Boletín UNAM-DGCS-454
LA DEFICIENTE CALIDAD DE LAS INSTITUCIONES MEXICANAS AFECTA MÁS A
LOS POBRES
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José Ayala
Espino, catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM, dijo que la
prosperidad del país no se ha logrado porque carece de organismos que protejan
los derechos individuales
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En México las
instituciones juegan un papel decisivo en el desarrollo económico
La deficiente calidad de las
instituciones afecta más a los sectores desprotegidos, con el consiguiente costo
social reflejado en el mantenimiento y ampliación de la pobreza y la
desigualdad, producto del nulo o lento crecimiento de la economía, el cual está
por debajo de las necesidades de la
población, aseguró José Ayala Espino.
El catedrático de la Facultad
de Economía (FE) de la UNAM manifestó que esa situación se evidencia porque los
derechos de los pobres son los más vulnerables. Por ello, explicó, es necesaria
una reforma institucional que los defienda y que permita generar riqueza, paso para acceder a los
servicios bancarios, seguros o contratos.
Opinó que las deficiencias de
los organismos institucionales impiden promover la competencia, a lo que se
suma la ineficiencia de los organismos financieros y la corrupción, factores que alcanzaron niveles extraordinarios en
la administración pública.
Indicó que las insuficiencias
del sistema legal se reflejan en la creciente debilidad del Estado de derecho y
en altos índices de incumplimiento de la ley.
Subrayó que la prosperidad
deseada no se logra porque el país carece de los organismos que protejan y
definan las garantías individuales como esfera del derecho privado,
impenetrable por el Estado.
Ayala Espino explicó que a lo
largo de la historia las instituciones políticas y económicas mexicanas propiciaron
formas de gobierno paternalistas y autoritarias.
Los arreglos institucionales a
los cuales se llegó en momentos cruciales de la historia, añadió, condujeron a
la precariedad en la cual las minorías gozan de enormes privilegios en contra
de los intereses de las mayorías.
La debilidad institucional
explica el notable robo padecido a través de la corrupción gubernamental y del
sector privado, el favorecimiento de rentas monopólicas, las devaluaciones
abruptas, los déficit públicos inmanejables e insostenibles y el riesgo de
confiscación o de expropiación estatal de activos en cualquiera de sus formas.
Este problema, abundó, en los
últimos años tuvo especial relieve debido al fracaso de las políticas
neoliberales que supusieron que la liberalización y apertura de mercados, la
privatización y la desregulación serían capaces de crear mercados fuertes,
riqueza y prosperidad.
Dijo que ante el panorama
económico nacional para alcanzar el desarrollo, además de novedosas políticas
promotoras del mercado, se requieren nuevas instituciones democráticas que
favorezcan la coordinación de decisiones entre individuos y grupos, para que
emprendan acciones colectivas “incluyentes de la diversidad de intereses
inevitablemente contradictorios y conflictivos”, finalizó.
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