6:00 hrs. Mayo 10 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-471

 

 

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*Pies de Fotografías al final del Boletin

 

LAS LEYES MEXICANAS DISCRIMINAN, MARGINAN O LIMITAN LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

 

 

A pesar de que nuestro país ha firmado tratados en el ámbito internacional que se refieren al mejoramiento y reconocimiento de los derechos de las mujeres, “en todas nuestras leyes hay cuestiones que discriminan, marginan o limitan” su ejercicio, afirmó Patricia Olamendi Torres, consultora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).

 

En el Aula Magna de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Iztacala, agregó que un ejemplo de lo anterior es que, a pesar del señalamiento del Artículo 4° de la Constitución referente a la igualdad de hombres y mujeres, “no lo somos, ni en derecho ni ejercicio”.

 

La realidad, señaló, “es que hay derechos que aún en nuestro país no terminan de ser reconocidos, como los sexuales y reproductivos”. En la Carta Magna, recalcó, se establece que toda persona tiene derecho a decidir libremente el número y espaciamiento de sus hijos. Sin embargo, todos los códigos penales del país castigan el aborto y algunos dicen que si alguna mujer casada utiliza un método anticonceptivo es causal de divorcio.

Al presentar la conferencia magistral Mujeres y participación política, en el Simposium La condición de las mujeres mexicanas en los albores del siglo XXI, Olamendi destacó que fue hasta mediados del siglo pasado cuando las mujeres “logramos ser reconocidas como personas, tener capacidad jurídica y, después, ser ciudadanas”.

 

Hasta principios del siglo XX, explicó, “no nos daban el reconocimiento como personas, ni podíamos contratar y poseer bienes –lo cual en muchos códigos civiles de la República Mexicana todavía se mantiene, pues para ello se necesita la autorización del marido–, y fue hasta 1953 cuando pudimos votar y empezamos a participar en la vida política”.

 

De esta forma, comentó, “hasta esa época las mujeres no tuvimos ninguna ingerencia, ni en las decisiones de gobierno ni en la elaboración de leyes. Por tanto, la mayor parte de la legislación que existe en nuestro país fue construida por hombres, quienes bajo su criterio consideraban lo que era válido”.

 

En el marco del XIII Aniversario del Programa de Atención a la Violencia Sexual (PIAV) Iztacala, Olamendi Torres aclaró que si hoy se desea pensar en el ejercicio de la democracia se tiene que acabar con los “derechos limitados, con ausencia de reconocimiento de éstos o el no-ejercicio de los mismos”.

 

Parece mentira, expresó, pero en pleno siglo XXI en México “no se llegó al 30 por ciento de las candidaturas a las que tenemos derecho las mujeres en las cámaras de Diputados y Senadores”. En el caso de las distintas entidades federativas “hay más de 20 legislaturas en el país que sólo tienen una mujer diputada de los alrededor de 40 lugares a los cuales podíamos acceder”, y en los ayuntamientos del país sólo el tres por ciento tiene presencia femenina, ya sea como presidente municipal, síndico o regidor.

 

Esto, aseguró, evidencia lo lejos que las mujeres “estamos de tener una presencia en los ámbitos del poder”. En los gobiernos, aceptó, regularmente ocupan asesorías o jefaturas de departamento. Muy pocas, logran ser subsecretarias o secretarias de Estado. En este sentido, consideró, el gobierno del Distrito Federal ha dado una muestra importante al poner en el 50 por ciento de sus cargos a mujeres.

 

Comentó, además, que los partidos políticos son una buena escuela de lucha y compromiso. “Si no incidimos desde ellos no tendremos una defensa de nuestras plataformas” e influir en decisiones y programas gubernamentales. Es difícil acceder al poder si no es a través de una organización, puntualizó.

 

Construir un nuevo país implica participar, y actualmente “estamos frente a la posibilidad de cambiar, de construir un país en el que no se sigan reproduciendo formas de discriminación, marginación y desigualdad”, concluyó Olamendi Torres.

 

 

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Patricia Olamendi, consultora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, dictó la conferencia Mujeres y participación política en la ENEP iztacala

 

 

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Patricia Valladares, coordinadora del Programa de Atención a la Violencia Sexual, y Patricia Olamendi, consultora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, en el Simposium La condición de las mujeres mexicanas en los albores del siglo XXI organizado por la ENEP Iztacala