Boletín UNAM-DGCS-473
A NIVEL MUNDIAL LA MUJER NO PUEDE MANTENERSE EN LAS POSICIONES DE
PODER Y AUTORIDAD
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La investigadora inglesa Louise
Morley precisó que sólo ha logrado tener presencia a nivel estudiantil y en las
universidades
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Participó en una conferencia sobre
académicas y equidad de género en el Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM
A pesar de que la mujer pudo mantener su
presencia a nivel estudiantil en las universidades de todo el mundo, no lo ha
logrado en las posiciones de poder y autoridad, afirmó la consultora del
Consejo Europeo sobre Educación Superior en el sureste de Europa, Louise
Morley.
Al ofrecer la conferencia "Académicas,
equidad de género y transformaciones en las políticas de educación
superior", en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias
y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, Morley precisó que este fenómeno se presenta
debido a diversos obstáculos, como la pobreza y las barreras psicológicas y la
cultura.
La especialista en temas de género y reformas
educativas disertó sobre la marginación y desigualdad de que son objeto las
mujeres, al referirse en forma específica a su situación en el nivel de
enseñanza superior.
Durante siglos, mencionó, el sexo femenino fue
catalogado como un grupo extraño porque no se le consideraba inteligente ni
capaz para desarrollar determinadas actividades, además de estar dominada por
el cuerpo y los ciclos hormonales. Así, se le encasilló dentro del rol
tradicional de reproducción de la especie y no de la producción del
conocimiento.
Explicó que las mujeres fueron admitidas en las
universidades por ser un sitio neutral, pero una vez aceptadas como estudiantes
continúo la lucha para lograr un lugar como académicas.
De acuerdo con sus investigaciones, en Estados
Unidos, Australia, Canadá y Gran Bretaña, es tres veces menos probable que las
mujeres sean profesoras que los hombres. Para lograrlo deben cubrir un mayor
número de requisitos y trabajar más.
Louise Morley puntualizó que las mujeres son
excluidas de redes y organizaciones de hombres y siempre se les dice que tienen
carencias. Es tal el convencimiento que ellas mismas reconocen que no pueden
realizar actividades de importancia.
La autoridad, el poder y el conocimiento,
agregó, se asocian a los hombres, de manera que las mujeres están en un proceso
permanente de certificación de su capacidad.
La diferencia de género, resaltó la
investigadora inglesa, muestra la desigualdad entre hombres y mujeres. A su
vez, dentro de este sector, también de clases sociales, dado que a las
universidades ingresan las de nivel económico medio y alto y no las obreras.
En materia de globalización, remató, el sistema
de poder está controlado por el colonialismo, el patriarcado y las prácticas
dominantes, donde la mujer queda en un segundo plano.
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