenia Correa Vázquez sostuvo que los procesos de
industrialización mundiales han generado uno de los mayores desequilibrios en
la historia, ya que al mismo tiempo que creció la productividad disminuyó el
consumo de la sociedad.
Las 200
corporaciones mundiales más importantes, comentó, alcanzaron entre 1983 y 1999
niveles de venta equivalentes al 27 por ciento de la producción mundial, para
lo cual sólo emplearon a menos del uno por ciento de la mano de obra del mundo.
La globalización, precisó, convierte a las personas en meros consumidores.
En México, añadió,
el problema estructural de la economía consiste en la gran masa de mano de obra
disponible y la insatisfacción de las necesidades sociales.
Dijo que para
remediar esa situación es preciso aumentar el gasto público para llevar
adelante una política de incremento de la productividad mediante un programa de
pleno empleo. La renovada presencia estatal en la economía a través de este
instrumento permitiría una integración regional menos inequitativa con nuestros
socios comerciales, puntualizó.
Este programa,
añadió, consiste en hacer efectivo el derecho al trabajo al establecer como
obligación del gobierno asumir el papel de empleador de última instancia.
Esto permitiría
crear una dinámica ocupacional que frene la pobreza y genere demanda social.
Por otra parte, manifestó, es un programa viable ya que el monto del gasto que
se destinaría a salarios sería inferior a lo que se destina al pago de
intereses del sector público, agregó.
Este gasto,
además, tendría un efecto multiplicador en la economía y en el bienestar de las
familias mexicanas, lo cual no sucede con el pago de intereses, concluyó.
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El manejo de la economía nacional en los últimos
años ha sido autoritario, aseguró la ex directora de la Facultad de Economía de
la UNAM, Ifigenia Martínez.
PIE DE FOTO DOS
Los efectos devastadores de la apertura
comercial hubieran sido menores si hubiera existido un proyecto nacional señaló
Ifigenia Martínez.